OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

martes, 29 de enero de 2013

Rechazo

Rincón de los Relatos


¿Te encanta cierto? te desvives por ella, primer pensamiento matinal y último nocturno y te imaginas una vida con ella, las citas el hotel el viaje el departamento y en todos tus sueños al menos su nombre a veces su rostro una vida imposible lo sabes porque en realidad nunca te ha mirado y la vez que lo quisiste lo hizo con los ojos en blanco y la vez que lo intentaste te miró con gafas oscuras, te sometes a ella como un perro imbécil que babosea cada ocasión que ella respira y es a ti a quien le mueven la cola y te prometen algún día, tal vez mañana, te lo juro que quiero y es tan falso como tu orgullo ahora en el subsuelo enterrado por la humillación de pie con la pala en mano grabada con tu nombre irreconocible ahora. Eres nadie, un ente pululando por un mundo oscuro que hasta los fantasmas temen visitar ¿cuándo lo entenderás? no te quiere ni para reírse de ti porque ya lo ha hecho demasiado y de pronto eres más viejo más gordo y en tu cabeza giran los consejos de tus amigos déjala ir de tu cabeza sácala de tu agenda telefónica de tu lista de chat y entras en una negación cancerígena y sigues insistiendo porque le sigues creyendo, hombre de fe, insensato ¿ya viste tu corazón necrosado? tú la dejaste entrar en tus células para contaminarlas con su sonrisa prometedora, con la eterna promesa de aceptar de decir que sí pero no es su culpa no seas injusto, es solo tuya, solo tuya por no entender algo tan elemental más fácil que sumar y restar y que unir la “M” con la “A” y ya es irreversible como todo cáncer, la enfermedad te corroe la sangre y sangras negro córtate las venas, deja que tus arterias revienten y se lleven su nombre y los sueños sobre ella por la alcantarilla mientras deambulas y duermes en las calles como todos los hombres sin sueños hasta que encuentres un nuevo rostro o te lleven en carretilla al cementerio y te entierren bajo tierra con pala y todo.


viernes, 25 de enero de 2013

La Gloria De Lotta

Rincón de los Relatos


Karl ‘beanpole’ Zerzell, piloto Horologii

La alarma de ataque esta en llamas y por apresurado tuve dificultades para ponerme el pantalón. Consecuencia inmediata, salir de último de la barraca y con esa sonrisa irónica los muchachos me recuerdan “¡Beanpole! ¡No olvides despertar a Zombie!” Tan peligroso como ir a combate es despertar a Lotta cuyo genio al privarla repentinamente de un sueño profundo es peor que estar enredado en una ensalada de láser en medio del espacio. Mejor será ir rápido a su litera y despertarla de una vez.
-¿Lotta?- le digo despacio y apenas rosando su hombro. No puedo olvidar cuando “cueball” recibió el más fulminante de los combos en pleno rostro cuando la despertó violentamente.
-Lotta, la alarma- refunfuña un poco y se acomoda para seguir durmiendo. La alarma me tiene nervioso ya no puedo esperar.
-¡Lotta, ataque!- y alcancé a esquivar la palma de su mano que despertó mucho antes que sus ojos.
-¡No me grites así tarado!- fue todo lo que me dijo antes de darse cuenta que otra vez no había escuchado la emergencia. Sin siquiera mirarme salió corriendo hacia el hangar. Como siempre ya estaba vestida, lista para la acción y sin más que hacer corrí tras ella. Es increíble pensar que Lotta es la mejor piloto de falcon existente, al saber que ella pilotea junto a nosotros es una esperanza de victoria, la vida después de la guerra asegurada.
Entro justo tras ella al hangar y con su agilidad de siempre se hace notar de inmediato. Su piel tostada reluce frente al casco blanco de su falcon y con una acrobacia que ignora toda gravedad salta con sus risos salvajes ondulando como si hubiera viento directo hacia la cabina. La sonrisa previa a la batalla nadie se la quita y aunque baja de estatura se ve enorme cuando está sobre una nave.
Ella nos saluda antes de cerrar la cabina y todos gritamos "¡Zombie! ¡Zombie!" y una lluvia de serpentinas y papeles coloreados parece caer desde el techo mientras ella levanta ambos brazos "¡Zombie! ¡Zombie!" curioso apodo para alguien con su habilidad innata y es que su mala costumbre de siempre estar dormida a la hora de salir a combate hizo que le llamáramos Zombie en vez de algún sobrenombre que hable de su naturaleza invencible.
Una vez en mi falcon me dirijo hasta las lanzaderas y de estar cinco minutos atrás tropezándome con mi pantalón ahora me enfrento al terrible campo de batalla. Libre de toda geografía dos colosales fortalezas espaciales nuestras se enfrentan a dos eridani. Entre las cuatro vomitan láser, misiles y falcons por millares y en todas direcciones provocando una invasión de explosiones sordas, expulsiones de luces multicolor y cabezas nucleares deambulando por todos los rincones.
-¡Beanpole, Zombie!- llaman del centro de control por el radio -¡Cubran los motores del escuadrón enemigo en camino!- una mirada al radar, una sopa de luces y señales sin embargo la experiencia logra superar el enredo y puedo ver claramente las seis falcon eridani acercándose a los motores de la fortaleza.
-¡Vamos a freírlos Beanpole!- replica Lotta que en un violento pero estético quiebre cambia de dirección hacia la popa.

