OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

lunes, 9 de mayo de 2011

Ultravioleta

Rincón de los Relatos
Nota: Leer mientras escuchas



La música a todo volumen la gente bailando las luces en un juego púrpura y destellos blancos el bar repleto la pista repleta las personas con más estilo de toda la ciudad, chaquetas de boutique, vestidos elegantes, la noche de apertura del club Ultravioleta esta siendo un éxito más allá del proyectado. El calor fluye por los cuerpos, la música llega de todos lados, ese post-punk electrificante que todos cantan contra el tedio mientras beben sus copas de Martini –esta vida es difícil querida, todos creen que porque tenemos plata es fácil- y sobran las aceitunas abandonadas y los reclamos contra las empresas del viejo y lo aburrido que es New York –cuando salga de la carrera tengo que trabajar para mi padre, me atormenta tener que responderle siempre- y el barman le recibe su Visa con la cual sólo comparten apellido. La música revienta, las guitarras y la cantante entran en clímax, los bailarines cierran sus ojos y mueven sus cabezas y transpiran a mares y comienzan a correr las píldoras de éxtasis, el caviar de la drogas. Las luces ultravioletas penetran la piel irradian los cuerpos y la vida se olvida, el tedio se esfuma –tengo ganas de ir a vivir a Europa, este país es tan no se qué- y esta horrible ciudad que obliga a trabajar de nueve a seis cuando en París podrían ser diseñadores de moda o pintores en Ámsterdam u organizar eventos en Berlín –yo he estado en Europa diez veces linda y no soporto esta vida simplona del latino ¡es tan uf!- y todos de acuerdo darling, in London everyone is like… porque allá todo es libertad y acá opresión –mi papá que insiste en que saque buenas notas en la universidad, es tan patético querida- y eso es Ultravioleta porque cuando viajé a Europa me la traje de vuelta con la idea del club, su diseño vanguardista con las “UV” violetas de la entrada, el pop-punk de los artistas bien vestidos, la entrada a 35 lucas, todo asegura traerse al viejo mundo para aquellos hastiados del pedestre tercer mundo, funcionó a la perfección invitar a los hijos de empresario y dejar entrar al dealer de éxtasis a propósito cierro yo los ojos ahora desde mi oficina donde siento todo Ultravioleta y cómo gasta la gente aburrida de tenerlo todo de sus vidas apagadas y cómo gasta la gente sin preocupaciones materiales total se van en sus autos –mi viejo no me quiere pagar el departamento si no trabajo, me carga su actitud, un vodka tónica please- me gustaría que vieran cómo se ve Ultravioleta desde mi oficina en lo alto del club que se vieran ellos mismos en la pista de baile desenfrenados, con la piel brillando bajo los focos violeta y convencerlos aún más de seguir esta vida de club en club, de Ultravioleta en Ultravioleta…

Well, it's a dull life
It's a dull life
It's a dull life
It's a dark place
It's a dull life
It's a dull life
It's a dull life
It's a dull life

¡Vengan al club Ultravioleta! La gente más linda, la música más desbordante, el ambiente más eléctrico, déjense influir por las luces púrpura y su radiación exótica, olvídense del mundo aburrido, de cumplir con el protocolo social, de tener que estudiar en esa universidad, de trabajar sin necesitarlo. ¡Ah sí! me imagino abriendo más clubes y a mis hijos detestando mi vida empresarial, odiando tenerlo todo y arrancar en sus deportivos a algún the most fancy club ever y bailar y mi Martini con éxtasis please...










We sing the nightmare of your lies
We sing the nightmare of your lies
We sing the nightmare of your lies
We sing the nightmare of your lies
We sing the nightmare of your lies
We sing the nightmare of the lies that you speak
The beast that I lie beneath is coming in
We sing the nightmare of the lies that you speak
The beast that I lie beneath is coming in

