Rincón de los Relatos
Camino
por el pasillo, miro hacia el lado y levantas tus ojos alucinantes. El mundo se
congela. Largos, largos segundos… pienso mil cosas y al mismo tiempo hago nada.
Quisiera levantar la mano y saludarte, hacerte un gesto de vida de estoy aquí
pero me encuentro atrapado en los acordeones franceses de tu rostro, en la caída
estelar de tus cabellos, en tu sonrisa contagiosa. Todo se me olvida, dónde
voy, dónde estoy, mi nombre, ojalá supiera el tuyo por tus propios labios y no
por rumores bien fundados de otros, ojalá pudiera ver esos ojos desde el otro
lado de una copa de vino iluminada por una vela perfumada.
Veo que
estás cerca y decido ser más idiota que nunca, más ridículo de lo normal
buscando tu sonrisa, que tus ojos giren hacia mí. Largos, largos segundos… se
escucha una mujer cantar, veo y eres tú sobre un bote que se aleja por un canal
prístino rodeado por praderas. No dejas de mirarme y yo tampoco, sirena de la
vista, reina del iris. Tal vez sean ilusiones ver tu mirada cómplice de vuelta
porque la deseo tanto, me golpeo la cabeza por dentro y cómo le cuesta dejar de
verte al menos por un instante.
Sin tu
influencia es tan sencillo el panorama. Pararme frente a ti y decirte “hola”,
conversar del calor veraniego y de si saldrás de vacaciones. Desde ahí parece
fácil llegar a una tarde compartiendo un café. Sin embargo cualquier plan cae
como casa de cartas hipnotizado por tus ojos fantásticos, por la imaginación de
mis manos explorando el arco de tu risa de pronto el aroma de la lluvia cayendo
sobre tus mejillas de fresa. ¿Quién podría esbozar palabra ante tan paralizante
retrato pintado por el artista ejecutado por desafiar la belleza del creador
magnánimo?
Tal vez
estoy loco, tal vez imagino, pero algo hay de vuelta en esos ojos hacia los
míos. Tal vez burlescos, tal vez cómplices, pero seguro ya sabes de mi
existencia. Tal vez la siguiente, tal vez más tarde, cuando encuentre el valor
que siempre reclamo ya tener entonces voy a preguntar tu nombre y sabré si
también quieres saber el mío.
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