Varmor ‘ranga’ Aldier, piloto Eridani

Si destruimos los motores de su fortaleza serán historia, se apagarán todos sus sistemas y ya no podrán destruir nuestros misiles nucleares con sus baterías. Y se atreven a mandar solo dos naves para cubrirse. Esto será pan comido.
-¡Ranga, es Zombie!- me grita un compañero asustado. Entonces era verdad que estaba acá… Demonios, nos va a triturar. Incluso si viniese sola sería imposible derribarla.
-¿Nos retiramos?- hago caso omiso a tan absurda sugerencia. Treinta segundos para estar en su rango de tiro. No puedo, el corazón se me sube a la boca tratando de matarse antes de verse enfrentado al horror de ver a Zombie maniobrando frente a él, escupiendo plomo enajenada por la ira bélica que a todos, excepto a ella, nos deja atrás porque es vencida por el miedo a la muerte. Dicen que podrían acribillarla a tiros pero que seguiría en pie, avanzando hacia ti como si nada y de ahí su sobrenombre.
¡Ahí viene Dios mío! ¡Sarah, Angela, las amo demasiado!
Viene de frente y a metros de mi nave. Reaccionando a mi cañón da un salto que eleva su cola hasta dejarla vertical y un poco por encima de mí. Sus propulsores inferiores la deslizan hasta la popa de mi escuadrón y dos de mis escoltas vuelan en pedazos (¡fue con un solo tiro!) grita otro mientras giro vertical sobre mi eje para ir en su búsqueda, distracción fatal (¡AAaaaa…!) porque su aliado destruye a otro y a otro (¡No quiero morir aquí Ranga!) dejo una estela de microbombas para detener al compañero de Zombie y me dirijo directo a ella mientras (¡Nooooooo!) acaba con mi último hombre. Mi mano tiembla desesperada (¡Control, Ranga vuelve a la base!) sin embargo logro descargar un impulso láser que ella no elude si no hasta el último segundo con un giro y quiebre sacado de libros fantasiosos. Se me ocurre (¡Ranga sal de ahí!) que debe ser tan hermosa como sus piruetas y que tal vez si he de morir en el espacio es mejor en manos de ella. Burlesca se da el lujo de lucirse frente a mí, se mueve a un lado y abajo sin disparar una solo bala, giro y quiebre, deslizamientos, paralelas y diagonales, el diablo luciendo sus mejores flamas. Me enfurece, hierve mi sangre militar…
-¡Te voy a matar Zombie!- me lanzo tras ella desesperado, ya no me controlo soy yo y mi furia y mis ansias (¡Retírate Varmor!) por eliminarla del universo de una vez por todas. Es un fantasma, aparece y desaparece de mi visión sin patrón alguno, no, no, ¡no voy a dejarla ir!… dónde se fue… ¡dónde estás!... Sarah, Angela… no puedo más… quiero estar en mi casa… me rindo…

Karl ‘beanpole’ Zerzell, piloto Horologii

Ese pobre bastardo quedó hecho pedazos. Lotta le bailó en su rostro y apenas reaccionó por algunos instantes solo para volver a quedarse quieto otra vez entendiendo que nadie puede enfrentársele.
-¡Vamos a cazar pájaros Karl!- y no sé cómo lo hizo pero descargó su láser con tal exactitud que desmanteló todas las microbombas que me rodeaban en ese momento.
Ahora la guerra no se ve tan espantosa, más bien parece un juego de niños donde no importa qué pase pues al final siempre sales ganando así de tranquilo es pilotar junto a Lotta, hasta da tiempo para pensar en otras cosas. 
Recuerdo cuando estábamos formados para la ceremonia de graduación, todos vestidos con el uniforme oficial listos para recibir honores y salir a defender los colores de Horologium. Se veía preciosa ese día con el atuendo formal, la gorra oficial, sus profundos ojos negros emocionados, su sonrisa imborrable, su aspecto de niña traviesa que no la deja ni en los momentos más solemnes. Recuerdo cuando me miraba de reojo con un gesto que hacía memoria de una humorada que le hicimos a Henry en la fiesta de graduación. La insensata intentaba hacerme reír a carcajadas para verme sufrir frente al escarmiento de algún superior. Es difícil imaginarla ahora, siendo la misma de siempre, como la piloto más sanguinaria de toda la constelación.
-¿Crees que ese piloto haya tenido familia Karl?- no respondí creyendo que imaginé esa pregunta.
-Tienes razón, como todos nosotros- se respondió sola mientras daba un pequeño giro de ajuste.
-¿Estás bien?- le pregunté preocupado por su sorpresiva falta de entusiasmo.
-Me da miedo Karl, algún día seré derribada la pregunta es cuándo. No creo estar preparada para morir-
-Nadie lo está- traté de simpatizar y luego de un rato me dice.
-Somos soldados nuestro trabajo es morir, matar y morir- reflexiona y luego un suspiro. Nos acercamos al centro del conflicto, los timbales de guerra resuenan y el radio nuevamente grita órdenes desde la fortaleza. Pero Lotta no reacciona y seguimos avanzando de frente a la batalla.
-Lotta, reacciona- le digo en voz baja, sin embargo no despierta.
-¡Zombie!- se escucha un golpe a través del comunicador.
-¡Tanto grito si estoy aquí!- reclamó de sopetón con su personalidad de recién despierta.
Retoma su actitud y las turbinas de su falcon revientan en velocidad para entrometerse de lleno en el espectáculo destructivo y la pierdo de vista pero seguro que cuando esto termine y centro de control nos llame de vuelta ella será como siempre la última en llegar rodeada de pétalos de flores cayendo desde las estrellas mientras su eterna sonrisa nos alegra a pesar de la situación, mientras sus risos rebotan suaves sobre su piel soleada alzando sus brazos en señal de victoria.


jueves, 24 de enero de 2013

Amparo

Rincón de los Relatos


¿Su habilidad principal? Llamar la atención de todos, lograr que el mundo gire a su alrededor. El sol único del universo donde planetas enormes y pequeños asteroides se someten por igual. De una mujer así, indomable, dueña, imposible escapar. ¡Amparo! ¡Amparo! ¡Amparo!... tu nombre en todos lados en todas las reverencias masculinas implorando por una simple mirada. Celebridad presumida primadona del mundo diva por clamor popular ¿Cómo huir de su hipnosis? sobretodo porque ese escape es un anhelo sin conciencia, Amparo es el deseo mismo y por las estrellas que giran en torno a ella, lo sabe y lo sabe bien. ¡Amparo! ¡Oh, Amparo! mírame cómo para mí no hay sino tú pero cuántos te dicen lo mismo no lo sé y a ti sólo eso te interesa. Estrella orgullosa que mantienes a todos bajo tus lienzos en llamas pero nunca dejas que nadie se acerque.

