Inspiración. Yo creo que nadie tiene claro lo que esa palabra quiere decir o si existe tal cosa. Pero les confieso algo, cuando se me ocurren los cuentos de la sección Rincón de los Relatos (y en general cualquier idea "creativa", y ahí otro termino discutible) no es un proceso mental del todo común. Y funciona de mil maneras. Por ejemplo una vez una prima necesitaba ayuda con una tarea: contar alguna experiencia donde el prejuicio le haya jugado una mala pasada. Comprometido con su causa me puse a pensar en un relato útil para ella y novedoso para mí. Y ocurrió de pronto un "¡eureka!" mental, un encaje de engranes cuyas piezas no conocía. El concepto, el final, el inicio, todo el cuento apareció completo en un solo instante.
Inspiración. Eso de que "las ideas vienen solas", absolutamente falso. Funciona parecido a un rompecabezas. Imaginen que cada cosa que experimentan, sienten, piensan, atestiguan, aporta una pieza de rompecabezas al baúl de las ideas; pero éste contiene infinitos puzzles y nunca se sabe a cuál pertenece la pieza que acaban de atesorar. Y repentinamente, fulminante, uno de los rompecabezas se completa. Aparece completo sin haber visto o siquiera enterado de cómo era antes de estar finalizado. He ahí una creación, ese proceso sólo explicable con la famosa inspiración.
No es tan descontrolado como parece serlo, piensen en los de los relatos de mi prima. Cuando me habló sobre el tema de los prejuicios, de que las historias debían ser en primera persona y mujer (se supone que ella fue la autora de la tarea) me entregó unas cuantas piezas con rostros muy claros. Bastaba explorar el baúl de las ideas y encontrar las restantes piezas que encajaran con ellas. Sea como sea, con o sin piezas desde el inicio, generalmente varias ideas pasan por mi cabeza. Y algunas de esas vienen a parar a este blog o se quedan vagando en hojas sueltas o encerradas con pestillo en un rincón de mi mente.
En este úiltimo par de semanas, me he sentido como en una sequía de inspiración. Nada, nada realmente destacable ha salido del baúl de los rompecabezas. Siento que las piezas recolectadas son asombrosamente distintas a las dispersas en el baúl. Me parece estar tratando de apilar cubos sobre esferas, abrir cerraduras con llaves de plasticina. María José me dijo "escribe para el concurso Cuéntalo en Amarillo" y al poco rato aparecieron un par de conceptos, pero nada de finales ni inicios y mucho menos un desarrollo decente. Quizás el baúl tiene un doble fondo donde el resto de las piezas amarillas están recluidas y yo sin saber como descubrirlas, o simplemente pueda que no existan.
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