OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

jueves, 30 de abril de 2009

Pánico Bajo Tierra

El Rincón de los Relatos

Al principio parecía un simple brote de resfríos en una localidad perdida del norte, luego y en cosa de días el mundo se volvía loco hablando de la última pandemia. Nadie creía en una realidad apocalíptica, las exageraciones de siempre se apoderaban de una humanidad acostumbrada a reaccionar a todo como si fuese el final de los días. Sin embargo dos meses después la gente temía salir de sus casas, habían más mascarillas por cabeza que teléfonos celulares y nadie soportaba tener más de diez personas a su alrededor. Mil, dos mil, diez mil, la cifra de muertos a causa del virus aumentaba rápidamente, sin piedad derribaba cuanta alma podía devorar. Alex temía como todos.

Alex, en todo caso, siempre temía. Eso o le gustaba exagerar. Desde 1999 tenía bajo su casa un refugio donde podía permanecer indefinidamente según él y lo había olvidado cuando lo del caos computacional fue sólo una ilusión de las masas. Ahora no tenía alternativa.

Una pequeña radio era su única compañía. Una distorsión digna de un armagedón acompañaba al locutor de radio: “A veinte mil han ascendido las víctimas fatales sólo en el hemisferio norte y... asaltados continuamente para sustraer medicamentos a pesar de...”. Alex sonreía por su propia seguridad y brindaba con un pequeño sorbo de champaña.


Se cumplía un año desde que vio el sol por última vez. La radio seguía funcionando pero ya no captaba ninguna frecuencia, señal inequívoca que la desolación invadía la superficie. “En unos años más ya no habrá peligro de contagio” pensaba Alex mientras practicaba una partida de ajedrez contra sí mismo. Era uno de sus pasatiempos favoritos, en realidad forzado porque no tomó la precaución de llevar consigo elementos de distracción. Las revistas sobre ovnis y conspiraciones se le habían agotado hace meses y optaba por leerlas una y otra vez para comprobar si se las había aprendido de memoria.

Sobre él se escuchó un derrumbe. Su casa estaba siendo destruida. “Por los vientos ahora libres gracias a la erosión” concluyó Alex citando un artículo de sus revistas donde se hablaba del mundo después del final. En un rincón del apretado refugio subterráneo tenía un espejo, sucio y a punto de quebrarse. “¿Recuerdas a Linda? Debiste quedarte con ella. Ahora tendríamos algo de compañía” le reprochaba a su imagen “y de paso la hubiéramos salvado”.

Dos años y medio. Se miraba al espejo y parecía un ermitaño o a un náufrago. La barba desordenada y muy larga, sus ojos cansados de alimentarse sólo de luz eléctrica, su piel reseca y muy arrugada, sus cuerpo famélico el cual a pesar de eso parecía demasiado peso para sus piernas. Su ropa apestaba pero hacía meses que se había acostumbrado al olor, sabía del mal olor porque lo veía día a día, en las manchas de su cuerpo, de su mente.

Alex perdió la noción del tiempo, dejó de llevar la cuenta en el calendario porque la lucidez iba cediendo terreno a la locura, al delirio. Al levantarse Alex miraba al techo y apretaba los ojos para evitar una ceguera fulminante por el sol matutino. Luego se vestía de cuello y corbata para irse a la oficina. “¡Si que si! ¡Otro buen día para salir a trabajar!” se ponía un sombrero y cerraba la puerta con doble pestillo. “Señora Martínez, gusto verla” saludaba a su vecina con una leve reverencia y subía a su auto para conducir a la empresa. “¡Quítate de ahí tarado!” era su repetitivo y favorito insulto envuelto en el mar del tráfico. Entonces llegaba a su oficina, colgaba su chaqueta en la silla, se sentaba detrás de su escritorio y se quedaba mirando su propio reflejo. Y tomaba unos papeles amarillentos y dibujaba todo el día garabatos con un palo de madera.

“Es hora de salir” se dijo casi diez años después recuperando la lucidez como de sorpresa y dándose cuenta de ello aprovechó de ordenarse salir de su encierro. Le costó levantar la escotilla de salida, oxidada desde hacía mucho y probablemente más por culpa del aire tóxico que del proceso mismo. Los primeros rayos de sol sorprendieron a sus ojos mal habituados y gritó de dolor. Sin embargo se obligó a salir, si perdía la noción de la realidad otra vez quién sabe cuando tendría otra oportunidad para escapar.

