Es un clásico reunirnos a la hora de almuerzo en el Tito’s y conversar de lo que sea menos de trabajo. El tema de aquel día no dejaba de ser interesante.
- El otro día – comenzó el flaco Quezada - le pregunté a una amiga como es el hombre ideal para ellas.
- No me digas nada – le interrumpí – un tipo tierno, enamorado, amable, bueno, tranquilo, devoto a su mujer, fiel, sincero, poeta, que regale flores, que no se olvide de aniversarios... –
- ¡El príncipe azul! – gritó Wilson evidentemente exhausto de escuchar ese término.
- Tal cual – corroboró Quezada.
- No sean idiotas, eso es en las novelas pero no en la realidad – refutó Javier – eso es sólo lo que dicen –
- Pero lo dicen – le recordé – eso tiene que significar algo, no lo dirían todas si no tuviera algo de cierto.
- ¡Oh por favor! – se molestó Javier – las mujeres buscan todo lo contrario al príncipe azul en una pareja –
- Pero aun así siempre dicen querer encontrar a un sujeto ideal con estas características, como si fuera su principal sueño – agregué defendiendo mi punto.
- ¡Di-cen! – Javier me lo dijo como a un niño – entiende.
- Creo que Javier tiene razón, además las mujeres siempre se quejan de que no encuentran a su príncipe azul – Quezada tomaba posición en la discusión - ¿Cómo pretenden encontrar al príncipe si nunca lo buscan? – gran pregunta pensé en ese momento.
- ¡Acá viene nuestra respuesta! – Wilson nos indicaba la llegada de Mariela.
- ¿Respuesta para qué muchachos? – dijo antes de saludar, pues había escuchado lo dicho por Wilson.
- Muy simple, queremos saber si es de verdad que existe la pareja ideal para las mujeres. Algo así como un príncipe azul – aclaró Wilson a nuestra colega.
- Hombres – dijo en un suspiro y negando con la cabeza –
- Pero dinos, ¿no te gustaría encontrar algún día a la pareja perfecta, llena de fidelidad, comprensión, poesía, enamoramiento, devoción, y qué sé yo cuántas cosas más? – le pregunté tratando de hacer que entrara a la discusión más que asediarla con preguntas.
- Es que yo ya encontré a mi pareja perfecta – respondió Mariela y nos sorprendió a todos.
- Eso lo dices porque es tu pareja – desacreditó Wilson las palabras de Mariela.
- No es cierto, te lo puedo asegurar mi pareja actual es esa pareja ideal buscada por todas las mujeres del mundo – estaba absolutamente segura de lo que decía, se le notaba en la mirada, en la impostación de la voz, en su lenguaje corporal.
- ¡Hey ahí viene mi amor! – se exaltó Mariela justo luego de su declaración – Ahora van a conocer de quién estoy hablando – y entonces se acercó a la mesa la pareja de Mariela, la ideal.
- ¡Atención amigos! – Mariela nos presentaba a todos a su nueva pareja – Mi amor, ellos son mis colegas de la oficina, colegas: les presento a Francisca, el amor de mi vida.
- El otro día – comenzó el flaco Quezada - le pregunté a una amiga como es el hombre ideal para ellas.
- No me digas nada – le interrumpí – un tipo tierno, enamorado, amable, bueno, tranquilo, devoto a su mujer, fiel, sincero, poeta, que regale flores, que no se olvide de aniversarios... –
- ¡El príncipe azul! – gritó Wilson evidentemente exhausto de escuchar ese término.
- Tal cual – corroboró Quezada.
- No sean idiotas, eso es en las novelas pero no en la realidad – refutó Javier – eso es sólo lo que dicen –
- Pero lo dicen – le recordé – eso tiene que significar algo, no lo dirían todas si no tuviera algo de cierto.
- ¡Oh por favor! – se molestó Javier – las mujeres buscan todo lo contrario al príncipe azul en una pareja –
- Pero aun así siempre dicen querer encontrar a un sujeto ideal con estas características, como si fuera su principal sueño – agregué defendiendo mi punto.
- ¡Di-cen! – Javier me lo dijo como a un niño – entiende.
- Creo que Javier tiene razón, además las mujeres siempre se quejan de que no encuentran a su príncipe azul – Quezada tomaba posición en la discusión - ¿Cómo pretenden encontrar al príncipe si nunca lo buscan? – gran pregunta pensé en ese momento.
- ¡Acá viene nuestra respuesta! – Wilson nos indicaba la llegada de Mariela.
- ¿Respuesta para qué muchachos? – dijo antes de saludar, pues había escuchado lo dicho por Wilson.
- Muy simple, queremos saber si es de verdad que existe la pareja ideal para las mujeres. Algo así como un príncipe azul – aclaró Wilson a nuestra colega.
- Hombres – dijo en un suspiro y negando con la cabeza –
- Pero dinos, ¿no te gustaría encontrar algún día a la pareja perfecta, llena de fidelidad, comprensión, poesía, enamoramiento, devoción, y qué sé yo cuántas cosas más? – le pregunté tratando de hacer que entrara a la discusión más que asediarla con preguntas.
- Es que yo ya encontré a mi pareja perfecta – respondió Mariela y nos sorprendió a todos.
- Eso lo dices porque es tu pareja – desacreditó Wilson las palabras de Mariela.
- No es cierto, te lo puedo asegurar mi pareja actual es esa pareja ideal buscada por todas las mujeres del mundo – estaba absolutamente segura de lo que decía, se le notaba en la mirada, en la impostación de la voz, en su lenguaje corporal.
- ¡Hey ahí viene mi amor! – se exaltó Mariela justo luego de su declaración – Ahora van a conocer de quién estoy hablando – y entonces se acercó a la mesa la pareja de Mariela, la ideal.
- ¡Atención amigos! – Mariela nos presentaba a todos a su nueva pareja – Mi amor, ellos son mis colegas de la oficina, colegas: les presento a Francisca, el amor de mi vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario