OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

sábado, 24 de diciembre de 2011

Viaje Infinito

Rincón de los Relatos

-Ya no tengo nada aquí-
-¿Nada? Y tu trabajo, tu familia- sólo se limitó a responder con un largo trago de whisky –¿es por esa mujer verdad? ya pasará hombre- le dije pero al ver su rostro, está vez era diferente.
-Me engañó y yo… no, fui un estúpido otra vez- le temblaba la mano y su voz casi lloraba y también la mía, sentía su debilidad, su derrota, de esta no iba a salir.
-Pero no lo entiendo iba todo bien, me contaste que hablaban seguido, que se conocían demasiado bien, que sentías esa conexión especial al verla a los ojos- entonces tomó mi camisa del cuello enfurecido.
-¡Nunca le importé, entiendes! ¡me miraba a los ojos con falsa ternura, me decía “te quiero” mientras se burlaba por dentro! ¡a la mierda todo esto!- arrojó el vaso al suelo y dejó caer su cabeza en la barra y lloraba como un niño perdido –le dediqué palabras hermosas, le di regalos con el corazón incrustado y me miraba agradecida… y yo le creí- no sabía qué decirle, cómo consolarlo aunque estaba seguro sería inútil.
-Qué harás- me limité a decir.
-El mundo tenía sentido, ahora no hay nada. Me iré-

Deambulé por parajes indómitos guiado por antiguas leyendas escritas en libros desacreditados y pistas entregadas por ancianos chiflados pero luego de miles de kilómetros estoy frente a él. Parece un simple pozo de agua aislado por un fangoso paraje y un bosque frondoso y sin ninguna señal que fuera mi destino final. Qué más da, si no es terminaré con la cabeza molida por el fondo seco  y sería lo mismo. No puedo evitar recordar las palabras de ese viejo con cara de chino “el pozo infinito no tiene retorno hijo, caerás por siempre y para siempre, dejarás de sentir hambre, sed, tu cuerpo se quedará arriba y tu alma será devorada por el vacío eterno. Será como quedar estancado a medio camino de la muerte”. Ya es hora.

Dejó todas sus posesiones junto al pozo, su mochila, su ropa, tal como había sido aconsejado durante su travesía. Así mismo, se arrodilló frente al pozo para mirar el fondo y al asegurar su inexistencia se lanzó de cabeza y desapareció para siempre.

No parece que cayera, es más como flotar sin embargo la sensación de avanzar es clara aunque no lo entiendo, no hay nada ni paredes ni haces de luz y por más que estiro mi cuerpo no hay nada palpable, ni aromas ni sonidos sólo escucho mis pensamientos y sus ecos revoloteando por el pozo. Es ella en realidad saliendo de mi estómago. Nunca se va, no hay nada que hacer aquí salvo pensar en ella, en los momentos cuando pensé que me quería, cuando imaginé que viajábamos de la mano por el mundo viviendo el sueño de la felicidad eterna y en cambio terminé en este abismo infinito repleto de oscuridad con su rostro rebotando en paredes invisibles.

-Lo lamento, no quise tratarte así-
-No te disculpes- le dije mientras pedía por él otra carga de licor.
-He estado cayendo por centenares de kilómetros y aún no la olvido- estaba absorto mirando el vaso de whisky, cansado de beber sin terminar desmayado.
-¿Qué tanto puede tener esta mujer que te tiene así?- y me alejé un poco por si saltaba y me mataba a golpes.
-Un día nos vimos directo a los ojos y nos pusimos a reír, al menos yo reía de felicidad, de la nada, por todo-

¿Estoy muerto verdad? lo hubiera notado, un golpe en la cabeza, un dolor en el corazón, luces sin brillo, sin color avanzando ante mis ojos subiendo cada vez más veloces el viento golpea mi espalda el soplido barre mis oídos siento la caída la gravedad el miedo a chocar con el fondo revive ver mi cuerpo destrozado y volver a subir tironeado por alas negras lejos de la luz hacia una oscuridad que lo consume todo hasta a sí misma y ya no estaré muerto ni vivo la nada consciente el castigo real y eterno por haber llorado en vez de abrir los ojos por dejarte ir y no tomarte la mano por culpar al mundo y a la mala fortuna cuando el que cae a un pozo sin fondo soy yo. Tu vestido rojo con lunares blancos, tu pelo hasta los hombros.

La ilusión no terminaba porque él lo deseaba, nada acaba con la redención mucho menos liberarse de aquél fenómeno único.

-Nada va a pasar si sigues tomando así- quise quitarle el vaso pero me dio lástima.
-Ya me lancé, nunca dejaré de caer- curiosamente se veía cada vez más lúcido –es mi culpa. Todo-
-¿Tú culpa?-
-Mierda, estábamos hechos el uno para el otro y me cruce de brazos y me tiré al pozo-

¿Eres tú? Estás hermosa. Te lo digo ahora, te lo diré siempre. Lo sé, no tiene sentido ahora… tantas veces quise… te quiero… detén la caída por lo que más quieras… es cierto, yo me arrojé.
Cerró los ojos y el pozo desapareció. Sin embargo, no dejó de caer.
Sin ti, la nada.
-Tal vez deba llamar un taxi y acompañarte a tu departamento-
Te veo a través de la ventana la toco y no te digo nada ¿nunca es tarde? nunca es tiempo y ya no hay. Solo un vacío enorme, una caída eterna.
-Te vendré a ver mañana cuando puedas hablar algo coherente- y antes de caer harto de whisky me dijo con las manos estiradas al cielo:
-No hay mañana, es hoy para siempre-

martes, 25 de octubre de 2011

La Guerra De Los Últimos Días

Rincón de los Relatos

Nosotros no nos merecemos esto Alxe, hemos luchado por preservar la paz hasta nuestro último aliento y estamos a punto de sucumbir ante la arcaica maquinaria enemiga. No, no digas eso ni si quiera lo pienses, los destruiríamos con un solo aliento de energía se transformarían en polvo estelar sin vida.
Zixr pobres ilusiones emanan de tus sentimientos ¿no lo ves? ni con tormentas de luz y radiación podrías hacerlos desaparecer, mucho menos regresarlos a su estado inicial. No, su espíritu trasciende incluso nuestras leyes. Sé lo que pasa por tu mente, estamos condenados, sus misiles encontrarán nuestro calor y nos reventarán y ni siquiera polvo seremos, volveremos a la nada misma de nuestros días previos.
Me niego a creerlo pero sin embargo… sin embargo no puedo, es evidente, racional, lógico, la guerra los hace valientes, la enemistad los vuelve inteligentes, la intolerancia llena su alma y relucen invencibles incluso ante nosotros. Alxe, tengo miedo, terror a que ellos sean los gobernantes del universo.
Sin embargo deben serlo es su derecho por haber descubierto el secreto de la vida, por habernos encontrado. ¿Puedes sentirlo? vienen presurosos en sus naves metálicas al rojo vivo, milenios de rencores acumulados terminarán este día. Zixr, no creo sea esto el fin, es más bien una nueva forma de entender las estrellas, verlas y ya no temer, el tiempo de mirar al cielo de rodillas llega a su fin.
Pensé que nosotros éramos los invencibles Alxe pero incluso desde tan lejos siento sus ansias de venganza y no sé si lo has notado pero en cuanto nos destruyan girarán sus proas y enfrentarán sus estribores, tratarán de hundirse y así será por el resto de la historia. No se soportan, azules y rojos se detestan por su color y ni siquiera pueden escucharse, sólo escuchan a rojo hablar y azules lo tapizan de odio y bombas nucleares. Alxe, si nos dejaran vivir, si pudiéramos decirles que en el violeta está todo su potencial, podrían ser los nuevos dioses de éste y de todos los universos.
Pero prefieren esto lo sabes y yo también y vienen a destruirnos, sus últimos remordimientos y luego podrán destruirse en paz sin sentir miedo a terminar pagando culpas en el centro de una estrella.

