OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

lunes, 31 de diciembre de 2012

Saber Tu Nombre

Rincón de los Relatos

Camino por el pasillo, miro hacia el lado y levantas tus ojos alucinantes. El mundo se congela. Largos, largos segundos… pienso mil cosas y al mismo tiempo hago nada. Quisiera levantar la mano y saludarte, hacerte un gesto de vida de estoy aquí pero me encuentro atrapado en los acordeones franceses de tu rostro, en la caída estelar de tus cabellos, en tu sonrisa contagiosa. Todo se me olvida, dónde voy, dónde estoy, mi nombre, ojalá supiera el tuyo por tus propios labios y no por rumores bien fundados de otros, ojalá pudiera ver esos ojos desde el otro lado de una copa de vino iluminada por una vela perfumada.

Veo que estás cerca y decido ser más idiota que nunca, más ridículo de lo normal buscando tu sonrisa, que tus ojos giren hacia mí. Largos, largos segundos… se escucha una mujer cantar, veo y eres tú sobre un bote que se aleja por un canal prístino rodeado por praderas. No dejas de mirarme y yo tampoco, sirena de la vista, reina del iris. Tal vez sean ilusiones ver tu mirada cómplice de vuelta porque la deseo tanto, me golpeo la cabeza por dentro y cómo le cuesta dejar de verte al menos por un instante.

Sin tu influencia es tan sencillo el panorama. Pararme frente a ti y decirte “hola”, conversar del calor veraniego y de si saldrás de vacaciones. Desde ahí parece fácil llegar a una tarde compartiendo un café. Sin embargo cualquier plan cae como casa de cartas hipnotizado por tus ojos fantásticos, por la imaginación de mis manos explorando el arco de tu risa de pronto el aroma de la lluvia cayendo sobre tus mejillas de fresa. ¿Quién podría esbozar palabra ante tan paralizante retrato pintado por el artista ejecutado por desafiar la belleza del creador magnánimo?

Tal vez estoy loco, tal vez imagino, pero algo hay de vuelta en esos ojos hacia los míos. Tal vez burlescos, tal vez cómplices, pero seguro ya sabes de mi existencia. Tal vez la siguiente, tal vez más tarde, cuando encuentre el valor que siempre reclamo ya tener entonces voy a preguntar tu nombre y sabré si también quieres saber el mío.



miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cómo Vencer a Los Zombies

Rincón de los Relatos


Armado hasta los dientes se paró en medio de la avenida de cinco pistas a esperar la horda zombie que venía a su encuentro. Recordaba a sus amigos desaparecidos con los que siempre especulaba sobre un apocalipsis de no muertos y cómo saldrían a las calles a dispararles cuanta bala cromada pudieran y deshacerlos en amasijos de piel y sangre. Sus piernas tiemblan de emoción y su mente repasa una y otra vez a los virulentos despedazados por su pericia con la metralleta. Se acercan más y más ahora dentro de su campo visual, son de esos zombies que corren a una velocidad impresionante cuando huelen carne viva. Resuena en su cabeza una música de película y suelta el seguro para comenzar a disparar. Pero el miedo se apodera de él y sus lánguidos brazos dejan caer las armas mientras sus piernas no lo dejan huir y toda esa valentía se queda en un supuesto hipotético imposible de demostrar. Saltan sobre él diez, veinte, treinta despellejados y lo hacen trizas con sus dientes afilados partiendo de sus piernas queriendo que el vivo sufra y grite hasta el instante último. Y solo los ecos de gritos desgarradores recorren la ciudad silenciada por el pavor hacia las criaturas espantosas.

Desde una alta terraza un grupo de sobrevivientes observa a los zombies recorrer las calles tranquilos, ciudadanos disfrutando de un día de sol radiante porque ni el momento del día ni climas variables han resultado dañinos para esta nefasta casta de monstruos. Días de esta paciente observación les han hecho llegar a la conclusión que solo se comportan viciosos cuando están hambrientos y una vez faenados un par de humanos se tranquilizan y deambulan por la ciudad como buscando algo útil para hacer. El grupo mirando esto desde la terraza tomó algunas determinaciones investigativas.
-¿Estás segura Ester? Lo que vas a hacer te puede matar- opina Gabriel observando las aceras con binoculares.
-Hemos estado casi un mes encerrados aquí, si esto sirve para encontrar la manera de recuperar la ciudad bien lo vale- asevera Ester resolutiva.
-Cualquier cosa estaré apuntando desde acá- asegura Ramiro con la única arma que pudieron conseguir.
-Si ves algo extraño, una reacción inesperada, corre como alma que se lleva el diablo- recomienda Susana asegurando los cordones de las zapatillas de Ester.
-Mejor ser llevada por el diablo que por esas cosas- acota Ester sacando algunas risas.

Una vez preparada, Ester se aventuró por primera vez en casi cuatro semanas a salir de la terraza y bajar por las escaleras hasta el primer piso. Todo esta muy callado y sin electricidad el corredor de escaleras se ve oscuro y sus pisadas suenan fuerte como tacones sobre baldosas enceradas. Al llegar al fin a la puerta principal saca los cerrojos y la puerta rechina por sus articulaciones desacostumbradas. Desde arriba ven salir a Ester y se ponen tan nerviosos como esta ella, contienen la respiración y no son capaces ni de hablarse ni mirarse. Toda la concentración esta puesta en la caminata que daría la compañera justo después que vieron alimentarse a los zombies de allá abajo. Al no creerlos bestias tan despiadadas el grupo cree con cierta convicción que si no tienen hambre no atacarán a nadie.

-¡Funcionó! ¡se los dije!- celebra Ester al abrir la puerta de la terraza, sana y salva.
-Es increíble, pasaste junto a ellos y ni se inmutaron- se alegra Gabriel.
-Si hasta parece que uno de ellos te miró y te hizo un gesto de saludo- dice Susana totalmente convencida.
-Debemos comunicar esto enseguida- y Ramiro conecta el sistema de radio para comunicarse con otras terrazas de la ciudad y darles la buena nueva.