Tardó varios minutos en poder ver algo más que un destello blanco. Su primera visión fue un paraje desértico donde antes estaba su ciudad. Kilómetros de arenas llanas y el viento era un personaje sombríamente ausente. Podía respirar con facilidad pero agitaba la mano en el aire y le parecía estar dentro de un vacío, desesperante e irreal. Comenzó a caminar hacia una columna de humo, o al menos eso le pareció. De pronto un estruendo insoportable cruzó arriba de su cabeza. “¡Nos han invadido! ¡Los extraterrestres nos han invadido!” la fantástica nave espacial pasaba impune sobre su cabeza y él atinó a correr tras ella incluso cuando la hubo perdido de vista. Corría como si todo ese tiempo bajo tierra se hubiera instruido para correr. Horas después sus fuerzas ya no daban para más, gateaba apenas subiendo aquella colina arenosa con la esperanza de volver a ver la nave extraterrestre desde la punta.

La nave había aterrizado hace rato pero los tripulantes no bajaban por temas de seguridad del aeropuerto. Dado el permiso descendieron primero unos uniformados para luego dar paso a una figura de importancia claramente política. Detrás de un cerco de seguridad una muchedumbre vitoreaba un nombre que de tanto eco no se comprendía pero se sabía cómo sonaba. La gran ciudad era su obra, mérito suficiente para la ovación general. Era una de las mejores, repleta de áreas verdes, edificios de ensueño, calles de tránsito peatonal libre y, por el cielo, las luces demarcaban las rutas de los aeroautos cuya hegemonía en los cielos representaba lo grandiosa que era la humanidad ahora.

Eran personas tal cual él. Ni señales del devastador virus. Ese desierto que cruzó por horas representaba una estadística errónea al lado de la impresionante expresión de la naturaleza alrededor de la ciudad futurista. ¿Cuándo había pasado? ¿Cómo? “¿Y me lo perdí todo?”. Quería bajar de la colina corriendo como un niño y visitar la ciudad, disfrutar de la nueva humanidad, ver a los aeroautos pasar sobre su mirada. Y corrió tan fuerte como pudo y saludaba a todo el mundo y recibía sonrisas amables de vuelta. Entró a una oficina, algo oscura pero se sentía iluminado de vida de nuevo. “¡Gracias!” gritaba a todas direcciones “¡Gracias a todos!” y se sentó detrás de su escritorio, justo en frente de su propio reflejo, harapiento, abandonado, condenado a vivir fuera de lugar por siempre mientras tomaba un papel ya tantas veces utilizado y dibujaba garabatos con un palito de madera.

domingo, 26 de abril de 2009

La Guía Intergaláctica Para El Fanático De Series De Televisión

Sección Hágalo Usted Mismo

¿Cansado de esperar el estreno de la nueva temporada de tu serie favorita? ¿Escuchaste de una gran serie que al parecer nunca se estrenará por estos lados del mundo? ¿Simplemente quieres ver ese capítulo otra vez? Bueno en internet puedes descargar los últimos capítulos de grandes series del momento aunque siempre están en perfecto e insubtitulado inglés o a veces no todos los link están correctos o la calidad es demasiado mala. Siguiendo estos tres pasos podrás evitarte todos esos problemas y disfrutar de tus momentos televisivos favoritos.

1) Los Videos: El mejor sitio para bajar series de televisión (y que yo he encontrado) es "Series Gringas". Se actualiza diariamente con los últimos capítulos de las series más populares y las no tanto también. Todas se bajan en un solo archivo de alto peso (para las series de una hora, 350MB más menos) pero de una calidad inigualable. El problema es que todas están en inglés y desde este sitio no hay otra posibilidad más que bancarse ese idioma.