La misión “At-hea” y sus dos escuadrones se acercaban tragando la luz a su alrededor mientras Alxe y Zixr se rendían y esperaban estoicos la llegada de la flota percibiendo por última vez cada rincón del universo que por tiempos inmortales los albergó. Por última vez captaban sus aromas, su energía, sus sonidos, formas, la nostalgia de la vida eterna.
Alxe, tengo miedo, de que duela.
Ambos seres cesaron su deambular por el universo, se miraron uno al otro.
-Capitán, contacto en radar-
-Perfecto, diez minutos para alcance de tiro, atentos todos, preparen armas-



Qué sonido más aterrador Zixr. Es el preludio más horrible.
-Misiles énergos listos capitán-
-A mi marca, cinco-
¿Acaso es mi corazón el que tiembla asustado?
-cuatro-
¿Crees que… iremos al cielo?
-tres-
Nos dieron la vida eterna y ahora nos la quitan, no parece que el cielo sea nuestro destino final.
-dos-
Hicimos mal Alxe, quisimos controlar su ímpetu solo con estirar la mano sobre sus cabezas subyugadas.
-uno-
Amén.

Cientos de naves soltaron millones de ráfagas directo a los seres increíbles y el universo tronó en una ruptura espantosa cuyas ondas llegaron a todos los planetas donde vida hubiera y catedrales, muros, cruces, estatuas, símbolos, acabó con todos ellos con un rayo fulminante venido desde aun más lejos que las estrellas más remotas.
¿Dónde estamos? ¿Zixr eres tú?
Sí, soy yo Alxe, sólo yo.
Es cierto, no hay nada más acá, creo que “no estamos”.
Mira eso. Es el universo. Se ve tan pequeño pero es muy claro, se siente débil pero nítido.
Ahora podemos ver el comienzo de su final, sin nosotros los hombres comenzarán una carnicería sin control, sin pecados, almas libres de paz.
Las naves estáticas esperaban comandos para continuar su marcha. Atónitos, libres, los dos escuadrones de la flota “At-hea” giraron sus timones y quedaron mirándose de frente con los dedos en el gatillo. Pero no había fuerza en el universo para hacerles presionar el botón, ni Zixr, ni Alxe, ya ninguno existía.
¿Ves eso?
Éramos nosotros.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Errantes