Ahora, ocasionalmente, las terrazas quedan solitarias mientras sus habitantes toman recorridos por lo que fue su ciudad para entrar a tiendas abandonadas y aprovechar víveres o simplemente sentarse en la banca de un parque, sentir el pasto a pies descalzos. Tal pequeña libertad llevó a las personas a pensar en cómo lograr salidas más largas, ojalá solo llegar a dormir a las terrazas. Desde dispararles inadvertidamente a zombies descuidados hasta tenderles algunas trampas sofisticadas, todas ideas sacadas más bien de películas pero abandonadas de inmediato porque solo lograron hacer a las bestias más atentas cuando no tienen hambre. Pronto los diferentes grupos tomaron de nuevo la costumbre de pasar largas jornadas en las terrazas para hacer olvidar a los zombies las fallidas artimañas.

-Distraídos no nos hacen nada- dice Susana mientras fuma con placer uno de los pocos cigarrillos que alcanzó a conseguir.
-No, no, yo creo que es cuando están preocupados de algo que no sea comer- corrige certeramente Gabriel.
-Cierto, si pudiéramos encontrar la manera de mantenerlos ocupados- piensa Ester en voz alta.
-Tal vez…- Ramiro no dijo más y comienza a llamar por radio a otras terrazas haciendo una serie de preguntas y averiguando algunas costumbres de los zombies de cada barrio y así y de a poco se fue construyendo la teoría de cómo vencer a los no muertos.
-Son seres con algún grado de inteligencia, esa es la clave. No son tipos que andan con las cabezas huecas deambulando por la ciudad- repetía una y otra vez hacia otros grupos quienes reflexionaban la oración y mostraban luego un acuerdo inflexible.

Al mes después se encuentra el grupo completo en la calle, dentro de un local que solía ser un negocio de bicicletas ahora reabierto al público bajo el mismo rubro. Ramiro, con un altavoz, grita a toda la manzana.
-¡Amigos y amigas no muertos! ¡vengan a nuestra tienda y disfruten de la diversión de una bicicleta, nueva y gratis solo por ser ustedes!- pronto los zombies se acercan tímidamente a la tienda con la tranquilidad del recién almorzado. Uno de ellos llega incluso a tocar una de las bicicletas. Aprovechando su entusiasmo, Ester lo invita a subirse con sonrisa promocional infalible. El zombie se sube y recuerda de sus tiempos humanos cómo montarla y sale disparado por las calles gritando de diversión. Los otros, maravillados, toman sus propias bicicletas y el barrio no tuvo más ambulantes a pie. La ciudad se llenó de zombies andando en bicicleta.

-La primera parte del plan va perfecto- dice Ester observando a los ciclistas no muertos desde la terraza.
-Perfecto, ahora comenzaremos la segunda parte. En menos de un año volverá todo a la normalidad, ya verán- apunta Ramiro entusiasmado con los resultados.
Al día siguiente, junto a la tienda de bicicletas ahora atendida por Ester y Ramiro, se abre la tienda de tablas de skate y sus dueños Gabriel y Susana a cargo. Ante la novedad los monstruos se acercan y cuando se disponen a llevar sus skates Gabriel los detiene y advierte:
-¡Amigos, amigos! nosotros llevamos tiempo en este negocio y les aseguro que cada tabla vale al menos veinte mil pesos- pasmados, si es que se puede aún más, los zombies  revisan sus bolsillos y al verse desprovistos de tal cantidad derrotados dejan la tienda sin poder llevar la novedad.
-¡Hey, hey!- les grita Ester desde la tienda contigua. -¡Vengan, necesitamos su ayuda!- dos zombies alcanzan al oír el llamado.
-Señores- parte Ramiro –como recordarán nuestros amigos de al lado antes atendían aquí por lo que nos hemos quedado cortos de personal. Si están de acuerdo pueden trabajar aquí en las bicicletas. A fin de mes les pagaremos veinte mil pesos, lo suficiente para que puedan comprar skates donde los vecinos- los zombies se miran confundidos pero muy seguros de entender la propuesta. Sin más preámbulo, los dos no muertos aceptan la oferta y desde ese día trabajarían atendiendo el negocio de las preciadas bicicletas.

La dinámica fue un éxito. En todos los barrios se replicó el actuar y muchos de los zombies se pusieron a trabajar en diferentes tiendas de bicicletas para poder adquirir tablas de skate. Y cuando pronto aprecieron las primeras ventas de patines, scooters, motos, autos, ya no se veía a zombies caminando por ahí sin nada que hacer. La mayor parte del día comparten con humanos los trabajos en las tiendas y en las tardes aprovechan su tiempo para disfrutar el último juguete adquirido. La imaginación llevó entonces a emerger oficinas de publicidad, asistencia financiera, pavimentación de caminos y diseño de objetos móviles entre otros variados emprendimientos.

-Solo queda un último paso- señala Ramiro mientras escribe el cheque de uno de sus empleados zombie.
-Cierto, es importante pero a esta altura, si falla, no sería tan terrible- dice Ester desde su escritorio.

La primera tienda de comida abre sus puertas. Venden pollos de diversas preparaciones listos para servir en treinta segundos como advierten sus anuncios. Ávidos y ya culturizados a probar cosas nuevas, los zombies entran al restaurante y prueban la novedad alimenticia. Y les parece deliciosa, el estigma ficcional de que solo se alimentan de carne humana cae por el peso de la realidad. Los humanos ya no tienen que temer al caminar por las calles a la hora de almuerzo y las terrazas van paulatinamente siendo abandonadas.

Si bien la apariencia física, esa piel carcomida y la mirada descolorida, todavía diferencian a los zombies, en nada más se nota la disparidad. Tanto ellos como los humanos trabajan en los mismos horarios y trabajos para poder comer y soñar con comprar la bicicleta más novedosa o el último modelo de auto. Los zombies nunca más volvieron a levantar sus manos para comerse un humano y los humanos nunca más volvieron a levantar un arma para matar un zombie.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Vigilantes

Rincón de los Relatos


Asustado sale corriendo de su casa no sin olvidarse de, al cerrar la puerta, mirar hacia arriba y luego seguir corriendo hacia su auto porque un minuto más de demora y no alcanzará a llegar a su trabajo a tiempo. Le hubiese gustado tanto quedarse cinco minutos más en cama y terminar de ver el reportaje que veía en televisión y traspasar ese tiempo a un leve y nada importante atraso. Manejando algo más descuidado igualmente llegó a su oficina sin problema alguno y pudo haber sido una mañana más de marcar la tarjeta a tiempo y sentarse frente al computador pero su jefe lo estaba esperando, de brazos cruzados y actitud desaprobatoria.

-Jefe con permiso- entró respetuosamente a la oficina de su jefe.
-García, tome asiento por favor- de inmediato apareció en una de las paredes la proyección de un video.
-¿Se da cuenta García?- y el jefe repasaba una y otra vez un momento clave de la secuencia.

No puedo creerlo, veo con lujo de detalle cómo seguí cruzando una esquina a pesar de estar el semáforo con luz amarilla y mi jefe detesta cuando la gente cruza con esa señal. Para él representa a las personas temerarias, torpes y apresuradas algo que en una firma contable es inaceptable. Es espantoso, ni un error en toda la mañana y ni me di cuenta. ¿Qué haré ahora?

-Sí señor me doy cuenta- respondió con la cabeza agachada.
-Usted sabe García que en esta compañía no toleramos este tipo de comportamientos, va usted a volver a su puesto de trabajo y considerar esto como su última falta.
-No se preocupe, lo tendré en cuenta- respondió sumiso mientras el video de lo ocurrido desde que se levantó hasta llegar a la oficina seguía proyectándose.
-Tiene suerte que el resto de su mañana haya sido impecable- y con un gesto despectivo, aunque algo retenido, le ordenó comenzar sus labores.

García regresó presuroso a su cubículo. Allí se sentó no sin antes mirar hacia arriba. A su lado, Ester notó su tardía llegada que seguro se debía a una reprimenda del jefe pero subió la mirada y retuvo sus ganas de conversar con su compañero. El ambiente es labor pura, incesante, productiva como si fuera una máquina automatizada. Nadie se distrae con nada, no hay visitas a páginas web ociosas ni conversaciones cotidianas en el pasillo, no hay tiempos muertos de café ni salidas afuera por un cigarrillo. Hasta la hora de almuerzo García y Cristina no tienen oportunidad para conversar.

-García, señorita Valdés, los invito al almuerzo. Nos vamos de inmediato- dijo el jefe asomándose a los cubículos de sus empleados. Ester miró hacia arriba lamentando tener que dejar plantado a su novio que seguro ya la esperaba en el restaurante de en frente. No le importó tanto cuando recordó que al revivir el día cuando se vieran en la noche, él la entendería.

Me da pena por la pobre Ester y su novio pero no se puede rechazar la invitación a almorzar del jefe, menos en mi caso cuando ya llevo una falta. Por lo menos el tipo va a pagar.

-Por favor siéntense-

Tengo unas ganas de tomar una cerveza helada pero eso sí sería sacrilegio. Con este calor es un crimen no poder hacerlo pero mi esposa se enfurece cada vez que tomo y si me ve tomando es capaz de pedirme el divorcio. Ester se ve contrariada, tiene ganas de huir se le nota. Detesto esto, la vigilancia me tiene enfermo. Apenas puedo dormir por miedo a roncar y levantarme temprano inclusive los fines de semana me tiene con un cansancio persistente. Me da miedo que la cantidad de veces que miro hacia el cielo va bajando, me estoy acostumbrando a este mundo de comportamiento retraído.

El día transcurrió sin cerveza y sin ningún sobresalto, plano como la Tierra antigua. García llega a su casa a la misma hora de todos los días y encuentra a su señora frente al televisor revisando con detalle el video del día de su marido.

-Querido debes tener más cuidado con esos semáforos- advirtió tiernamente.
-Lo sé, fue un descuido muy torpe- admitió apesadumbrado.
-¿Te fijaste cómo miró hacia arriba tu jefe antes de mandarte fuera de su oficina?- apuntó su esposa adelantando el video a ese momento.
-¡Vaya! tienes razón. Sus jefes debieron ver que fue algo despectivo conmigo- observó García algo contento.
-Y por eso te invitó a almorzar- concluyó su esposa ahora poniendo la grabación en el momento de la invitación.

García y su mujer cambiaron de video. Ahora ven el día de ella grabado de levante a poniente, hasta el segundo mismo donde ella entra su casa para disponerse a ver el día de él.

Lo detesto, me gustaría que mi mujer me contara cómo estuvo su día pero a cambio tengo que ver estas imágenes, observar sus puntos más relevantes y discutir si es que hay algo, comentar si es que hay algo. Yo preferiría no saber lo que hace algún día, que llegáramos a casa y comiéramos una rica cena y luego a dormir sin saber nada del día del otro. Ya ni siquiera puedo pensar estas cosas sin…

García distraído mira hacia arriba acordándose que por ahí, en cualquier rincón de cualquier lado, en las manos de alguien o simplemente pululando por el aire, una cámara grabadora está dejando todo registrado y todo lo que haga puede llegar a las manos de todos. No hay salvación, y entonces deja esos pensamientos de lado como si temiese que la cámara pueda violar hasta esa intimidad porque…

