En las noticias anunciaban el pobre futuro laboral de carreras como Perito Criminalista y Perito Forense. Afirmaban que 18 universidades del país imparten la carrera al ver a muchos jóvenes buscando profesionalizarse en esta área cuyo boom partió cuando universidades pioneras como la UTEM abrieron facultades para impartir estas profesiones. Ahora hay un exceso impresionante de estudiantes, no hay vacantes laborales y los que encuentren de seguro deberán aceptar salarios bajo sus expectativas. ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué de pronto miles de jóvenes demandan cupos para estas carreras? Yo tengo una teoría: Es culpa de la televisión. No bromeo.
CSI: Crime Scene Investigation, es una serie acerca de un grupo de especialistas forenses y como resuelven los homicidios más enigmáticos de Las Vegas (hablamos de CSI original). Los misteriosos homicidios, las evidencias ocultas, las astucia de los peritos, la adrenalina de la investigación, interesantes testimonios de testigos, todo se mezcla en historias entretenidas y resoluciones llenas de argumentos inteligentes y bien elaborados. Además se muestran tecnologías de no creer y pistas escondidas en el último rincón de la tierra. Así es la vida diaria del forense de CSI. A quién no le darían ganas de ser perito forense entonces.
¡Cómo tan ilusos! con un ligero análisis podemos concluir que la vida del perito forense no es así. Piénselo ¿cuantos homicidios ocurren en una ciudad en Chile? bueno, supongamos que varios pero ¿cuantos de esos presentan ribetes indecifrables? De seguro la mayoría de los asesinatos en Chile son cometidos por locos celosos o sicópatas que llenan la escena del crimen con sus huellas y para más remate los ven o se entregan o son los únicos sospechosos o los pillan los pacos a la vuelta de la esquina cuchillo en mano. Casos a lo CSI ocurren con muchísima suerte una vez al mes. Un mensaje para los que piensan ser peritos forenses: ¡CSI es ficción! ¡FICCION!
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