Rincón de los Relatos


Para la primera cita con Talana, Ayr la llevó fuera de Serenidad a conocer la Luna verdadera. Con suficiente oxígeno para esperar ver el amanecer de la Tierra salieron juntos a los solitarios parajes desérticos fuera de la cúpula. Lentamente Ayr llevaba a Talana al interior de un pequeño cráter que le recordaba su niñez. Escondido entre otros dos enormes, el cráter le ha servido de escondite, de mirador, un sitio para romances, para pensar, para escapar.
-Es bonito aquí- pensaba Talana en voz alta -¿esa es mi voz?- se reía mientras se recostaban para observar el cielo.
-Es solo el efecto del comunicador- reía Ayr también. La verdad ha escuchado tantas veces la misma pregunta de tantos que han pisado la Luna. “Nadie sale por estos días” pensaba para sus adentros y sentía lástima por la belleza absorbida bruscamente por la tecnología y la comodidad.
-¿Vienes siempre?-
-Trato de hacerlo- respondía sin mirarla. Ayr miraba las estrellas y trataba de recordar las constelaciones que inventaba cuando niño. La jirafa, el tazón de sopa, el avestruz, todas estaban allí y lo miraban a él reconociéndolo a pesar de lo lejos y volteaban la mirada para sonreírle, amigos como siempre, para siempre.
-¿y qué haces cuándo vienes?-
-Mira esto- le dijo. Tomó una pequeña piedra y con un leve empujón hizo que se alejara lentamente. Talana lo miraba extrañada pero no se atrevía a preguntar.
-Ahora es una piedra errante- respondía Ayr a su mirada –nunca se detendrá hasta llegar muy muy lejos- Apenas un punto en el espacio, la piedra continuaba su lenta trayectoria. –Siempre he querido viajar al espacio- confesó de pronto.
-¿No te basta con vivir en él?-
-Vivir en la Luna no es lo mismo que viajar por el espacio-
-¿Adónde te gustaría ir?- quiso saber Talana. Ayr apuntó con el dedo a una región del cielo que no parecía tener algo en especial.
-A Saturno, siempre he querido ver sus anillos- suspiró cerrando los ojos e imaginando al planeta que ha querido visitar desde el día en que su abuelo le regaló su primer atlas del sistema solar.
-¿Porqué no lo haces?- Ayr resopló decepcionado y miró las estrellas como lo haría un hombre pre-especial, observando lo imposible, lo prohibido para una persona ordinaria.
-Tengo una enfermedad a los pulmones, nunca pasaría las pruebas para ser astronauta- cuando lo decía venía a sus oídos el silbido del oxígeno pasar por la microscópica malformación y entonces dejaba de respirar un momento, nada más salvo las estrellas sólo eso deseaba escuchar.
-Lo lamento, no sabía- se disculpaba Talana –¿sólo la empujo?- tratando de cambiar el tema tomó una pequeña piedra del suelo lunar. Ayr asintió con la cabeza y ambos miraban a la pequeña piedra alejarse lentamente hacia algún recóndito lugar del espacio.
-Ahora estás viajando por el espacio- dijo Ayr.
-Por eso las lanzas- descubrió Talana con ternura. En ese momento la Tierra asomaba por el horizonte selenita.
-Es preciosa- se emocionó Talana con los ojos vidriosos acurrucándose junto a Ayr y a pesar de los trajes espaciales pudo sentir su piel, su calor, las cosquillas del beso en la mejilla, del final de una hermosa noche.
Miles de millones de kilómetros, los anillos de Saturno brindan un espectáculo pocas veces visto aunque esta vez contaba con espectadores maravillados desde una cohete espacial, les tomaban fotografías, comentaban su perfección y corroboran que en realidad se trata de pequeñas piedras, millones de ellas girando en armonía alrededor del gigante gaseoso acompañándolo en su rutina gravitatoria compañeros del viaje eterno por el espacio. ¿De dónde vendrán todas esas piedrecillas? se preguntan científicos buscando respuestas con amalgamas algebraicas y enormes telescopios.
Si tan sólo hubieran visto a dos errantes viajeros del espacio llegar, buscar su espacio en el anillo y girar tomados de las manos como lo habían soñado hace tanto.

martes, 23 de agosto de 2011

Fantasmas Gloriosos

Rincón de los Relatos

Teatro lleno, espasmos alérgicos solitarios, los violines nerviosos hablan despacio dándose ánimos, recordando las notas complicadas y se sorprenden ante un director furioso que pone orden a la pesquisa ratera de la urraca negra de alas blancas que comienza su aleteo y recorre el teatro robando corazones y el mío y se lo lleva lejos a pasear conmigo colgando de sus garras y mis ojos cerrados imaginan placeres nuevos, lugares imaginarios fantásticos. Abajo, se llena de invitados y un largo corredor tapizado en flores da la bienvenida a la pareja tomada de la mano camino al altar de un sacerdote que la urraca y yo creíamos muerto. ¡oh glorioso sea este día! reza el cura a los cielos y los invitados también fantasmas elevan las manos y el humo blanco de la muerte a medias cubre el techo y nos rodea y la urraca me dice, ¡mira a la pareja qué hermosos! y apenas pasan ellos tomados de la mano las mejillas vuelven a tomar los colores rosados que siempre tuvieron y la neblina es densa pero la imagen nítida, la pareja saca chispas tomada de la mano, los fantasmas se hacen sólidos y la urraca susurra, ¿ya has tenido este sueño antes? y me duermo y sueño con el mundo real mientras me marea el paseo en círculos de la urraca, mientras escucho el relato suyo de la ceremonia y la hermosa pareja y los invitados perdiendo la batalla contra la vida. Y yo, ni fantasma ni real, presencia ausente, un objeto volador fuera de lugar y la urraca presintiendo el final atraviesa el tragaluz de vidrio conmigo colgado de sus garras y nos vamos directo al sol donde se escuchan cada vez más fuerte el batir de los brazos del director y sus violines bailarines celebrando la obertura de los cristales cayendo sobre el teatro como puntas de hielo después de una helada mañana.


miércoles, 27 de julio de 2011

Recortes de Cuaderno

Rincón de los Relatos

Repartidos en diferentes cuadernos, pequeños escritos sacados de no sé dónde mientras pensaba en quién sabe quién... (sincerando) quizás el quién lo sé.

Risas de Café
¿Podrás creerlo? todavía te recuerdo, te reirías de mi pero aunque fueran burlas me gustaría hacerte reír una vez más, ver llorar tus ojos a carcajadas, que sonrojen tus mejillas con ese color tan especial que nunca he vuelto a ver. Ha pasado tanto tiempo y recuerdo nuestros mejores momentos, mis mejores fueron junto a ti pero ha pasado tanto tiempo, creo que no seríamos capaces de reconocernos otra vez, nos veríamos al rostro y seríamos otra cara más en las calles y nos olvidaríamos sin siquiera recordarnos otra vez. A pesar de eso nunca he dejado de buscarte, miro los ojos de las mujeres al pasar y trato de encontrarte, trato de ver que te ríes, a carcajadas de un mal chiste, y cuando te encuentre nos iremos a tomar un café sin decirnos nada porque tú también me encontrarás y nos tomaremos el cappuccino del tanto tiempo y te contaré cuánto me costó llegar a ti y tú me contarás la misma historia y los dos a carcajadas botando el café por las narices.

Frívola
¿Por qué a veces me quieres?
¿y a veces no?
Hemos estado juntos y ha sido perfecto
Y otras veces ni me miras, siento desprecio
Es ahí cuando no quiero pensar en ti
Maldito cliché novelesco
No puedo dejar de hacerlo
Si vieras a las estrellas estallar
Cuando pienso en tu rostro
Se dibuja en las nubes del cielo
Y estoy tendido en el pasto viéndote en todas
Y pasas tú con tu aeroplano y las borras todas
Me haces parecer un tonto
Porque siempre espero a que tú me saludes
Espero a que las nubes las veamos juntos
Y sigues allá arriba donde el aire es más frío

De Barajas a Charles
No va a pasar jamás de nuevo. Estaba en la fila de Madrid esperando el vuelo a París y había un cubo de cristal lleno de humo y al pasar a su lado estabas tú cigarrillo en mano, pelo negro profundo, labial rojo, ojos grises, actitud distante, postura elegante, me paralizaste, con todo lo nervioso que estaba por el viaje al que llegué atrasado y otras mil dificultades. Estaba de pronto en un mundo fantasioso y confuso, tenía casitas en los árboles y enormes edificios de vidrio, había conejos parlantes y autos voladores, estaba muy calmado y había mucho ruido y tu mirada, tus labios, tu cabello, aparecían en todos lados y caminaba lento porque en cuanto subiera al avión nunca volvería a verte ni a ese mundo, ni a la caja de humo y de pronto París me parecía innecesario a lo más un simple premio de consuelo.

Infusión Galáctica
Tenía ésta loca idea de llegar al espacio
Busqué metales y cables, partes y motores
Mientras mis vecinos me daban limosnas o reían
Ensamblar, cauterizar, acoplar, conectar
Nada importaba y los perros comenzaban a olisquearme
Las moscas a rodearme, las gaviotas a acompañarme
En un tiempo indeterminado de barba larga y uñas sucias
La nave estaba armada, lista para el despegue
Tres, dos, uno y nada pasó
No lo entendía, estaba desesperado
Tres, dos, uno, tres, dos, uno ¡tres, dos, uno!
Y aborté la misión
Vagué por las calles de la ciudad sin buscar nada
Nada había ya hasta una mano piadosa
Tu mano, me miraste y tan sólo con eso me salvaste
Y fue tan fácil entonces porque contigo
He visitado las estrellas tantas veces
Nunca me canso de volar contigo al espacio

