OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

domingo, 23 de marzo de 2008

Sofía Virgo en: Las Tías Rivales

Rincón de los Relatos

La familia Maltés, vecinos de al frente de Sofía, son apodados como la “familia gemela” y no es esto sólo por Pablo y Raúl hermanos gemelos y compañeros de curso de Sofía. También están sus tías treintonas y también gemelas idénticas, tanto así que ambas quedaron embarazadas y concibieron al mismo tiempo. Raquel tuvo un niño y Loreto una niña. A aquellos niños se les refiere como los “gemelos por derecho” en todo el barrio.
Las tías estaban de visita en la casa de los Maltés, Raúl cruzaba la calle apresurado.

-¡Ya voy! – gritó Sofía al oír el timbre.
-¡Raúl! ¿qué tal? – saludó la anfitriona a su vecino con el mejor ánimo que se puede tener un sábado a las nueve de la mañana.
-Necesitamos tu ayuda, hay un problema con mis tías – contestó sin desesperarse aunque visiblemente apurado.
-Otra vez problemas de personalidad doble – bromeó Sofía recordando la cita doble de Karen.
-Así parece – se sonrojó el gemelo – desaparecieron unas joyas de mi mamá, cuñada de mis tías, y mi hermana chica dice que vio a una de ellas en la tarde de ayer hurgando en los muebles del “living”- contó Raúl.
-¿Entonces tu hermana sabe quién fue no? – percibió de inmediato que a pesar de una respuesta positiva sería igualmente un caso apasionante.
-Dice que fue Loreto pero ella lo niega tajantemente – respondía y explicaba Raúl.
-Ya veo, vamos a tu casa entonces. Te ayudaré con esto – y ambos partieron a la casa de la familia Maltés.
El griterío se oía desde la puerta, la discusión entre las tías gemelas era fuerte y agresiva aunque no a golpes. Sofía entraba algo asustada a la casa pues una de las pocas cosas que pone nerviosa a Sofía Virgo es la violencia.
-¡Tías! ¡Cálmense! – llamaba Raúl a la paz. Debió insistir por un par de minutos hasta que, quizás por ver a la visita, se relajaron y dejaron los insultos de lado.
-Ella es Sofía... – la detective interrumpió rápidamente a Raúl.
-... Virgo, la vecina de en frente – le gustaba usar más su seudónimo que su apellido real cuando de un caso se trataba.
Ah! – Exclamó Raquel con admiración – tú eres la famosa Sofía Virgo, hace tiempo quería saber como eras – “una fama de dos cuadras a la redonda, nada mal para una principiante” pensaba Sofía con orgullo.
-Bueno, aquí estoy lista para escuchar su problema. Raúl me relató el robo de las joyas de la señora Jessica (mamá de los gemelos Raúl y Pablo) y que Francisca (la hermana menor de los gemelos) vio a Raquel intruseando los cajones del mueble del “living” donde, supongo, se encontraban las joyas – Resumía rápidamente para no volver a escuchar lo mismo de nuevo.
-¡En primer lugar yo no robé esas joyas!- alegó de inmediato la acusada.
-¡Y en segundo lugar te vieron hermanita sacarlas del cajón de la cómoda!- fue el áspero comentario de Loreto.
-Parecen enfadadas por algo – se atrevió a deducir Sofía.
-Es un asunto familiar niña – dijo Loreto enfadada.
-Señora Jessica – se dirigió la detective a la mujer afectada – necesito saber sobre esta pelea familiar si quiere saber quién robó sus joyas. La señora Jessica lloraba por sus joyas y al ver la posibilidad de recuperarlas habló sin tapujos.
-Resulta que estas dos mujercitas acá presentes son madres solteras. Pero hace un par de meses conocieron a un tipo del que ahora ambas, como no es de extrañar, están enamoradas tanto de él como de su futura condición de padre – y en un arranque de rabia le gritó a Raquel -¡Maldita! ¡Tú sabes lo importante que son esas joyas para mí! – Apenas respiraba - ¡Cuantas veces te las enseñé y te conté sus historias! –
-Peleando por el mismo tipo, me suena tan familiar – reía mirando a Raúl.
-El asunto – continuaba la mamá del gemelo volviendo a la tranquilidad – es que han estado realmente insoportables desde entonces, siempre peleando y desacreditando a la otra. Hace un par de semanas tuvimos una cena familiar donde el “candidato” – lo nombró haciendo el gesto de las comillas con las manos – estaba presente. Como conclusión de la sobremesa nos enteramos que el tipo es un abogado y que está inflado en dinero. Desde ese momento me da la impresión que serían capaces de matarse por el famoso abogado.
-Gracias por la aclaración señora Jessica, ahora me gustaría hablar con Francisca – pidió la detective y Raúl de inmediato fue a buscarla a la habitación del segundo piso.
Mientras llegaba Francisca, la detective se dedicó a mirar atentamente a las gemelas. Ambas estaban cargando a sus guaguas, bastante parecidas por lo demás. Le llamó la atención lo ordenada de Raquel y el desorden de Loreto, quizás su más marcada diferencia. Por ejemplo la ropa de sus guaguas. El bebé de Raquel estaba vestido con un mameluco azul totalmente arrugado, tanto como el cabello de la madre. La hija de Loreto en cambio tenía un mameluco rosado limpio y planchado a la perfección, tanto como el maquillaje de su progenitora.
-Hola Sofi ¿Cómo estás?- saludó alegremente Francisca.
-Qué tal Franci, acá resolviendo un dilema- respondió la detective. –Me dijeron que eres tú la testigo del robo, ¿me puedes decir lo que viste?-
-¡Claro! – reflexionó por un momento – Eran como las siete de la tarde, estaba arriba en pieza y bajé para buscar jugo a la cocina. Fue ahí cuando vi a Raquel en el living hurgando en los muebles. Estaba como apurada y miraba hacia atrás a cada rato –
-A ver, a ver... – Sofía ordenaba su interrogatorio - ¿Cómo es que Raquel no te vio? –
-La vi escondida detrás de la muralla y viendo de reojo a través de la puerta abierta – respondió segura.
-¿Cómo supiste que era Raquel? –
-¡Oh! estaba cargando al pequeño Cristóbal – señaló.
-¿Viste cuando sacó la joya? –
-Si, se la metió al bolsillo y se sentó en un sillón-
-¿Por qué no le avisaste a tu mamá entonces?-
-Porque no sabía que estaba robando, pensé que era su joya-
-Dime, ¿se demoró mucho en encontrarla?-
-Aaah... – Francisca tardó en contestar – no la encontró de inmediato, eso es seguro. Buscó con rapidez, repasó varias veces los mismos cajones hasta dar con la joya – contaba recordando todo muy bien.
-Si no tienes nada más que decirme hemos terminado porque no tengo nada más para preguntarte – terminó Sofía su interrogatorio. Entonces todos se quedaron en silencio incluyendo a las tías peleadoras e incluso a las siempre ruidosas guaguas.
-Bien amigos- habló Sofía después de un largo rato de silencio, provocado por Sofía totalmente a propósito claro – ya sé qué a pasado acá- y su sentencia prendió rostros de curiosidad en todos los presentes.
-¿Que acaso no está claro ya?- preguntó la afectada.
-Tan claro como el agua, Loreto es la verdadera ladrona-