Know my cell

viernes, 6 de mayo de 2011

El Nath

Rincón de los Relatos

35
Los motores a su máxima potencia, el climatizador congelando, pero aun así, no hay escape, es un intento inútil, contra las matemáticas, buscando un milagro de los dioses nunca venerados.
37
La enorme El Nath, la mayor de Aries brilla hasta apagar el resto de las estrellas, sus lenguas de fuego lo quieren devorar todo y como perros  rabiosos corretean a la nave, ladran bajo sus alas y babean sus turbinas.
40
Neil hace todo lo posible pero el calor ya no lo soporto más, él insiste en escapar, en reventar los propulsores y alejarnos de El Nath pero he visto una y otra vez los números y es imposible. Moriremos rostizados por la gran gigante.
46
Pasaban horas y la alucinante velocidad de escape no bastaba, la esfera incandescente esperaba paciente atrapar su presa y sus armas letales enrojecían el metal de su víctima a paso tranquilo, burlesco, la cadencia del ganador disfrutando la agonía de la presa herida.
50
No puedo más, es muy extraño. Dicen que el calor sofoca pero respiro bien el problema es la piel que comienza a arder, mi cabeza que pierde el sentido veo a Jack hurgando sus números “cree en mí, nos salvaremos Jack” pero no me escucha, tal vez sólo imagino que le hablo.
53
La tortuga corría a toda velocidad mientras el conejo dormía siesta tendido en un prado cerca del camino confiado en sus piernas y en su habilidad natural, ganaría la carrera sin importar qué pasara. La tortuga corría y corría y sonreía cuando sin hacer ruido pasó frente al conejo durmiendo siesta. De reojo miraba el conejo a la tortuga sonreír y saboreaba la victoria pues como buen lector de fábulas aprendió la lección y hacía rato que había cruzado la meta. Luego se devolvió a hacerse el dormido para burlarse de la torpe tortuga.
59
Margarita nunca te volveré a ver ya ni lágrimas me quedan para llorarte todo está seco acá dentro de esta lata espacial inservible. Sales tan linda en esta foto ¿verdad qué sí? lo sé, yo también te amo.
62
Jack está ahí sentado hablándole a la foto de su esposa escucho que le cuenta sobre su día en la oficina y que quiere atún para la cena. Cuándo perderé yo el sentido, quiero irme de aquí, de este calor insoportable, por qué no muero, no me ahogo, qué esperas maldita estrella o ¿quieres salga y me lance de cabeza a tu infierno estelar?
Sí, una buena cerveza estaría bien amor mío todo este papeleo me tiene con un dolor de cabeza horrible… lo sé, pero debo terminar la universidad antes de dejar este empleo necesitamos el dinero… está bien, tú también trabajas es que yo necesito mantenerme ocupado… es mi entrenamiento, cuando al fin pueda embarcarme al espacio pasaré muchas horas haciendo tareas rutinarias… también te extrañaré… sí, te lo prometo.
68
Las placas de metal empiezan a ceder, los remaches aflojan, el aire se seca, se convierte en cenizas, El Nath refulgente, la piel arde, burbujea la sangre, los ojos ciegos de tanta luz, los hombres tendidos en el suelo con sus espaldas rojas, respiran su propia carne y su mente perdida, tratando de escapar todavía.
¡Ya llegué a casa!
¿La nave? ¿fueron esos los motores?
¡Margarita, te pusiste el vestido celeste que tanto me gusta!
¡Se encendieron los propulsores hiperluz, ahora podemos huir!
Tú atún está tan delicioso como siempre. Sabes lo he pensado mejor y cambiaré de carrera.
Coordenadas listas, propulsores listos. Maldita estrella trata de atraparme ahora si puedes.
No, no es sólo por ti es por nosotros nunca podremos ser felices si paso la mitad de la vida en el espacio.
Comienza conteo regresivo ¡lo logré! ¡al fin se termina esta maldita pesadilla!
77
El averno mismo se apodera de la nave, el fuselaje se desprende, la nave se desmantela rendida ante el calor implacable.
Esta noche seremos sólo nosotros dos Margarita y de ahora en adelante.
Dos segundos, tan sólo dos y podré ver los cuernos de Aries a millones de años luz.
La cabina no resistía y sus dos tripulantes quedaron a merced de la radiación estelar de El Nath.
Lo haremos todas las noches amor ¡todas las noches así mismo, no te detengas, no lo hagas nunca!
¡Cero! ¡adiós y para siempre!
El espacio vacío, El Nath, el vapor del poco oxígeno que quedaba, los cuerpos, todo se enredó en un caos flotante de duración eterna.
¡Así, así se debe sentir mirar a las estrellas en la cara Margarita, te amo!
¡Pum! ¡Qué hermoso es el brillo del túnel hiperveloz, cuántos colores!

domingo, 1 de mayo de 2011

La Impotencia del Invasor

Rincón de Los Relatos

Una mañana nublada común para los primeros días de invierno, los autos salen a las calles los semáforos acumulan tráfico la lluvia comienza y encuentra mil obstáculos para tocar tierra, la golpean, la detienen, muere antes de caer al suelo y con sus piernas muertas se deja llevar a las orillas de alguna calle o a las profundidades de una alcantarilla. Más arriba, viendo llover bajo sus cabezas, están los invasores con su tecnología estelar asombrosa listos para adueñarse del mundo sin que nadie lo percate. Tan avanzada cultura no se permite usar armas para destruirlo todo sino que recurren a sus bellos y misteriosos artefactos espaciales.

“Los volveremos locos” planteaba el invasor “apunten el arma drena-voluntad” y un rayo cálido, invisible se apoderó de la atmósfera mas la humanidad no se enteró. Algunos miraban su reloj otros ajustando la corbata el último toque de lápiz labial “¿no funcionó el rayo?” incrédulo el invasor “está perfecto, deberían estar sin voluntad a esta altura” y abajo llegaban corriendo a marcar tarjeta “y es que tuvo el efecto de quitarle los ojos a un ciego” indignado el invasor resolvió utilizar un aparato aun más poderoso “¡el borra-sueños!” ordenó y un inmenso cañón desplomó metralla contra la Tierra mientras el invasor reía a carcajadas “ningún ser pensante toleraría esta arma” y allá abajo la lluvia no cesaba y su sonido era aplastado por el rítmico tecleo maquinal, por el suave deslizar de la goma sobre asfalto, la preciosa, humana sinfonía no detenía su compás a pesar del inclemente rayo  invasor. “¿No funciona el rayo?” indignado el invasor y “fue como arrancarle la voz a un mudo” respondió otro “¡no puede ser!” desesperaba el invasor viendo que sus máximos artilugios no hacían efecto y rendido señaló a las estrellas “vámonos de aquí” encendiendo motores y golpes y zumbidos invisibles y las estrellas se alejaban, la nave caía víctima de la gravedad implacable, de fuerzas lejanas a las físicas y junto a la lluvia descendían acoplados a su velocidad “¡hagan algo!” exigía el invasor pero no había forma y estaban a punto de estrellarse, dos hombres en un auto miran hacia arriba “¿has visto eso?” exclamó “¡sí, horrible este semáforo, no cambia nunca al verde!” y el azar quiso que el cambio de color ¡partieron! y la nave invasora azotara el suelo al mismo tiempo y nadie la escucha con tanto motor rugiendo tratando de ganar y nadie vio los metales retorcidos entre tanto humo petróleo cubriendo la vista.