viernes, 11 de enero de 2013

Regresa

Rincón de los Relatos

Imposible escribir sobre ti
porque ni mil versos ni mil poetas
podrían describir un ápice de tu cabello
solo mis manos que allí han estado
pueden llegar a lograrlo
y miro mis dedos, tus cabellos largos, ondas marinas
tu rostro arena de playas blancas
paraíso, sueño final y tu boca
esas vacaciones para toda la vida
los canales de Venecia
la luna llena en París

Y como todos aquellos que nos juramos trovadores
me he vuelto loco por no tenerte a mi lado
por la conformidad de tu recuerdo
a pesar que estás conmigo
en imagen nebulosa
en palabras un baile literario
en sensaciones, una bomba atómica a mi cordura


jueves, 10 de enero de 2013

Huyendo Lo Más Lejos Posible

Rincón de los Relatos


Nota: Ojo con las instrucciones (entre paréntesis) de lectura, ayudará a seguir mejor esta historia.


No existe mejor razón para querer huir de un lugar donde tienes tu vida hecha, casi perfecta. Dejar a la que creí el amor de mi vida y vivir en la misma ciudad es insoportable y humillante al mismo tiempo. Me inventé mil excusas para justificar el escape: buscar nuevos horizontes, mejor trabajo, es que hay más oportunidades, es que ya no me gusta vivir tanto acá. Al final siempre fue la misma razón, huir de Ara.

En ciudad Valle, a unos cien kilómetros de ella, me instalé en un pequeño departamento mientras sobrevivía cumpliendo turnos de noche y fines de semana en el hospital, esos que nadie quiere hacer. En realidad no vale la pena alargar la historia porque el descenlace es igual, lo único certero es que no puedo dejar de pensar en Ara ni encontrando un trabajo diurno más estable ni saliendo casi todas las noches a beber con mis amigos. Llego a mi departamento y me pongo a ver el horizonte nocturno y ojalá estuvieses aquí mirando conmigo, Valle es hermosa de noche, encantadora. Tal vez estés mirando la noche desde tu departamento también. Admito me ha sido imposible mi primer objetivo, no me queda más que seguir buscando, en otra ciudad, en otra cultura, otro trabajo y por supuesto un poco más lejos de ti.

(Si en este punto crees está la solución salta al Párrafo Final. De lo contrario,  continúa)

Por recomendación de un colega me vine a Bienestar, un pueblo de menos de ciencuenta mil personas ya dentro de las fronteras de un país diferente. Prometedor nombre y con lo barato de las rentas puedo vivir en un departamento bastante grande y a pasos del único hospital del lugar. El aroma rural se deja sentir donde sea, la falta del constante ruido de motor extraña al principio y la lentitud con que todo funciona es para llamar a vivir en total paz. Una torpeza, una decisión tan tonta. Ara, Ara mía nada queda en un lugar como este salvo dedicarse a pensar y no hay nada que quiera, que pueda pensar aparte de ti. Sueño todavía con la posibilidad de volver a verte, como lo hacíamos todos los días, besarnos, abrazarnos, saber que nunca nos vamos a separar. Otra vez mis maletas armadas y mi carta de renuncia y la despedida de mis amigos en nuestro bar favorito.

(Si en este punto crees está la solución salta al Párrafo Final. De lo contrario,  continúa)

El vuelo duró quince largas horas. Inexplicable si se toma en cuenta… bueno qué importa. El alivio de ver carteles anunciado avatares importantes en otro idioma me habla ahora de un mundo totalmente distinto donde el solo hecho de sobrevivir me mantendrá ocupado todos los días. La ciudad es enorme, gigante, hacia los lados y hacia arriba y las calles atestadas en estrés y el tiempo que avanza muy veloz. Combinado eso con mi empleo en la sala de urgencias, la mezcla perfecta del olvido. Con un curso express pude aprender rápido el idioma y tuve la suerte de quedar solo a unos cuarenta minutos de distancia entre el trabajo y mi casa, todo huele a una vida de lo más normal. Disfrutarías este lugar Ara, a la larga lo harías a pesar que siempre dijimos viviríamos lejos de las grandes capitales, frente a la playa de donde vivíamos. ¿Mejor me voy no te parece? o seguiré creyendo que vives esta aventura junto a mi.