2) Los Subtítulos: Para reparar el obstáculo anterior hay que descargar subtítulos para "pegarlos" a nuestros videos. "Solosubtítulos" y "Subdivx" son las dos mejores páginas que he encontrado en este aspecto. Muy completas y en general muy correctas porque cabe recordar que estos subtítulos son hechos por gente común por lo cual nunca son perfectos. "Solosubtítulos" en particular es de fácil navegación y ofrece en general descargar traducciones en "español de españa" o español latino.

3) El Pegamento: El último paso es bajar el programa "VirtualDub" que en realidad es una función que logra acoplar el video al subtítulo correspondiente. Simplemente baja este programa, instálalo y funcionará automáticamente. El único requisito es que el archivo de video y el archivo de su subtítulo lleven exactamente el mismo nombre.

Suerte y si no les resulta posteen su queja a modo de comentario en esta fabulosa guía para el fanático de la tele.

sábado, 25 de abril de 2009

No Soy Yo, Es Lily Allen

La Vitrina Musical

La chica británica que se hizo famosa a través de Myspace vuelve a sorprender con su segundo disco "It's Not Me, It's You". Una vez más confirma su habilidad distintiva de contar bien las historias a través de sus canciones en este disco marcadas en parte por todas las polémicas que la llevaron a los encabezados de la farándula, por cierto para nada afortunadas. Se nota por ejemplo en "Everyone's At It" donde llama al mundo a admitir y tratar con las adicciones como ella lo ha hecho o en "22" cuando a pesar de ser joven parece ya pisar los 30 años y observa las oportunidades desvanecerse. Más especialmente se nota en su primer single "The Fear" canción en la que muestra su propia confusión entre lo real y lo que no en el mundo de la fama donde al parecer no existen los límites para llenarse de diamantes y kilos de vestuario. Por supuesto no deja de ser polémica y con "Fuck You" lo demuestra despreciando las políticas de cierto presidente de cierto país del norte.

En cuanto a la música explora de todo aunque como elemento común está el uso de un ritmo algo más "bailable" (según ella su intención) y la inclusión de sonidos electrónicos. De ahí cada canción parece seguir su propio ritmo difíciles de unir en un sólo concepto dentro de álbum más allá de decir que se trata de letras muy claras e inteligentes, ritmos alegres, entretenidos y pegajosos y en general se juega entre lo fiestero y la protesta seria. Cosa de escuchar por ejemplo "Chinese" una gran composición acerca de una tierna relación de pareja y luego escuchar "The Fear" tratando un tema tan distinto al igual que la música compuesta para éste. Tal vez no logre esta vez grandes y memorables impactos como "Smile" y "LDN" de su Primer Disco pero sin duda es un gran disco con una Lily Allen que se siente más madura pero sigue siendo irónica y muy inteligente en cada una de sus letras.

THE FEAR

¿Desnudarse frente a las cámaras sin pudor a nada es la manera de ser famoso? Lily Allen piensa que si y así lo presenta en esta canción donde nada parece costoso si con ello terminas haciéndote millonario y muy famoso. Una metáfora (¿o no?) de la sobrexposición de su vida privada en el último tiempo. El video muestra a Lily Allen partir de su solitaria y pobre realidad hacia una lujosa llena de vida pero de apariencia falsa, como una princesa en un reino ficticio.
NOT FAIR


En esta canción Lily Allen explora un sonido que recuerda al "western" incluyendo tanto en la música como en las imágenes estética típica de aquella época. Una canción donde habla del hombre perfecto excepto en una cosa muy importante: "...You never make me scream me, never make me scream".
CHINESE (SOLO AUDIO)


De "Chinese" puedo decir una cosa: uno se enamora fácilmente de ella.
EVERYONE'S AT IT (SOLO AUDIO)


"From grown politicians to young adolecents prescribing themselves anti-depressants" finalmente todos estamos en lo mismo y nadie lo reconoce. Así nadie lo va a superar, nadie lo reconoce. Esa simple realidad tan evidente Lily Allen la explora en esta canción descargando esos sentimientos de cuando aparecía humillada en los encabezados escritos y criticados por gente que esta envuelta en la misma historia.
22 (SOLO AUDIO)


Te acercas a los 30 o al menos la sociedad así lo ha considerado: Tu vida ha acabado así lo han dictado, tienes un trabajo pero ni hablar de una carrera, has buscado una pareja pero sólo obtienes encuentros de una noche. Ese es el mundo de 22, una crítica a esa sociedad que te condena al cumplir cierta edad como si ya no te quedara futuro.

