Dejé
hace un tiempo de preocuparme por recordar mis sueños
porque sé,
no hubo otra en ellos, sólo ella y sus encantamientos.
La
mañana se me va contando pasos para verla aunque sea de lejos
y la
tarde con los segundos cayendo sin control de mis manos
desesperado
por no haberla visto hoy con mis ojos abiertos.
Ahí viene
con los pies elevados del suelo
cantando
himnos que duermen los sentidos
basta con
eso para someterme sin resistencia
a ella
reina y su corte de diestros bailarines
y de actores
cómicos de habilidad increíble.
Va escoltada por una única estrella
amaneciendo al borde de sus mejillas
el sol que ilumina la majestad de su rostro
y a su sonrisa perpetua, arte contagiosa
el sol que ilumina la majestad de su rostro
y a su sonrisa perpetua, arte contagiosa
cañón despiadado que lanza insectos traviesos al estómago.
Sus ojos, profundos y recónditos
contienen
universos de misterios y secretos
de ellos emergen brazos de odaliscas seductoras
con cadenas hipnóticas que me llevan a rastras
al edén de sus colores, a la perdición misma
No sé
si estoy tratando de soñar
o si
estoy recién despertando de uno
porque cuando
la veo se confunden
la realidad
y la fantasía
ella es
ambas
ella es todo.
ella es todo.
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