El Rincón de los Relatos
- La cosa es hacer ruido viejo.
- Así es, esto no puede ser. Diablos qué facilidad para ser unos imbéciles.
- El gobierno no nos puede hacer esto, no podemos quedarnos así.
Los rebeldes entonces colocaron todo su empeño a favor de la causa, cual trataba estar en contra de otra causa. Se pusieron los guantes, tomaron las armas y se conectaron a internet. Llenaron el mundo virtual con videos ajenos y frases robadas para mostrar su enorme descontento.
- Así aprenderán.
- Lo importante es hacerse escuchar.
- Somos imparables, mira cuanta gente nos apoya.
Miles y miles de personas se unieron a la causa. “No puede ser”, “inaudito”, “nos habían prometido otra cosa”. Es que los humos industriales aprobados por el gobierno ponían en peligro una bandada de pingüinos. “Los van a matar a todos” versaban los rebeldes con convicción informada, científicamente apoyados.
- Tenemos que aprender a vivir todos unidos, humanos, naturaleza.
- Si, ya basta de discriminación, especismo, racismo, basta todos.
- Cuándo aprenderán que necesitamos paz, integración.
- Si, ya basta de discriminación, especismo, racismo, basta todos.
- Cuándo aprenderán que necesitamos paz, integración.
No faltó el pobre inmoral que se atrevió a contradecir a los rebeldes. “Creo que los humos traerán progreso”. Imbécil, desgraciado, estúpido y luego sólo improperios. Se encargaron de publicar su nombre por doquier, su foto, y todos le escupieron la cara a través de sus computadores. “No podemos tolerar a ese imbécil”, “muerte al desgraciado”, “a linchar al estúpido”.
- El gobierno sólo cuida el interés económico.
- Nadie respeta la naturaleza.
- Por eso digo que hay crear un mundo más tolerante. Como nosotros. Modernos.
Los humos industriales fueron detenidos en todos lados. Había que cuidar a los pingüinos, a los árboles, las flores, las aves, los peces. Los rebeldes nunca cesaron, nunca se rindieron y siempre que alguien salía con una idea ellos protestaban desde sus pantallas.
- Me opongo.
- Me opongo.
- Me opongo.
Ese era el discurso.
- No, esto sí es intolerable.
- Malditos corruptos, apuesto que en sus casas la luz no se contará.
- No podemos quedarnos así.
- Malditos corruptos, apuesto que en sus casas la luz no se contará.
- No podemos quedarnos así.
Claro que no. Encendieron sus computadores con violencia, blandieron las espadas del posting y las dagas del blogging y plagaron al mundo virtual con amenazas, protestas y querellas. Miles de adherentes se unían a la causa de los rebeldes. Los culpables tendrían que pagar.
- A mí no me van a dejar sin luz.
- Pagamos impuestos, pagamos la cuenta y todavía se atreven a plantear esto.
- No nos dejemos atropellar. Hoy salimos a la calle.
- Pagamos impuestos, pagamos la cuenta y todavía se atreven a plantear esto.
- No nos dejemos atropellar. Hoy salimos a la calle.
Y rápidamente hicieron doble click en el ícono de internet y no se detuvieron en todo el día.
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