Sofía no ha declarado sentencia así nada más. Todo tiene su justificación tanto la motivación, al parecer muy clara en este caso, como el modo de actuar, en este caso esencial. Sofía debe probar ante todos su teoría ¿Cómo lo hará entonces? Amigo Lector: ¿Puedes anticipar qué clase de evidencia presentará para que nadie dude que fue Loreto la ladrona de las joyas?

-¡¿Cómo te atreves chiquilla?!- se enfureció súbitamente Loreto al verse atacada.
-A mi me parece de lo más lógico aun sin tener pruebas de ello – dijo Sofía tan calmada, tan fría, con esa actitud que intimida tanto a inocentes como culpables.
-¿No me crees lo que vi?- Francisca, en su interior, sabía cuanta razón tendría su vecina al final de todo esto.
-Te creo, es más, es lo que debías ver- respondió misteriosamente.
-Verás, esto es lo que creo ha pasado- Sofía otra vez dejó todo en suspenso mientras ordenaba sus ideas y se rascaba la mejilla.
-Las señoritas acá presentes – comenzó –tienen una rivalidad latente por ese abogado. Obviamente ninguna iba a retroceder así como tampoco se quedarían de brazos cruzados. Fue entonces cuando a una de las gemelas se le ocurrió difamar a su rival y nada mejor que un robo para desacreditarla ante un abogado. Es por eso que no tiene ningún sentido que Raquel haya sido vista robando la joya – Todos los presentes se extrañaron ante esta última oración.
-¿Cómo que no tiene sentido? Francisca no ha inventado nada – Raúl defendió a su hermana.
-No he dicho nada sobre invenciones- y Sofía miró fijamente a Loreto –Aquí el robo no importa, el objetivo era difamar a Raquel ¿no es así? – era la primera vez que se veía a Loreto sin respuestas.
-Hay dos cosas que te delatan. Primero, la señora Jessica en su desesperación dijo “ella sabe lo importante que son para mí esas joyas, siempre se las muestro y les hablo de ellas y de donde las traje” entonces ¿Por qué se demoró tanto la ladrona en encontrarlas cuando sabía dónde estaban? La respuesta es simple: fue pura actuación. Loreto sabía que Francisca la miraba, posiblemente la oyó bajar por la escalera y entonces hizo un escándalo lo suficientemente llamativo para que Francisca husmeara su actuar –
-Eso suena bien pero incluso así, Francisca dice haber visto a Raquel y no a Loreto- dijo la señora Jessica a modo de pregunta.
-Ahí viene el segundo punto que delata a Loreto: Disfrazó a su hija como si fuese el hijo de Raquel. ¿Por qué estar buscando algo que necesitas encontrar lo más rápido posible con un bebé en tus brazos estorbando? y la razón es muy simple, ella quería ser vista por Francisca con un bebé en los brazos, un varón con su mameluco azul así nuestra testigo supondría de inmediato que la ladrona era Raquel – ya se sentía triunfante.
-Eso no lo puedes probar- Loreto lo decía sin ánimo, ya derrotada.
-¿Probarlo? – Se dirigió a Francisca - ¿Es ese el mameluco que ayer andaba trayendo la guagua cuando viste a la ladrona? – se lo dijo apuntando al bebé de Raquel.
-Sí, ese es sin duda, tiene ese logo de osito y es el único así del pequeño Cristóbal – respondió sin dudarlo.
-¿Lo ven? Está todo arrugado. Es una mera suposición pero es bastante temprano y dudo que ya hayan planchado la ropa y tampoco creo que Raquel le ponga a su niño la misma ropa dos días seguidos- Loreto ya estaba hundida, Sofía comprendió aquello. Ya era hora de retirarse.
-Gracias por todo esto Sofía – le dijo Raúl. Todos los demás estaban pasmados por el resultado del caso. Loreto con sus lágrimas confirmaba su culpa.
-No te preocupes, es divertido esto de cómo los gemelos siempre tratan de tomar la identidad del otro para tomar alguna ventaja – bromeó con ironía.

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