miércoles, 22 de abril de 2009

Origami Club, Modelos Animados

Sección Hágalo Usted Mismo

Una de las dificultades al hacer origami y seguir modelos en diagramas es que a veces no queda del todo claro cómo realizar el siguiente paso, especialmente aquellos ya hacia el final de una figura o que impliquen más de un pliegue a la vez o doblar el papel en una posición poco común. La página Origami Club ofrece una gran variedad de modelos en varias categorías como básicos, animales, plantas, muebles, decoraciones y otras más curiosas como un alfabeto y números posibles de realizar sólo doblando un papel cuadrado e incluso algunas prendas de vestir. La gracia es que la mayoría de los modelos viene tanto en el formato de diagrama tradicional como en una animación que muestra paso a paso cómo realizar la figura en una animación clara, fluida y que se puede detener, retroceder y hacer avanzar más lento o más rápido. Origami Club (link en la imagen) esta disponible en inglés, en coreano y en japonés. Eso a su elección.

martes, 21 de abril de 2009

Cuestión De Segundos

Rincón de los Relatos

Fue cuestión de abrir y cerrar de ojos, me sorprendió con la guardia baja en un sitio desafortunado donde la ayuda tardaría demasiado en llegar. La puso sobre mi frente con violencia decidida pero sin siquiera rozarme. Podía oler el humo a punto de salir en bocanadas por el roce entre la bala el tubo del arma, sentía el calor de aquél hombre traspasarse a través de la pistola justo en medio de mis ojos, su ira, su cólera, su venganza al fin alcanzada.

Fue como mirarse al espejo, ambos movimos los brazos al mismo tiempo desenfundando nuestras armas de servicio, ambos apuntamos entre los ojos como un reflejo desde siempre adquirido. Siempre me he preguntado porqué no encañonamos al corazón en vez de a la cabeza. Supongo es porque los hombres dedicados a la guerra hemos dejado a nuestro corazón morir con cada semejante que aniquilamos bajo órdenes de un superior nunca antes visto.

¿Si se ve la vida pasar en un segundo justo antes de morir? Debo decir, totalmente cierto. Apenas vi el arma entre mis ojos los cerré como esperando el último beso y entonces vi mi vida pasar. Recuerdos de mi niñez en aquella enorme casa en Etaena. Esotoy con mis compañeros de colegio y jugamos a policías y ladrones. Me veo corriendo detrás de otro por los inontables pasillos mientras simulo dispararle con mi mano en gesto pistolero. El otro corre, ríe mientras las balas le rozan el rostro y le dejan leves quemaduras. ¡Detente ladrón de porquería! “Boca de tarro” me dice mi padre y mira a mi madre “tiene madera militar, te lo digo ahora”

Mi madre está frente a mí. Al centro, una improvisada fogata hecha con un enorme tarro que solía contener aceite. Ella se frota las manos sin conseguir disipar el frío insoportable de los eternos inviernos de Frenesia. Ya no soporto verla y a pesar de ser un niño igualmente corro a la calle sosteniendo bajo una manta, mi único vestuario, una pesada pistola que me regaló uno de mis amigos. Las calles están oscuras, las débiles luces públicas parecen tener temor a alumbrar estos sectores. Veo a un tipo incauto caminando a solas por la vereda de en frente. Lo encañono convencido que lleva un buen botín pero exactamente en ese momento la sigilosa patrulla policial enciende todas sus alarmas. Era una trampa y debo correr ahora por mi vida. ¡Detente ladrón de porquería! Me grita aquél cauto transformado en policía encubierto. Y mis piernas revientan de tanto correr.

Los días no tienen mucho sentido. Levantarme excesivamente temprano para llegar bien arreglado al colegio, un pulcro traje con su entonada corbata, mi peinado de príncipe y mi madre orgullosa como todos los días. Mi padre llama al chofer y le ordena seguir la rutina diaria. La ciudad pasa lenta ante mis ojos siempre tan atareada y atestada. Mi colegio parece más un campus universitario, demasiada vastedad si me preguntan. Mis compañeros, esnobistas en todo sentido de la palabra. Un acento extranjero llevado al límite, hablar poético y adornado, sus temas de conversación rondando entre las partidas de polo y la colección de estampillas. Me aburro enormemente, simplemente no encajo en este mundo que mi clase social me a presentado como el único.