Si algo he aprendido en este último tiempo es que ya no puedo ser yo mismo, no puedo hacer lo que yo quiera. Esa libertad ha llegado a su fin pues donde quiera que vaya hay algo, alguien con una cámara lista para grabar cada uno de mis pasos y luego entregárselos al mundo para ser juzgado, etiquetado y condenado. Bien…

Y mira hacia arriba. Su mujer al unísono también lo hace y luego miran la hora. Han dado las nueve y la convención social los lleva de la mano a la cocina americana donde ambos colaboran sin decir palabra a la preparación del alimento y rellenan sus vasos con agua mineral por más que ambos quisieran compartir esa ensalada con un vino blanco porque el jefe de García ve con malos ojos a empleados que beben a la hora de cenar y peor las amigas de su señora. En realidad ya ni compran vino porque si los ven comprando en el supermercado todos se preguntarán ¿y para qué? mientras repasan el video de ambos pagando por el licor en la caja registradora.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Finales de Mundo II

Rincón de los Relatos

Una piedra maya acabará con el mundo. Así de definitivo, así de plausible. Lo que no nos queda para nada claro es cómo será este fin del mundo. De lo más creíble (1) a lo más fantástico (6), entrego mis propias predicciones no tanto sobre el día mismo sino lo que ocurrirá el resto de los días que sigan. (Segunda Parte)

Y la madre naturaleza cobró violentamente su venganza (4)



La ira del clima trastocado se dejó sentir ese día con toda la potencia y recursos destructivos posibles. No hubo rincón geográfico no invadido por huracanes violentos, oleajes enormes, tormentas caóticas, y luego la temperatura descendió bruscamente. Los Celsius caían por un precipicio así como la población mundial sometida a una aniquilación sin esperanzas, sin escape. Bastó un fulminante día para cubrir la tierra de nieve y hielo misma sepultura de millones de seres humanos que quedaron suspendidos hasta el fin de la nueva era polar.

Cientos de miles de años más tarde el mundo recupera su temperatura corporal. El sol vuelve a ser el rey poderoso y pequeñas raíces, duras sobrevivientes, rompen los casquetes congelados en ambición de vida. De hielo a agua, de agua a vida. Aunque en diferente disposición, océanos y continentes comienzan a diferenciarse mientras pequeños hálitos de vida se desarrollan lentamente. La evolución se hace camino a pasos milenarios, inequívocos.

Millones de años más tarde complejas formas de vida dominan la Tierra a pesar que durante ese tiempo hubo cataclismos de proporciones gigantescas. Tal azarosa combinación de eventos llevo a que dos clases dominantes luchen por su supremacía sobre las demás especies. Mamíferos bípedos, de poco pelaje, descendientes del orangután, inteligentes, creativos, su ingenio a pesar de su poca superioridad física los ha llevado a un pedestal privilegiado dentro de la taxonomía presente. Reptiles de tamaño colosal, feroces, cazadores, letales y variados, invencibles en el plano combativo, herederos del reino terrenal por derecho, por fuerza.
A lo lejos, un grupo de humanos divisa a un trío de tiranosaurus corriendo en su dirección. Cubren la tela, que a su vez cubre un gran hoyo, con un puñado de hojas para disimular su existencia. Con agilidad antecesora trepan rápidamente hasta llegar a la copa de una enorme secoya. Nerviosos esperan que la trampa capture al menos a uno de los magníficos animales. Una coordinación interespecie nunca vista tuvo lugar entonces, unos terodáctilos que vigilaban todo desde el principio, caen en picada desde los cielos hacia las copas de los árboles y salen con sus garras atiborradas de humanos incautos gritando auxilio sin esperanza de ser rescatados. Los tiranosaurus viendo pasar sobre sus cabezas a las aves detuvieron su carrera y con sus hocicos abiertos de par en par esperan recibir la caída libre de los humanos que gritan hasta el último segundo, hasta que el primer diente del tirano tritura sus cuerpos.
Los humanos se ven obligados a poner todo su esfuerzo intelectual en derrotar a las terribles bestias. Trampas de en el suelo nunca pasan de moda, dispositivos para lanzar varillas filosas o piedras enormes, manadas completas que tratan de emboscar a saurus solitarios. Los lagartos por su parte parecen comprender que la crueldad afecta a los monos y crean métodos cada vez más brutales para acabar con sus vidas. Velociraptors son reclutados para correr y capturar y resultan espeluznantes. Ningún sapiens puede escapar de uno y cuando lo logran, escalando árboles, stegosaurus con flexibilidad de serpiente cortan los troncos de árboles con sus sierras montadas en las espaldas. No hay piedad ni límites. Triceratops se pasean días con un muerto clavado en el cuerno y archeopterix se arrancan sus propias plumas para embutirlas en las gargantas humanas y ahogarlos dolorosamente.
Y los sapiens. Eternamente preguntándose en sus pequeños momentos de paz el porqué de esta crueldad. Los dinosaurios no necesitan comérselos realmente ni acabar con ellos porque su especie se vea amenazada. Simplemente cazan por diversión, ríen con el sufrimiento y llevan su creatividad a niveles insospechados solo para ver a humanos sufrir de diversas maneras. ¿Por qué una especie supuestamente superior es capaz de estas cosas? Si tan solo pudieran razonar con ellos, llegar a un acuerdo de paz, compartir la naturaleza y convivir juntos pues así se crearía un mundo mejor sin duda. Pero no había salida. La violencia y la exterminación es como los saurus han establecido su dominio y la humanidad ha quedado relegada a un segundo plano, eternamente condenada a correr y correr y correr y correr.

Y así terminó la humanidad.


Y la invasión de habitantes de mundos exteriores ocurrió (5)

El 21 de Diciembre de 2012, al medio día hora central, aparecieron alrededor de todo el planeta naves espaciales venidas de otros mundos. No eran ni monstruosas ni eran platillos y los seres no eran ni insectos horribles ni cabezones verdes. Venían en una misión cuya comprensión cayó en un plano inferior cuando comenzaron a raptar humanos y nunca más devolverlos.

La Tierra fue seleccionada entre otros cinco planetas “no-col” para formar el primer laboratorio de historia y ciencias sociales a cargo de la Universidad de Cexeris. La observación e intervención en la vida de los neófitos habitantes humanos de este planeta servirá para comprender nuestros orígenes y las dinámicas sociales que vivieron nuestros antepasados en los distintos planetas origen antes de aventurarse a la carrera espacial. (A. Franeli et al. 56/30, Universidad de Cexeris)

19 del Quinto, 137/28 std.
La intervención total se ha hecho necesaria. La sociedad terrestre se ha alejado demasiado de los libros de historia y no se asemeja a ninguna de las sociedades pre-espaciales conocidas ni siquiera a la de otros asentamientos no-col. Es una lástima tirar a la basura el proyecto de tantas generaciones pero ya no tiene utilidad y todo el caos que pasa en la Tierra es nuestra culpa y debemos terminarlo. Eso sí, las órdenes antes de desmantelar el laboratorio es capturar algunos humanos y analizarlos en todo sentido. Pruebas físicas y sicológicas nos ayudarán a entender si el problema está más bien en la sociedad misma o si bien son los terrícolas como unidad quienes en colectivo han contaminado esta dinámica.

4 del Sexto, 137/28 std.
Incluso en la adversidad imbatible de una invasión extraterrestre se comportan competitivamente. El mundo se ha dividido en dos poderes y tratan de detenernos con diferentes métodos y armamentos pero siempre separados del otro bloque y hasta escondiéndose las innovaciones que supuestamente nos acribillarán. Esta acción por sí sola ya nos arroja grandes resultados para la investigación. Cometimos un grave error al radicalizar tanto los pensamientos económicos y sociales regentes. La intensión lo justificaba: descubrir cómo es que nuestro sistema social actual prevaleció sobre otras corrientes. Sobrestimamos la madurez de la humanidad terrícola y no fuimos capaces de predecir que el odio, el fanatismo y la intolerancia serían factores tan relevantes a la hora de enfrentar las filosofías. En realidad tanto es así que las discusiones se dan en esos planos antes que en debatir el centro de las proposiciones. Desde peleas en medios virtuales, que son de una violencia inusitada y repletas de descalificación, hasta guerras basadas en el odio. En el fondo agua de la misma llave.

17 del Noveno, 137/28 std.
Al revisar los scanners cerebrales de centenares de terrícolas descubrimos que su composición no difiere de la nuestra en términos relevantes lo que demuestra que la diferencia no es anatómica ni fisiológica en términos cerebrales. Tampoco hay algún indicio físico que explique discordancias. El ADN es idéntico y proporcionalmente nuestros cuerpos son idénticos por lo tanto no se trata, y el temor existió, de que hayamos apreciado mal y finalmente los terrícolas no fueran realmente humanos sino una variación muy parecida.

12 del Primero, 137/29 std.
La dominación del planeta es ahora total. Han dejado de luchar y han aceptado nuestras condiciones para seguir con vida. Nuestros términos son que deben quedarse en casa en todo momento y responsabilidad nuestra será dejarles alimentos, vestimenta y comodidades mínimas para enfrentar vicisitudes climáticas. También les hemos dado el derecho de elegir representantes zonales para discutir con nosotros cualquier tipo de problema que se les presente. Claro, las discusiones no van más allá de aumentar un poco las raciones de alimentos y elementos de higiene. A cambio además deben aceptar sin condiciones y enfrentamientos la selección de terrícolas para experimentación, se les indica la naturaleza base de las pruebas a la cual serán sujetos y luego nos acompañan a nuestras naves que desde el día de la invasión están flotando bajo el cielo de la Tierra.

22 del Tercero, 137/29 std.
Los test sicológicos demostraron lo que ya pensábamos. La contradicción mente abierta-intolerancia ha sido un denominador común y explica en gran parte el porqué de un mundo dividido. En diferentes pruebas, por un lado demuestran una gran tolerancia al pensamiento ajeno y hasta cierta empatía declarada. Pero en la práctica no es real. Una de las pruebas más significativas ha sido la “ejecución”. Desarrollamos el perfil de opiniones de un humano cualquiera, sea por ejemplo: occidental-derecha-conservador y luego lo enfrentamos a una decisión: dos personas frente a un batallón de fusilamiento, de rasgos parecidos solo que uno con un turbante identificado como “musulmán” y el sujeto debe escoger a quién se fusila delante de sus ojos. Los perfiles como el mencionado siempre eligen ejecutar al musulmán, sin duda, no hemos registrado ni vacilaciones e incluso a veces hasta gusto. Pruebas similares aplicadas a humanos no terrícolas nunca dan un resultado concluyente.

1 del Cuarto, 137/29 std.
La conclusión general se puede resumir en lo siguiente. Cuando los pueblos originarios salieron a la conquista espacial lo hicieron con una única convicción: la de poblar las galaxias. Esa unión fue posible porque el planeta entero estaba consolidado bajo un sistema social y económico único y consensuado lo que provocaba que los recursos destinados al odio, sean de tiempo, pensamiento y económicos, fueron liberados hacia la carrera espacial que no es sino el sueño más importante de cualquier raza pensante. La Tierra y sus habitantes están muy alejados de ese estado y se debe principalmente a la importancia que tiene en su sociedad lo singular. Esto se expresa en la frase que parece definir su búsqueda de la felicidad: “la felicidad está en uno mismo”. Es espantosa, porque la felicidad de los pueblos ha demostrado a través de los siglos y galaxias ser un estado colectivo y trascendente al yo. Mientras ese concepto domine la mente y el comportamiento terrícola nunca llegaran a habitar planetas exteriores porque apenas pueden habitar el propio. Dado esto, la conclusión final es que el experimento ha fallado y nunca podremos extrapolar la sociedad humana hacia la historia de la nuestra para entender el origen de la humanidad.

12 del Quinto, 137/29 std.
Hoy nos vamos de la Tierra no sin antes dejarla tal y como estaba antes de intervenirla. Para evitar errores y penas bombardearemos la superficie con kareidexia para acabar solo con la vida y no con el planeta y así darle una oportunidad para renovarse y generar vida espontáneamente otra vez.

Y así terminó la humanidad.


Y el enorme acelerador de partículas colapsó (6)

Muchos hicieron la predicción y muchos se rieron de ellos por alarmistas e ignorantes. Pero cosa más caprichosa, el enorme acelerador científico sobrepasó sus cálculos y creó un hoyo negro pequeñísimo que tomaba fuerza y tamaño a una velocidad inmensa. En un día ya era capaz de absorber al planeta entero. Y así lo hizo. El tercer planeta del sistema solar desapareció dejando atrás una maraña de nada comiéndose todo lo que estaba a su alrededor.

De inmediato, frente a otra estrella de la Vía Láctea, la Tierra hizo presencia y se puso a orbitar alrededor de éste. Sin poder de protesta el nuevo sol brindó abrigo y calor.
-Es algún lugar de la constelación Lacerta- verificó un científico del centro en suiza.
-Es una locura, de todas las posibilidades fuimos a terminar orbitando en un lugar seguro- se sorprendió otro.
-Pero no podemos apagar el acelerador y ahora tenemos otro agujero negro microscópico creciendo a tasas abominables- recordó un tercero. Los tres estaban frente a un computador que entregaba datos crípticos solo traducibles por ellos mismos y sin duda no había solución para este predicamento tan extraño.
-No entiendo cómo es que estamos con vida, el hoyo negro debió exterminarnos-
-Ya habrá tiempo para eso, debemos detener el acelerador o nos pasará lo mismo otra vez y dudo que tengamos esta suerte-
-Demasiado tarde- se espantaron todos al ver cómo se torcían las paredes y un ruido como venido del núcleo terrestres los invadió de terror. La Tierra desapareció de Lacerta y volvió a saltar hacia otro punto de la galaxia.

-¡No puedo creerlo, otra vez orbitamos un sistema ajeno!-
-y el agujero persiste pero ahora está acelerando su crecimiento-
-¿Qué dices?-
-Estuvimos en Lacerta alrededor de 24 horas, esta vez dejaremos…-
-Creo que estamos en la Cisne-
-la Cisne en 23 horas y media-
-Es imposible detener el acelerador-
-¡Vamos señores, no podemos rendirnos!-
-¿Y si lo destruimos?-
-¿Con qué? No estamos tratando de apagar un horno eléctrico, estamos lidiando con un agujero negro y no sé ustedes pero ni idea qué pasará si le hacemos algo-
-Tal vez sea cosa de esperar que no vuelva a regenerarse la anomalía-

23 y media horas después el agujero negro volvía a llevarse a la Tierra hacia otro punto del espacio.

-Ahora serán 21 horas-
-y volvimos a orbitar a salvo, esta vez en…-
-Corvus-
-Deberíamos distraernos y tratar de buscar el Sol y verlo con telescopios-

21 horas y media después y el fenómeno se repitió tal cual.

-No puede ser azar, las posibilidades de terminar orbitando en una estrella que permita la vida cada vez que nos trasladamos es infinitesimal-
-Pero aun así probable, porque aquí estamos en…-
-Ni idea ya, se siente como Orión-
-17 horas-
-¿Qué irá a pasar cuando sean solo minutos?-

17 horas después
12 horas después
5 horas después
1 hora después

-La Tierra debe tener su geología destruida ya-
-No hay razón para creer eso-
-Las paredes ahora están siempre torcidas-
-¡Gemini, estoy seguro que estamos en Gemini!-
-El traslado tiene que ocurrir-
-¿Cómo?-
-Cuando sea de solo segundos ocurrirá, me refiero a que esperaba que los tiempos fueran tan cortos al punto de que el traslado sea imposible-
-Tal vez sea inmediato y no notemos cuando estemos cambiando de sol-
-Implosión, explosión, algo tiene que pasar-

30 minutos después
18 minutos después
5 minutos después

-Me siento horrible, como estar constantemente en una montaña rusa-
-Debimos invertir nuestro tiempo en apagar la máquina, ahora ya no tiene sentido, en menos de un segundo el agujero negro corta cordón umbilical con el acelerador-
-¿Qué fecha es?-
-¿Fecha? Si ni siquiera sabemos cuánto dura un día o un año, dónde sea que estemos-
-Tal vez estemos frente a nuestro sol original de nuevo-

1 minuto después

-Algo va a ocurrir estoy seguro-
-Tal vez con tanto salto por el espacio lleguemos en algún momento al sistema solar que habita Dios-
-¡Ja! Eso sería interesante-

34 segundos después

-Salgamos al exterior no hay nada que hacer  acá-
-Corramos porque aunque estamos al lado nos demoraremos un par de saltos en llegar afuera-

16 segundos después

-Se siente pesado el aire-

4 segundos después

-Estamos llegando, ¡Vamos!-

80 centésimas de segundo después

-¡Miren…

50 centésimas de segundo después

-…eso!

Mientras veían hacia arriba la Tierra se trasladaba de forma continua a diversos puntos del espacio exterior. El cielo cambiaba y era de múltiples colores como visto a través de un caleidoscopio y  se escuchaba un pitido de avión rompiendo la barrera del sonido de manera constante.

-Es hermoso-
-Tantos soles diferentes en tan poco tiempo-
-Pronto el cielo se volverá blanco-

El día y la noche desaparecieron y junto con ellos el calendario. Todo comenzó a carecer de explicación y sentido porque era un final constante. ¿Es verano, invierno? ¿se acabó ya el día, acaba de comenzar? ¿a qué hora ir a trabajar, a qué hora comer, dormir? El tiempo abandonó a la humanidad. Sin la orientación de la cuarta dimensión todos observaron el cielo blanco, cada vez más blanco y así los ojos, así los espíritus, así los pensamientos. La Tierra por siempre continúa trasladándose de un sistema solar a otro llevando consigo a estatuas congeladas en el tiempo.

Y así terminó la humanidad.



martes, 18 de diciembre de 2012

Finales de Mundo I

Rincón de los Relatos

Una piedra maya acabará con el mundo muy pronto. Así de definitivo, así de plausible. Lo que no nos queda para nada claro es cómo será este fin del mundo. De lo más creíble (1) a lo más fantástico (6), entrego mis propias predicciones no tanto sobre el día mismo sino lo que ocurrirá el resto de los días que sigan. (Primera Parte)

Y una lluvia de meteoritos asoló la Tierra (1)

Fue como de esas bombas racimos pero alrededor de todo el mundo. Se escuchaban explosiones terroríficas, el planeta luchaba por mantener su integridad sin embargo las rocas espaciales caían con tal velocidad que rompían el suelo y quedaban enterradas kilómetros más abajo. La Luna burlesca reía ahora al ver a su hermana mayor más agrietada que ella misma y como versada bailarina escapaba de los meteoritos que pasaban cerca de ella. Durante todo el día del fin del mundo estuvo lloviendo roca y magma.
Para el día de navidad decidimos salir del búnker, del mismo que ahora los sepultados bajo el fuego se burlaron, el mismo que hoy nos tiene con vida listos para enfrentarnos a la nueva era. Los cuatro subimos ordenados la escalera caracol que termina en la escotilla pegada a la superficie. Anastasia lidera el grupo más por su claustrofobia que cualquier otro motivo de liderazgo o habilidad particular.
-¿Están listos?- nos grita cuando esta por empujar hacia afuera. Nosotros asentimos y una luz amarilla intensa entra a nuestros ojos.

Se siente frío pero el ambiente quema, imagino estar dentro de un microondas con la puerta abierta. La ciudad está hecha añicos pero sería incorrecto llamarla en ruinas. Al parecer los meteoros hicieron polvo los vestigios de humanidad sobre la superficie, solo quedan losas de cemento donde algunas vez hubieron edificios y luego devastación. Ahora desolación.
-Nada realmente extraordinario- hace notar Bruno que se quema la mano al tomar un pedazo de roca negra del suelo.
-Parece el final que todos esperaban, mucha destrucción, fuego, aire irrespirable, en fin- apoyé su comentario mientras Samanta nos llamaba con los brazos desde lejos.
-¡Miren! ¡vengan!- estaba parada junto a unas latas retorcidas pero no fue eso lo que llamó su atención: -¡sshh, escuchen!- dijo en susurros y aparte del viento pidiendo auxilio de tanto esfuerzo por acarrear esa ceniza negra, se escuchaba como un crujido fuerte, lejos y cerca.
-Es la Tierra, acomodándose a los nuevos tiempos- explicó Anastasia sin base alguna.
-La piel me duele- se quejó Samanta y más aún cuando notó su piel enrojecida.
-Debemos volver al búnker, el clima es inhabitable- les dije y todos estuvieron de acuerdo. Fue entonces cuando vimos una tropa de personas marchando y en dirección a quién sabe dónde aunque insólitamente decididos.
-¡El fin de mundo no nos detendrá, la humanidad fuerte prevalecerá!- cantan mientras a paso militar avanzan. Bruno corrió a hablar con ellos.
-¡Hey, dónde van!- no detuvieron su andar y Bruno se vio obligado a seguirlos.
-¡Díganme!-
-¡El fin del mundo no nos detendrá, la humanidad fuerte prevalecerá!- parecían no escuchar. Desesperado, Bruno tomó a uno de ellos y lo sacó de la fila.
-¡¿Dónde van con tanta prisa?!- le exigió mientras lo sacudía fuertemente.
-¿No lo han oído? Vamos al Gran Cráter- y sus pies se movían como si marchasen aún.
-¿Qué es eso del Gran Cráter?- preguntó Samanta. Ahora todos rodeábamos al tipo mientras la interminable hilera de personas pasaba junto a nosotros cantando el himno de la humanidad.
-En el Gran Cráter dejado por el meteorito mayor se puede vivir libre de la radiación, incluso se habla de un bosque de frutas en abundancia- y miraba de reojo la marcha ansioso por volver a ella.
-¿De dónde sacaron esto?- quise saber. El tipo me miró incrédulo.
-Pues de la biblia, ahí lo dice, esta es nuestra muerte, el día después del apocalipsis y ahora debemos marchar hacia la página uno- harto del interrogatorio apartó la mano de Bruno de su camisa y corrió a reintegrarse a la fila. Convencidos por lo único con algo de sentido de los últimos días nos unimos a la marcha y cantando caminamos hacia ese Gran Cráter milagroso, renacimiento de la humanidad.

Caminamos por varios días, sin sentir cansancio y sin dolor más allá de la radiación a la cual estamos ya anestesiados como la ropa a la cual no se le siente el peso. Llegamos de pronto a una gran montaña, evidentemente un anillo rocoso y sin perder el ritmo escalamos sin dificultad hasta la cima y al llegar se nos presenta el Gran Cráter anticipado por una enredada conjetura de las santas escrituras.
Nos miramos entre todos, a cada uno, quizás el último millar de humanos de todo el universo y estamos de acuerdo en seguir la voluntad de los cielos. Sin palabra por medio, tan solo imbuidos por un sentimiento de orden trascendental, corremos hacia el gran cráter y nos lanzamos de cabeza hacia él esperando caer en una piscina de ambrosía, el génesis prometido, el paraíso creado en siete días.

