OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

sábado, 2 de junio de 2012

Ventana De Luz Roja

Rincón de los Relatos


Una sola idea, solución explosiva recubierta en plomo y aniquilar, acabar en el primer acto para no extender el drama a niveles estúpidos, innecesarios. La noche encanta, baila al ritmo del cello solitario mientras comienza a llover con rabia y se lleva  la duda y me imagino con la mano temblando sonrisa de par en par respirando al fin aire puro sin preocupaciones sin odios inventados, en paz respirando humo de cigarrillos apagados y suenan los clarinetes que me elevan al suelo y me dejan caminar por las calles empapadas con agilidad libre justo ahí el viento llega con sus buenas noticias y me hace mirar hacia la ventana del departamento con las ampolletas rojas aún encendidas. Pasa un alemán que me habla en inglés y comprendo todo, la mañana aterriza suave con la paleta de colores completa del blanco al negro del rojo al violeta, los cuervos blancos adornan el cielo volando hacia atrás y en círculos erráticos pero perfectos, la culminación de la escena de clausura que llueve una cortina de agua continua llevándose la culpa, la rabia, la humillación corren todas por la orilla de la calle directo a estancarse en un ducto olvidado incluso por caimanes y ratas. ¡Qué espectáculo! y tan fácil será posible, basta con destronar a la princesa que insiste en quedarse en el castillo que ha traicionado, estampar su cabeza en la lanza de la plaza pública y animar al pueblo a aplaudir y sacarse fotos haciendo poses junto a ella.

¡PUM!

No, eso no existe, el arrepentimiento, el volver en el tiempo y repararlo todo ¿cómo querer hacerlo si ahora miro al cielo y sin duda está despejado? y las partículas de ensueño comienzan a apiñarse en música, brisas y aves al tiempo que amanece todo es como lo imaginé ¡al fin! ¡al fin! lo onírico mezclándose en concreto la ciudad crece los autos despiertan el cuadrilátero rojo allá arriba, un faro de esperanza nueva, de piedad divina impulsada por mis propias manos. Así se debe sentir salir de la cárcel, volver de un largo exilio. Me sacudo las estrellas que llevo pegadas en la mano y las devuelvo al cielo pidiendo perdón por el inútil gesto y la mañana sonríe y me toma de la mano, vamos juntos a tomar desayuno me dice y esas nubes de la última cosecha estaban maravillosas y para rematar se ofreció a pagar la cuenta. Nunca más mensajeros urgentes ni cartas con cariños recreados desde misivas ajenas ¡no más detestar el tres! ¡no más apretar los dientes furioso por ser yo mismo! así ha hablado la resolución del percutor, triángulos de dos lados, eliminación de la tercera carga.

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