Todo pasa muy lento, casi llegando al estatismo total. Las largas noches encerrado en mi celda me han hecho perder la noción del tiempo y los días no hay mucho más que hacer salvo dar interminables paseos en los patios. Ni siquiera eso me conforma. Todos los días camino por los mismos trayectos llegando incluso a reconocer mis antiguas huellas sobre la tierra. Esa es de ayer, esa del sábado anterior. Nadie me parece ni remotamente familiar. Es una cárcel con tintes extranjeros, no entiendo ninguno de los idiomas de los otros reclusos ya sea por el lenguaje mismo o por sus modismos de tantos años encerrados. Contar piedras, mirar las nubes, es lo poco que me va quedando.

No me podría quejar. Fue como si encontrase mi destino. Todos pensaron que sería un gran abogado o un distinguido ingeniero civil pero heme aquí de pie frente a un tipo cuya superioridad es incuestionable. ¡Firmes! Y sin pensarlo nos llevamos la mano a la frente y los pies juntos. Soy el único que sonríe, al menos el único que sonríe tanto. De vuelta en las barracas. Hay un gran alboroto, nos saludamos, brindamos con champagne ficticia, nos golpeamos con entusiasmo para nada civilizado. Mi padre tenía razón, nací y moriré por esto.

Este es mi destino por descarte. Un truhán como yo sólo podía terminar corrigiéndose donde las personas pierden la voluntad. ¡Firmes! Y magnéticamente la mano se pega a la frente y así mismo los pies. No hubo decisión allí, sólo un impulso inspirado por el temor transfigurado en respeto. Las caras de mis compañeros son todas las mismas, sin facción alguna, cuadradas, de mirada fija y respiración sincronizada. De vuelta a las barracas el silencio es imperturbable. Nada ha cambiado desde la prisión sólo que aquí parece haber un propósito algo más noble. Aunque creo que esta es sólo una idea mía para justificar mi propia existencia.

¿Cómo pudo terminar así? La guerra es un sitio espantoso. Yo no quería ser militar para esto. ¿Y eso de defender la bandera y el honor y la gloria? No es más que una broma de mal gusto. Las trincheras están rodeadas de cadáveres y un olor espantoso emana de todas partes, un hedor al cual es imposible acostumbrarse. Es de noche y la balacera simula una fiesta de año nuevo con mucho ruido y estallidos llenos de color. Mi estómago me está matando, el temor, el estrés, todo recae allí para contrapesar el pesado fúsil a mi espalda. Mi rostro esta lleno de marcas y mugre, mi cuerpo movido por el aliento del querer sobrevivir. ¿El honor, la gloria? Y Nadie recuerda porqué peleamos.

Sabía que sería éste mi futuro. Entré al ejército y lo supe de inmediato. Los presos somos carne de cañón en las guerras, lo inservible se arriesga primero. Aun así no pensé que fuese tan horrendo. Al pasar con mi convoy por aquella ciudad destruida mi di cuenta. Madres arrodilladas cargando a sus hijos calcinados, niños llorando sobre los cadáveres de sus padres rogándole a las estrellas que despertaran de una vez. El cielo esta negro a pesar de ser pleno día, la niebla de cenizas arde en los ojos pero no es eso lo que nos hace llorar a todos. A lo lejos se escuchan gritos desesperados, lamentos insoportables, blasfemias contra aquellos que los abandonaron. Esto lo hemos hecho nosotros y sin embargo ninguno de nosotros recuerda porqué peleamos.

No puedo disparar, ya no más. Algo familiar veo en sus ojos a pesar de ser el enemigo. Nuestras historias se cruzan aquí y únicamente aquí pero hay algo más. No veo a un rival, es otro soldado como yo luchando porque alguien se lo dijo, disparando contra gente que no conoce y que nada le ha hecho. ¡Fuego a discreción! Y ahí va su dedo automático presionando el arma automática y la guerra iniciada por hombres sigue su curso siguiendo los pasos de un virus sin antídoto.

