OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

miércoles, 27 de julio de 2011

Recortes de Cuaderno

Rincón de los Relatos

Repartidos en diferentes cuadernos, pequeños escritos sacados de no sé dónde mientras pensaba en quién sabe quién... (sincerando) quizás el quién lo sé.

Risas de Café
¿Podrás creerlo? todavía te recuerdo, te reirías de mi pero aunque fueran burlas me gustaría hacerte reír una vez más, ver llorar tus ojos a carcajadas, que sonrojen tus mejillas con ese color tan especial que nunca he vuelto a ver. Ha pasado tanto tiempo y recuerdo nuestros mejores momentos, mis mejores fueron junto a ti pero ha pasado tanto tiempo, creo que no seríamos capaces de reconocernos otra vez, nos veríamos al rostro y seríamos otra cara más en las calles y nos olvidaríamos sin siquiera recordarnos otra vez. A pesar de eso nunca he dejado de buscarte, miro los ojos de las mujeres al pasar y trato de encontrarte, trato de ver que te ríes, a carcajadas de un mal chiste, y cuando te encuentre nos iremos a tomar un café sin decirnos nada porque tú también me encontrarás y nos tomaremos el cappuccino del tanto tiempo y te contaré cuánto me costó llegar a ti y tú me contarás la misma historia y los dos a carcajadas botando el café por las narices.

Frívola
¿Por qué a veces me quieres?
¿y a veces no?
Hemos estado juntos y ha sido perfecto
Y otras veces ni me miras, siento desprecio
Es ahí cuando no quiero pensar en ti
Maldito cliché novelesco
No puedo dejar de hacerlo
Si vieras a las estrellas estallar
Cuando pienso en tu rostro
Se dibuja en las nubes del cielo
Y estoy tendido en el pasto viéndote en todas
Y pasas tú con tu aeroplano y las borras todas
Me haces parecer un tonto
Porque siempre espero a que tú me saludes
Espero a que las nubes las veamos juntos
Y sigues allá arriba donde el aire es más frío

De Barajas a Charles
No va a pasar jamás de nuevo. Estaba en la fila de Madrid esperando el vuelo a París y había un cubo de cristal lleno de humo y al pasar a su lado estabas tú cigarrillo en mano, pelo negro profundo, labial rojo, ojos grises, actitud distante, postura elegante, me paralizaste, con todo lo nervioso que estaba por el viaje al que llegué atrasado y otras mil dificultades. Estaba de pronto en un mundo fantasioso y confuso, tenía casitas en los árboles y enormes edificios de vidrio, había conejos parlantes y autos voladores, estaba muy calmado y había mucho ruido y tu mirada, tus labios, tu cabello, aparecían en todos lados y caminaba lento porque en cuanto subiera al avión nunca volvería a verte ni a ese mundo, ni a la caja de humo y de pronto París me parecía innecesario a lo más un simple premio de consuelo.

Infusión Galáctica
Tenía ésta loca idea de llegar al espacio
Busqué metales y cables, partes y motores
Mientras mis vecinos me daban limosnas o reían
Ensamblar, cauterizar, acoplar, conectar
Nada importaba y los perros comenzaban a olisquearme
Las moscas a rodearme, las gaviotas a acompañarme
En un tiempo indeterminado de barba larga y uñas sucias
La nave estaba armada, lista para el despegue
Tres, dos, uno y nada pasó
No lo entendía, estaba desesperado
Tres, dos, uno, tres, dos, uno ¡tres, dos, uno!
Y aborté la misión
Vagué por las calles de la ciudad sin buscar nada
Nada había ya hasta una mano piadosa
Tu mano, me miraste y tan sólo con eso me salvaste
Y fue tan fácil entonces porque contigo
He visitado las estrellas tantas veces
Nunca me canso de volar contigo al espacio

Incrédulo
¡Qué edén ni qué nada! solía decir porque soy un escéptico por naturaleza. Ni vida después de la vida, ni paranormal, ni nada, el mundo me pareció siempre simple, tangible, real. Quién me viera ahora escribiendo poemitas sobre lugares imposibles y criaturas fantásticas, sobre estrellas brillantes y lunas preciosas, empieza a llover y me pongo a suspirar, veo parejas y les sonrío, todo es tan irreal ahora, todo parece tener alma, corazón, sentimiento todo cambió cuando te conocí, nos conocimos, ecuaciones por rimas, geometría por aromas, certezas por fantasías, el mundo entero por ti.

Mejillas rojas
No había conocido sonrisa más contagiosa, tan seria eres y de pronto algo te hace reír, te pone alegre y sonríes y no puedo evitar mirarte y sé que te sonrío de vuelta como un tonto pero más todavía mis mejillas enrojecen y una leve picazón les hace cosquillas y me dan ganas de tomarte de los hombros, mirarte a los ojos y decirte “te quiero” porque pierdo el control y mis mejillas me hacen cosquillas y tú me miras extrañada y dejas de sonreír pero aún siento cosquillas ahora en mi garganta nerviosa y consciente de la estupidez que dijo y te pones seria y me desapruebas con sinceridad como lo haces con todo lo que no te gusta pero aún siento cosquillas ahora en mi estómago en estado de negación y me dices que me aparte, que no diga tonteras y te vas corriendo indignada pero aún siento cosquillas ahora en mis pies que quisieran salir corriendo tras de ti.