(Si en este punto crees está la solución salta al Párrafo Final. De lo contrario, continúa)

Increíble que este viaje haya durado tanto como el de mi mudanza anterior y sin embargo en poco más de quince horas la nave aterriza en Marte y yo dispuesto con toda la energía del terrícola novato a vivir bajo las cúpulas del mundo rojo. Ni siquiera sé qué tan lejos estoy aunque de una cosa estoy muy seguro esta vez y es que Ara, no desapareces de mi mente. Creo que ni siquiera pensamos en venir a Marte y debimos hacerlo. Es hermoso en su estilo tan diferente. La ciudad tiene una arquitectura extraterrestre, literal y figurativamente hablando. No, no hay remedio y debe ser porque cuando anochece en el cielo se ilumina esa pequeña ampolleta celeste donde sé estás tú en algún lugar, tal vez mirando esa estrella roja que no es estrella, pensando que como yo siempre fui un hombre de Marte nuestra relación nunca fue en realidad para siempre. Me iré donde ya no puedas verme, ni yo a ti.

Párrafo Final

Estaba esperando la partida de mi viaje en la estación con mi pasaje en la mano ansioso por emprender un nuevo escape. De improviso escucho que alguien se sienta a mi lado y me dice:
-Bonito lugar, he estado ahí ya- me dice con una sonrisa mientras indica con su dedo mi pasaje.
-Vanesa por cierto- se presentó y al decirle mi nombre dijo –yo también voy en el mismo viaje- señaló y su voracidad por encontrar conversación me contagió rápidamente.
-Queda un buen rato eso sí- acoté y como si esperara esa respuesta me propuso de inmediato.
-Invítame a un café y a cambio te cuento de ese lugar al que vamos- ofreció muerta de risa y acepté encantado.
Quedé entusiasmado con su descripción de mi nuevo hogar y para no cortar conversación nos las arreglamos para irnos sentados juntos en el viaje. No paramos de contarnos cosas durante todo el trayecto y pronto nos vimos en la estación de destino compartiendo un taxi, intercambiando teléfonos y prometiendo vernos otra vez, para un café o tal vez una copa de helado de esas gigantes para compartir.

FIN

(Si este final no te convence te propongo continuar leyendo. Si no, mejor te detienes)

Párrafo Final Alternativo

Con tanto trabajo y mi empeño por dedicar tiempo a cuanta cosa se me iba ocurriendo con tal de olvidar a Ara que al final no volví a ver a Vanesa y nuestra relación se quedó en los pasillos de las estaciones y la última vez en vernos fue en ese último taxi compartido.
¿Hace cuánto atrás fue eso? Cinco, quizás seis ciudades atrás, dos, quizás tres planetas atrás. Ara te extraño tanto que ya no sé dónde estoy, a miles de años luz en uno de esos planetas exteriores tan lejanos donde recién nacen las ciudades tratando dominar los enormes mundos habitados por poblaciones pequeñas y emprendedoras. No me costó nada siendo médico arrendar mi propia nave espacial para trasladarme rápidamente de mundo extraño a mundo extraño, seguro de cada vez alejarme más de ti.
Ahora navegando por el espacio hace rato he abandonado toda cordura. Lejos del último enclave humano, lejos como no te imaginas, como miles de millones de viajes de la Tierra a Marte pero no tanto como para olvidarte. Ara, tu rostro aparece en todas las combinaciones de estrellas y la única solución es dejar de verlas ir más allá del fin del universo y recorrer para siempre la negrura eterna.
Y aquí estoy rodeado por el espacio vacío, la nave va a toda velocidad pero no hay cómo avanzar hacia delante una vez atrapado en medio de la nada.
No debí dejarte seguir conmigo todo este tiempo Ara.

FIN


miércoles, 9 de enero de 2013

El Rey Del Láser

Rincón de los Relatos


Quiero todo esto oscuro… no, no, sin luces solo los láser… ¡ah, ya verás!...“Laser Frenzy” con tubos de neón, de varios colores así la gente sabrá que dentro el juego de láser lo es también… ¡No hombre! por supuesto que son inofensivos…

Si supieran mis inversionistas, claro no queman piel, ni siquiera serían capaces de dañar una mosca porque el poder usado es mínimo, y más que suficiente. La discoteque es una caja negra en cuyas paredes cuelgan en disposiciones al azar un montón de generadores de rayos láser que no hacen nada sino iluminar y crear un juego que pretendo sea alucinante, mejor que cualquier dosis de heroína. Todo eso mezclado con la distorsión electrónica del DJ. Para todo hay un secreto sin embargo…

No se van a cansar, todo lo contrario la música y el juego de luces provocarán tal frenesí que nadie querrá irse de este lugar… ¿¡ja, repartir estampados de heroína!? no será ni remotamente necesario... las dudas se despejarán luego de la primera noche.

Desde mi oficina con ventanas hacia afuera y adentro, único lugar libre de láser, veo la enorme fila para entrar al parecer el video promocional que circuló por internet llamó a mucha gente deseosa de conocer esta locura de la discoteque de los láser. A casa llena la electrónica mezclada recorre el cubo musical y junto con los rayos luminosos, una locura pintada toda la gama de colores y emergiendo de todo lugar posible inclusive desde el suelo los que causaron sensación y sorpresa. La temperatura sube, así como el volumen, la intensidad de la luz, la cantidad incluso y bailaban y abrían la boca para saber si se podían alimentar del láser y a las cuatro horas juran todos que los láser rojo saben dulce y los violeta salados.

La fiesta no va a terminar, eso es Laser Frenzy y gracias al sistema de cobro permite cobrarles a todos su entrada cada ocho horas a través del smartphone y apenas les llegan los mensajes de notificación levantan el celular en señal que no se irán y vuelven a abrir la boca para comer un poco de láser verde y el amarillo qué increíble cómo quita la sed. La fila afuera no se mueve, nadie se va, nadie entra. Mis inversionistas demasiado felices montan máquinas de construcción relámpago y en dos días la discoteque duplica su tamaño, sus láser y sus DJ.

Todo va a la perfección. En tres días nadie ha salido de Laser Frenzy y la fila para entrar solo envalentona a los empresarios a pagarme más agradecidos del milagro financiero y en helicóptero traen un cubo negro enorme desde Alemania para ponerle segundo piso al local. Y la fila para entrar sigue con la misma extensión como si la ciudad se fuera enterando de a poco de esta locura. Pronto estarán todos en la discoteque, bailando y comiendo láser.

Cuando los helicópteros dejan caer el cuarto piso se presenta a mi oficina el alcalde de la ciudad quien nunca ha visitado el local y se nota muy desesperado. Me indica que sus recolectores de basura no se han presentado a trabajar ni tampoco los jóvenes que lo ayudarían con su campaña electoral ni tampoco las secretarias ni siquiera concejales y no se olvidó por cierto de mencionar a sus hijos. Le dije…

Señor alcalde, no se preocupe mire lo invito a conocer las dependencias antes de ponernos a conversar… por supuesto que no le cobraré cómo pregunta eso… lo invito a probar láser naranjo… probar eso dije, simplemente para amenizar una charla amistosa…

Y ahí está el alcalde. Desde hace dos días no sale de aquí convertido en un adicto autoproclamado del empalagoso láser blanco y repentino amante de la música electrónica. Vengo llegando de un paseo por la ciudad y ha sido de lo más asombroso. No hay tráfico ni en las calles donde siempre había, no hay colas ni en el supermercado más enorme y la gente está mucho más amable. Eso sí, todo se ve algo abandonado, tiendas permanentemente cerradas, oficinas donde los papeles amarillos deambulan libres y casas desvalijadas sin que a nadie le importe. Y de todas partes se pueden ver los láser que apuntan al cielo desde la torre negra de la discoteque. Un orgullo, ya imagino cuando sea un imponente edificio imposible de perder de vista.

Siempre lo supe, el éxito ya es total. La ciudad entera está dentro del rascacielos de más de 30 pisos, repleto de gente bailando, alucinando, alimentándose de los láser como si fuera la comida más deliciosa de todo el mundo. Y no es tan tonto decirlo: están aquí pasando su mejor momento, un eterno mejor momento y no tardaron en descubrir mis luces saborizadas el invento que jamás revelaré porque me ha puesto al mundo danzando al ritmo que les impongo.

La historia sigue y seguirá como cualquier negocio. Los inversores vueltos locos han inventado paquetes turísticos para que gente de todo el mundo venga a Laser Frenzy para nunca dejarla, a este ritmo de sucesos sin duda llegará el momento en que la torre traspase las nubes y la atmósfera misma para llegar hasta el espacio y llenarlo de rayos láser mientras yo me paro en la cima del edificio con el resto del mundo bajo mis pies.

miércoles, 2 de enero de 2013

Sueño de Año Nuevo

Rincón de los Relatos


Llego a una pequeña gradería frente a una pequeña cancha de fútbol donde no importa mucho si alguien juega. Estás sentada mirando concentrada. Me siento a tu lado y te saludo por tu nombre, uno que he intentado dilucidar desde entonces. Me miras, me reconoces y me sonríes. Me siento a tu lado, me tomas el brazo y te acurrucas en mi hombro.

Desde que me mudé a esta nueva ciudad ese es el primer sueño que recuerdo. Representa tantas sensaciones y tan importantes no he olvidado detalle de esa pequeña historia excepto aquella pincelada vital: el rostro de la protagonista y cómo se llama. Haberla encontrado y llamarla tan atinadamente por su nombre es de esas certezas oníricas sin explicación pero con un sentido inequívoco de seguridad, le dije “hola” y luego sin duda su nombre. Y ha pasado por tantas descripciones físicas, cambios de cabello, de ojos, de porte, incluso de ropa, de voz, sin embargo siempre es la misma.
Siempre.

Su última forma, sentada ahí viendo el juego, pelo negro y no tan largo, vestido rojo y tan largo. Hace tanto es ella, hace tanto sé cómo la llamé cuando me la encontré. Hace tanto que debió cambiar. Pero no lo hace. Ahora es un sueño con aroma a arrepentimiento por llegar tarde a ver el juego y así y todo no te vas. Qué enredo y qué terror al verte por tanto tiempo vagando por ese sueño que he considerado trascendental a pesar de su naturaleza simple y anecdótica. Va a terminar otro año y no te has ido.
No quiero que te vayas.

Te paso a buscar en mi auto y me dices “llegas justo” me sonríes y a partir de ahí… es todo… felicidad. Veo pasar los caminos pero sobretodo a ti de copiloto, simplemente nos vamos de aventuras esperando que el auto despegue y se convierta en un aeroplano que combine con tu cabello negro no tan largo, con tu vestido rojo tan largo. Eres tú pero esta vez deliberadamente tú y no dejas de sonreír y la felicidad inunda el sueño, lo ahoga, y en la radio se escucha “everything’s here, all out of place” vamos a mil por hora y me alegra tanto estar contigo “losing my memory, saving my face” siempre fuiste tú, te conocí por primera vez hace ya una década en esas graderías y despierto de golpe (fue un sueño) y aprovecho esos segundos antes de volver a la realidad porque la felicidad me acompaña hasta esos instantes (no puede ser…) y es justo el primero de Enero una irónica señal de un tiempo nuevo, de oportunidades renovadas.
Hace tanto no te veía.

Me levanto al rato después luego de fracasar en el intento de volver a dormir para regresar al sueño. Eso sí, enfrento el primer día del año con la convicción de alguien que sabe muy bien cuál debiera ser su resolución de año nuevo.