No puedo dispararle, simplemente no puedo. Su rostro me dice que es un aliado, como si hubiéramos sido grandes amigos en el pasado. Su insignia no es suficiente para descargar sobre él una bala de inmediato. Es un subordinado de su gente como yo, una mera máquina de guerra tan estándar y reemplazable como cualquier tanque. Sus manos no tiemblan, le perdió el temor a arrebatarle la vida a otro ser humano. Esta cansado de ser utilizado, de matar y matar por las razones instruidas por otros. Le han quitado su voluntad para siempre.

Y él se alejó sin dejar de apuntarme. Se alejaba sin bajar la guardia. Pero yo sé que no me traicionará. No, definitivamente no disparará. Porque no me conoce, no soy su enemigo. Porque nadie le ordena que descargue su gatillo en mi cabeza. Me sonríe mientras baja su arma. También él hace lo mismo, ninguno tiene nada contra el otro. Nos miramos fijamente por un buen rato. Y es la primera vez que lo hago porque lo deseo. Levanta su mano y se la lleva a la frente. Me devuelve el saludo. De humano. A humano.

domingo, 19 de abril de 2009

Formas De Capear La Crisis

Sección Hágalo Usted Mismo

La famosa crisis financiera está golpeando los bolsillos de todo el mundo y si no ha sido suficiente con los consejos para Ganar Dinero Rápido y Fácil entonces quizás te sirvan algunas de las maneras de capear la crisis por un pequeño momento.

Dinero Fresco: Si vives con tus padres ofrécete para cualquier compra que requiera ir al supermercado o similares, es una gran oportunidad para llevarte al bolsillo el vuelto o una buena parte de éste. Si no vives con tus padres volver a vivir con ellos es una forma de capear la crisis a lo mejor no tan digna pero bastante efectiva.

Dinero Extra: ¿Estás dispuesto a trabajar de más por un poco de dinero? Ya sea colegio, universidad o trabajo siempre hay gente que preferiría pagar a realizar sus propias labores. Cobra entonces "justas" tarifas por llevarte tú ese trabajo a casa. Yo mismo hice esto en la época colegial y funciona.

Compras Gratis: Pide tarjetas de crédito en las casas comerciales y toma deudas por pocas cantidades para luego olvidarte de ellas. Te molestarán por un tiempo pero a la larga se rendirán y por una cantidad mínima no se molestarán en tomar medidas legales. Esta técnica podrás usarla tantas veces como tiendas comerciales existan. Una observación: nunca, jamás hacer esto con tarjetas bancarias porque eso sí puede terminar en complicaciones mayores.

Alimentación Gratis: Las tiendas de estaciones de gasolina de carretera son perfectas para acarrear mercadería gratis. Nadie se toma la molestia de preguntarte si ya has pagado lo que llevas en tus manos y nadie te lo preguntará en el futuro. Puedes incluso consumir las cosas dentro del local totalmente impune. Todo depende de tu nivel de descaro. (Nota: si te capturan tú nunca has visitado Garbage Store)

Vestuario Variado y Barato: Puedes vestirte indefinidamente sin gastar un peso aprovechando las ventajas del sistema. Ve a una tienda y compra ropa sin olvidar de guardar la boleta. A los dos días regresa y pide un cambio de prenda alegando que la talla no te ha quedado bien. Puedes tener toda la tienda a tu disposición por un buen tiempo, probablemente hasta que todos los vendedores ya te hayan visto más de un par de veces cambiando tenidas.