Inspiración de Papel en Blanco

Al dedicarse a escribir incluso a nivel aficionado como yo se corre un peligro imposible de evitar. A veces pasan por la mente miles de hojas en blanco, una lluvia seca de ideas, tormentas sin ruido y no sabes qué hacer a qué recurrir para volver a esos momentos donde todo parece tener poesía. He decidido pensar en ti cuando pase eso, en las cosas más simples de ti como esa foto que tanto me gusta, en las cosas más absurdas que me haces sentir como cuando mi corazón salta al ver un mensaje de texto con tu nombre. Aquí vamos, sentado en un parque cualquiera.





Llevo largos minutos pero no lo entiendo pienso en tu rostro, las veces que hemos reído juntos,




pero es absurdo. No me puedo concentrar cuando me acuerdo de ti, tal vez porque eres demasiado linda para escribir sobre ti, inspirado en ti, me haces subir a las nubes, más arriba, vuelo contigo ¡mira cómo se ve todo desde acá arriba! mientras yo te veo a ti



tal vez no puedo escribir pensando en ti porque nada me importa cuando estoy contigo excepto estar contigo, tal vez es porque cuando nos vamos a volar se me olvida llevar el lápiz.

Intento Fallido de Poema 2
Yo sé, lo sé, te encantan los poemitas aunque no rimen y me gustaría tanto regalarte uno que diga todo lo especial que eres, lo hermosa que eres pero ¿te imaginas qué imposible es? Busco un lugar, un exterior para ayudarme y encontré este parque donde penan las almas de poetas atormentados por musas que fueron demasiado grandes para su pobre prosa, nada más pasto y un trazo de tierra y el resto vacío, el mundo termina allí no hay ni cielo ni nada hacia los lados, mis ojos se cierran mi mente te imagina e intenta recitarte algo y te ríes caprichosa, corres más lejos de lo comprensible y el colapso es total, un balazo entra en mi cráneo, cercena el cerebro, las neuronas, la electricidad se interrumpe y el corazón queda a oscuras y la respiración se vuelve innecesaria todo se detiene, el cuerpo inmóvil de cabeza a pies, se corta la energía de pulmón a mitocondrias y un muerto más, un alma errante más, desesperado por encontrar las palabras perfectas para al fin arrancar de ese parque y correr tras de ti.
Imposible retratarte sin usar palabras y versos fuera de este universo.

sábado, 23 de julio de 2011

Pizarra de Vuelos


Rincón de los Relatos

Sólo a ti se te ocurre llegar a las 6 de la mañana aún de noche con un frío seco pero agradable. Tal vez no es el frío lo seco sino el café del único local abierto en el aeropuerto, en un vaso sin marcas, un sabor sin pretensión más que despertar un poco a los vigilantes de la pizarra avisando vuelos procedentes desde tantas partes y tan lejos. Un bulto de gente y sus bultos cansados aparecen por el pasillo de salida y desconocidos levantan sus letreros buscando desconocidos y yo, un sorbo y una ojeada a la pizarra y todavía no aterrizas, quizás el avión espera el amanecer del sol no visto hace muchas horas por correr delante de él. Más lento pasa el tiempo esperándote aquí que tachando los meses del calendario esperando por ti, casi un año y regresas en la conexión de Madrid ahora cambiando lentamente a “landed, ya estoy aquí”. Me pregunto si debo sacar un letrero con tu nombre y así me reconozcas.

El segundo café ya hace rato helado, el amanecer asomado, yo pensando de pronto en el nuevo mundo en tus pesadas maletas y tal vez sólo las vea pasar como valija olvidada en la eterna cinta pensando que volverás por mi, sabiendo que nunca lo harás. Ahí vienes, lo presiento, entre otro bulto de viajeros y sus desconocidos y los bultos levantando letreros para ser reconocidos y me ves desde lejos y me sonríes y levantas el letrero con mi nombre y yo tu valija y nos abrazamos tanto si es que tal cosa es posible.
-Te traigo tu maleta- me dices y veo tus brazos cálidos y es verdad.
-No la olvidaste- le digo y sacó de mi bolsillo un papel con su nombre y lo levanto lo más alto posible –yo tampoco olvidé pasarte a recoger.

viernes, 1 de julio de 2011

Sin Fuego y Luego Un Pez

Rincón de los Relatos

Estábamos navegando juntos el Támesis
la última vez que cruzamos miradas
palabras, sonrisas cómplices de un secreto
conocido por ambos pero ignorado por nosotros
y en vez de escucharnos nos ganó la neblina
cada vez más densa, extraña, confusa
ni siquiera estábamos en el mismo barco              Me recuerdas mi antigua ciudad
pero sí en el mismo río                                         todo es familiar contigo, todo nos interesa
donde se ha hundido nuestro secreto                    caminamos horas conversando de las nubes
al que no intenté rescatar                                     en un día despejado
el doctor dijo que era demasiado tarde                  me recuerdas la ciudad del norte
monosílabos en el monitor, susurros sin aire         te lo dije y me dices que es imposible
compresión torácica, luces verdes y rojas             porque mi secreto es una historia
y quedaron las cenizas                                       donde el río cobra fuerza
de un fuego que nunca ardió                                y vienen los peces nadando contra corriente
y quedaron las cenizas                                       y te ríes porque trato de agarrarlos con la mano
de un fuego que ambos imaginamos                     “a ver, déjame ayudarte”
y nosotros nunca encendimos                             ¡qué divertida te ves!
                                                                         pero bastará que nos miremos una vez más
                                                                         que tus manos y las mías
                                                                         para atrapar al único pez nadando río abajo