Y así terminó la humanidad.


Y un enorme terremoto agrietó al mundo (2)

Si algún aparato medidor hubiera sobrevivido el número ascendería a más de veinte, fuerza incontables veces más poderosa que cualquier otro movimiento sísmico anterior al 21 de Diciembre. Apenas unos reductos humanos de aquí y de allá lograron persistir debido a diferentes suertes lo que me enoja bastante. Es decir, el enorme esfuerzo que tuve que hacer para sacármelos de encima y así y todo insisten como un resfriado mal tratado. Cuántas alertas les envié. Es más fácil cuando se trata de un mensaje más familiar como el grito desgarrador de un zorro al que le quitan la piel estando vivo ahí si se lanzan a pelear en su defensa pero un terremoto… ¡ah, no! tragedia mundial y vamos calculando los daños y recuperando fuerzas y a ver si podemos predecirlo y soñar al menos con escapar de ellos a tiempo y en el futuro detenerlos.

Su puta recuperación incluía echar más carbón a las fábricas de humanicismo como me gusta decirle a sus construcciones ambiciosas, a sus máquinas móviles, a esa manía de arrancar todas las raíces naturales para consumir y acaparar. Mis ropas ya no dejan de oler a humo y mi piel cada vez más expuesta al cáncer solar y luego un mar de arena, infertilidad irrecuperable. Sé que los demás cuerpos celestes me juzgarán pero lo mejor fue sacudírmelos de encima, perro liberándose de la humedad, elefante sacándose hormigas, nubes precipitando llámenlo de cualquier manera. El asunto está ya resuelto porque dudo que…

¡Estrellas! ¡la ira! Nunca me habían explotado tantos volcanes a la vez y con tanta furia es que miren a estos imberbes arrogantes otra vez intentan hacerlo. Pequeños edificios se levantan con ladrillos fabricados en plantas que escupen humo a destajo, arrancan vegetales y cazan animales en exceso ¡mírenlos! si ya tienen de nuevo sus territorios divididos listos para explotarme hasta la aridez. No, no los dejaré. Se acabó la paciencia, se acabó el abuso.

Y así terminó la humanidad.



Y la Tierra comenzó a rotar hacia el otro lado (3)

El mundo vivía un cambio fundamental. Lentamente la Tierra se detuvo y durante tres días recuperó fuerza girando justo en el sentido contrario. América quedó en la oscuridad plena durante esa transición, Asia en tres días de sol pleno y el resto en las parcialidades que corresponden.

Cuando volvió a amanecer, o anochecer según meridianos, las ciudades volvieron a la normalidad, nada de autos yendo todos en reversa o lenguajes dictados viceversa. Al ver al sol salir desde el oeste hubo un cambio más profundo, de liberación tal vez o renovación un amanecer distinto que perduraría. No había ningún disidente, no había mentalidad diferente sobre la nueva materia y dirección de la humanidad de ahora en adelante. Era lógico. Eso era el fin del mundo.

La primera actividad de todas las personas de la Tierra fue salir de sus casas acarreando todas sus pertenencias abundantes, solo dejaron atrás lo esencial y se dirigieron entonces al centro consensuado de cada metrópolis, ciudad y pueblo del globo. Grandes piras se pudieron ver ese día destruyendo todo lo que la humanidad acaudaló sin necesitarlo mientras impávidos, nadie se movió de enfrente de las hogueras hasta que todo se hubo quemado.

Organizados por un automatismo inconsciente sin embargo muy manifiesto, cada persona recomenzó su actividad principal sin pedir dinero a cambio sino que al final de la jornada acudían al centro de la ciudad, centro de acopio ahora, a buscar lo que les correspondía por el día y por supuesto envestida la humanidad de una igualdad impoluta, todos se llevaban la misma cantidad de cosas hacia sus hogares porque no necesitaban más, y tampoco menos. Delincuencia, corrupción, violencia, guerras mitificaron sus semánticas y casi se podía ver a todos danzando de la mano en torno a la nueva utopía.

No existió ni debate, ni gobierno, la anarquía funcionaba como reloj porque cada persona era tanto consciente de sí misma como de los demás y por lo tanto nada salvo la armonía y la convivencia compartida podían tener cabida. Y para funcionar, ciertos parámetros fueron ajustándose de a poco siguiendo las reglas darwinianas.

La envidia, horrendo mal que debía extinguirse. Lo hizo a pasos pequeños pero firmes. Primero, las ropas fueron uniformándose para no crear celos entre colores y formas diferentes incluso en cuanto a vestimenta femenina contra masculina se refiere. Después, la genética dejó solo un color de cabello, uno de ojos, uno de piel. Y los humanos del amanecer poniente se veían cada vez más felices, por ellos, por el resto y por la felicidad recibida de todos.

La igualdad, reforzarla a más no poder. Raíz de la perfección y la utopía ulterior, pasaba el tiempo y pronto el ritmo del caminar fue reglándose y de forma natural se construían casas de arquitecturas invariables. El poder, ya sin sentido, se desfiguraba en educación idéntica para todos, nadie sobresalía, por ende todos llegaban al logro máximo. Siendo éste el único nivel coherente.

De a poco el hablar y otros asuntos de trascendencia aparentemente menor fueron homologándose y sin darse cuenta a cada sol naciendo por el oeste el andar, el pensar se hacía más rígido con tal de conservar el frágil ciclo de fraternidad y armonía. Se detuvo la innovación porque aquél que la creaba se consideraría desigual. Se detuvo el arte porque lo subjetivo debía desaparecer pues generaría discusión. Se detuvieron la ambición, los anhelos, todo aquello que representara un deseo de ir más allá que el vecino.

Al final todo estuvo seguro. Por siempre los habitantes terrestres vivirían con el sol escondiéndose en el levante y copiándose generación tras generación hasta el infinito mismo que es igualdad absoluta.

Y así terminó la humanidad.