Techo, alimentación, vestuario, todo gratis: ¿Desesperado? ¿Pensando en el suicidio o en el exilio? Queda una alternativa más, tremendamente penosa, angustiante y peligrosa pero que soluciona las tres necesidades básicas del ser humano de manera gratuita: vivir en prisión. ¿Es una locura? claro que sí pero tampoco se puede decir que ante una situación paupérrima insalvable esta solución no se ve tan mala comparada con vivir en la calle y en la miseria. Si vas a tomar este camino un buen consejo: has que tu crimen realmente valga la pena.

miércoles, 15 de abril de 2009

Los Busca Vida

El Rincón de los Relatos

Creyendo firmemente en no ser la única raza inteligente de la galaxia, los Verkon iniciaron toda una rama de la ciencia para lanzar sondas y naves tripuladas en busca de aquellas civilizaciones. Sin llegar a resultados más allá de encontrar planetas repletos de insípidas muestras de vida, la ciencia de los busca vida entró en su fase de decadencia. A punto de caer en la vergonzosa categoría de las pseudociencias.
En la tripulación de la Hayot se rehusaban a aquél final tan insólito: simplemente les parecía imposible ser los únicos inteligentes.
- Me acaba de llegar por el etéreo que han cerrado el instituto de astrobiología en Relik – decía Vast con tono lastimero mientras sostenía la lámina del mensaje.
- Esto es increíble – lamentaba Broc – fue uno de los pioneros – agregaba para ilustrar la gravedad del asunto.
- Por eso debemos apresurarnos muchachos – decía Tanl, con su acostumbrado optimismo – tenemos varias coordenadas aquí, trabajemos sin descanso hasta dar con una roca de vida útil – ánimo que contagió al resto del equipo. El trío se sentó en el suelo, alrededor de la ya estandarizada pensotabla que permitía a quienes interactuaban en ella traspasar de manera más fluida y clara sus pensamientos al resto.
- “Hace un par de años investigamos un planeta parecido a este” – pensó Broc dibujando en la mente de los otros un mapa estelar comparando los planetas que señalaba – “como sensorizan, estos dos planetas tienen características demasiado similares y en el primero lo mejor que encontramos fueron medusas descerebradas” – reflexionó sin tropiezos.
- “Descartado entonces amigos” – y las tres mentes hicieron la posibilidad a un lado pasando a analizar la siguiente. Cientos de fórmulas pasaban de una mente a otra, sin interrupciones, en una armonía de ballet. Los tres habían llegado a tal punto de dominio de sus pensamientos y de la pensotabla que acompañaban sus ideas con arreglos estéticos, impulsos olfatorios diferentes acompañaban a cada número, ráfagas luminosas incendiaban las córneas cuando se imaginaba una estrella. Cada pensamiento lograba tener su identidad más allá de la simple diferencia en los tonos de “voz”.
- “Este es un buen candidato” – se palpó la inconfundible reflexión de Tanl mientras se formaba la imagen nítida de una estrella y sus consortes planetas – “el tercero desde la estrella, tiene bastante agua, atmósfera respirable, protección natural contra la radiación estelar...” – Tanl pensaba esto mientras el pequeño planeta se agrandaba en las cabezas de todos.
- “Se nota, es un fantástico ejemplar sin duda” – apoyó Vast con su brisa mental – “Sería de muy mala suerte no encontrar siquiera un mamífero simple” – y todos “rieron” al ver a una rata persiguiendo un pedazo de queso aportado por un laboratorista.

Sin dudarlo más se apartaron de la pensotabla y transcribieron sus cálculos a una lámina que luego introdujeron en una especie de ranura, único componente de los mandos de la nave. Sin emitir sonido la Hayot enfiló hacia las coordenadas recibidas.
La energía emitida por aquel planeta se fundía en lazos indescriptibles de ondas vivas y rayos inquietos. “Lo encontramos” pensó Tanl abriendo su mente al resto “esta vez estoy seguro”. La nave se detuvo a una distancia donde el globo ocupaba la mayor parte de lo que se podía ver.
- Es de geografía muy variada – comentó Vast en voz alta.
- Observen las señales de la sonda – invitó Broc quien había enviado un robot al otro lado del globo. Estiró el visor flexible y vieron la señal más clara que pueda existir de la vida inteligente.
- ¡Ciudades! ¡Miles de ellas iluminadas para enfrentar la noche! – gritaba Tanl alterando sus ondas mentales hasta una excitación contagiosa.
- “¿Creen que sepan que estamos aquí?” – se preguntó Vast para todos.