Incrédulo
¡Qué edén ni qué nada! solía decir porque soy un escéptico por naturaleza. Ni vida después de la vida, ni paranormal, ni nada, el mundo me pareció siempre simple, tangible, real. Quién me viera ahora escribiendo poemitas sobre lugares imposibles y criaturas fantásticas, sobre estrellas brillantes y lunas preciosas, empieza a llover y me pongo a suspirar, veo parejas y les sonrío, todo es tan irreal ahora, todo parece tener alma, corazón, sentimiento todo cambió cuando te conocí, nos conocimos, ecuaciones por rimas, geometría por aromas, certezas por fantasías, el mundo entero por ti.

Mejillas rojas
No había conocido sonrisa más contagiosa, tan seria eres y de pronto algo te hace reír, te pone alegre y sonríes y no puedo evitar mirarte y sé que te sonrío de vuelta como un tonto pero más todavía mis mejillas enrojecen y una leve picazón les hace cosquillas y me dan ganas de tomarte de los hombros, mirarte a los ojos y decirte “te quiero” porque pierdo el control y mis mejillas me hacen cosquillas y tú me miras extrañada y dejas de sonreír pero aún siento cosquillas ahora en mi garganta nerviosa y consciente de la estupidez que dijo y te pones seria y me desapruebas con sinceridad como lo haces con todo lo que no te gusta pero aún siento cosquillas ahora en mi estómago en estado de negación y me dices que me aparte, que no diga tonteras y te vas corriendo indignada pero aún siento cosquillas ahora en mis pies que quisieran salir corriendo tras de ti.

Inspiración de Papel en Blanco

Al dedicarse a escribir incluso a nivel aficionado como yo se corre un peligro imposible de evitar. A veces pasan por la mente miles de hojas en blanco, una lluvia seca de ideas, tormentas sin ruido y no sabes qué hacer a qué recurrir para volver a esos momentos donde todo parece tener poesía. He decidido pensar en ti cuando pase eso, en las cosas más simples de ti como esa foto que tanto me gusta, en las cosas más absurdas que me haces sentir como cuando mi corazón salta al ver un mensaje de texto con tu nombre. Aquí vamos, sentado en un parque cualquiera.





Llevo largos minutos pero no lo entiendo pienso en tu rostro, las veces que hemos reído juntos,




pero es absurdo. No me puedo concentrar cuando me acuerdo de ti, tal vez porque eres demasiado linda para escribir sobre ti, inspirado en ti, me haces subir a las nubes, más arriba, vuelo contigo ¡mira cómo se ve todo desde acá arriba! mientras yo te veo a ti



tal vez no puedo escribir pensando en ti porque nada me importa cuando estoy contigo excepto estar contigo, tal vez es porque cuando nos vamos a volar se me olvida llevar el lápiz.

Intento Fallido de Poema 2
Yo sé, lo sé, te encantan los poemitas aunque no rimen y me gustaría tanto regalarte uno que diga todo lo especial que eres, lo hermosa que eres pero ¿te imaginas qué imposible es? Busco un lugar, un exterior para ayudarme y encontré este parque donde penan las almas de poetas atormentados por musas que fueron demasiado grandes para su pobre prosa, nada más pasto y un trazo de tierra y el resto vacío, el mundo termina allí no hay ni cielo ni nada hacia los lados, mis ojos se cierran mi mente te imagina e intenta recitarte algo y te ríes caprichosa, corres más lejos de lo comprensible y el colapso es total, un balazo entra en mi cráneo, cercena el cerebro, las neuronas, la electricidad se interrumpe y el corazón queda a oscuras y la respiración se vuelve innecesaria todo se detiene, el cuerpo inmóvil de cabeza a pies, se corta la energía de pulmón a mitocondrias y un muerto más, un alma errante más, desesperado por encontrar las palabras perfectas para al fin arrancar de ese parque y correr tras de ti.
Imposible retratarte sin usar palabras y versos fuera de este universo.