Desde entonces se dedicaron a observar, a pensar, a recibir energías intentando descubrir los misterios de aquella raza inteligente que deambulaba en la superficie del planeta recién encontrado. Decepcionados, llegaron a la conclusión que las estrellas todavía les eran desconocidas. Simpleza se reflejaba en la sencillez del bautismo de su mundo: la Tierra.
Una vez más reunidos en la pensotabla compartían sus conocimientos terrestres después de un tiempo que nadie midió.
- “Estamos frente a una raza carente de iniciativa colectiva” – comenzó Tanl – “Se dedican a fabricar sus riquezas personales sin tomar en cuenta el hacer crecer las de los demás” –
- “Un comportamiento curioso y que me ha costado comprender” – apoyó Vast con la costumbre de siempre indagar más en las mentes que en los comportamientos –
- “Sin embargo se reúnen en familias tal como nosotros” – agregó Broc incluyendo en las mentes de sus compañeros imágenes y sensaciones familiares terrestres –
- “También lo había notado pero al entrar en sus mentes, sus impulsos parecen más inclinados hacía evitar la soledad, encajar en la sociedad, sentirse útil, como razón para formar familia. Me atrevería a decir que la colectividad, el sentido de cooperación no está entre las motivaciones humanas en lo absoluto” – pensó Vast en colores grises y nítidos.
- “Una sensación negativa del asunto pero que parece encajar perfectamente” – irrumpió Tanl con un leve aroma a lamento – “Concuerda con sus sistemas políticos y económicos” – y esta vez todos sintieron un aroma denso, amargo, decisivo.
- “No esperaba encontrarme con esta clase de sociedad” – el desprecio de Broc se palpó rugoso, incluso filoso.
- “¿Una tan inferior Broc?” – reía Vast – “supongo que no, como también supongo que algún día lo entenderán” – pensaba Vast con ternura.
- “¡Oh vamos! sus mentes están llenas de temor, se miran entre ellos como enemigos cuando son diferentes en aspecto, irradian una energía que se cree superior pero que sucumbe por su densidad tímida y pavorosa y termina desparramada por el suelo, casi como un charco de agua” – visualizó Tanl para sus amigos calles atestadas de humanos caminando cabeza agachada, observando sus propias energías, ignorando las del resto.
- “Ni siquiera merecen vivir” – comentó Broc asqueado ante aquella muestra colectiva de individualismo inerte – “daremos cuenta de este planeta y su gente para intervenirlos por completo – al pensar esto indujo en las mentes de los otros un humo negro, furioso, de partículas inquietas y armónicas sin embargo. Vast y Tanl compartieron cada uno su acuerdo con esta opinión y desde la ranura de la pensotabla apareció una lámina flexible con las coordenadas de regreso a su mundo superior. La nave entonces comenzó a chillar desesperada sin que ninguno de los tres se lo haya ordenado.
- ¡¿Qué diablos pasa?! – gritó Tanl con espanto. Y los tres sintieron de golpe el venir de una energía inmensa, sólida y contenida, concentrada para un propósito.
- ¡La energía viene hacia acá! – exclamó Vast sin dudarlo. Los tres entonces se agolparon hacia la ventana que daba en dirección hacia la nueva energía y vieron como se acercaba una luz explosiva, veloz y muy segura cuya estela venía desde la superficie de la Tierra.
- “¿Nos han visto? ¿ellos la han lanzado?”- pensó Broc, sin compartir sus pensamientos esta vez.
En un abrir y cerrar de mentes, aquella energía concentrada impactó de lleno con la Hayot haciéndola estallar con la forma de un hongo de dos cabezas. Los cuerpos desmembrados de los tres científicos Verkon se desparramaron sobre el espacio. A pesar de ello aún les quedaban a los tres algunos segundos para pensar antes de apagarse para siempre.
- “¿Habrán pensado en nosotros como una amenaza?” – pensó Tanl con un débil hilo de humedad.
- “No puedo creer que esos nos hayan asesinado” – Broc emitió sus últimos aromas de impotencia.
- “Simplemente hicieron lo que su esencia les dijo que hicieran” – Vast compartió con sus amigos el último descubrimiento que hizo sobre la humanidad: la imagen de un hombre apretando un botón, una emisión encapsulada disparada al espacio para destruirlos, la energía de ese hombre que se volvía vapor y se levantaba del suelo en una expresión llameante, viva por vez exclusiva.