OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

jueves, 17 de marzo de 2011

Marea

Rincón de los Relatos

Le apretaba levemente el casco pero le gustaba así, le ayudaba a la concentración a tener más firmeza a la hora de tomar los controles y sobretodo accionar el gatillo. ¿Estás listo ‘Catch’? asintió con pulgar arriba y la cabina quedó cubierta por la cúpula de flexiglás de frente al impulsor de escape que lo expulsaría al espacio desde la estación apenas dieran la orden. ‘Catch’ movía la cabeza en círculos y recitaba un antiguo poema aprendido de su madre cuando pequeño.

-No nos dejaremos intimidar por nadie, debemos atacar de inmediato señores- aconsejaba el representante de Pictor sentado al extremo derecho del parlamento de los ochenta y ocho.
-Por favor hay que mantener la calma y mostrar mesura tal vez podamos salir de esto sin violencia- decía el enviado de Corvus sentado más al centro.
-Nunca estoy de acuerdo con el representante Pictor pero esta vez debemos actuar, hemos sido demasiado pacientes- apoyaba sorpresivamente el parlamentario de Aries sentado al extremo izquierdo.
-¡Ya basta de esta piedad absurda, tenemos el poder y debemos aprovecharlo!- gritaba Fornax encendiendo el ánimo de los demás.
-¡No perdamos la calma!- rogaba Libra.
-¡Suficiente, ataquemos de una vez!- sentenciaba Sculptor.

Las manos le temblaban y trataba de calmarlas apretando fuerte el timón. Nos doblan en número ‘Catch’ debes estar concentrado y tomó un par de píldoras de su bolsillo y las tragó sosteniendo el aliento largo rato, tratando de disfrutar el momento exacto del dopaje. Miraba hacia el lado e hileras interminables de pilotos reteniendo la respiración, todos frente a su impulsor de escape, esperando al milagro de la paz, al de la sobrevivencia, al morir sin dolor.

-¡Atención, atención señores representantes!- el presidente de los ochenta y ocho llamaba por el altavoz y de inmediato los ánimos calmaban y volvían a sus asientos. –Me informan que nuestras tropas están listas para atacar, sólo esperan nuestra resolución.
-¿Cómo que listas? nadie ha dado la orden de alistar tropas- reclamó Auriga.
-No hay otra solución- decía Indus calmadamente, -quieren invadir ese planeta a como dé lugar y no podemos descuidar nuestra soberanía.
-¡Por las estrellas Indus!- clamaba Piscis, -ellos necesitan un planeta forestado para vivir y nosotros se lo estamos negando.
-Espero no estés hablando en serio- le respondió junto con las miradas inquisidoras de casi todo el hemiciclo.
-Ni siquiera tenemos intenciones de colonizar ese lugar- se defendía Piscis, -por qué no entregarlo bajo nuestra vigilancia permanente por supuesto.
-Ninguno de nosotros tiene la culpa de que recién se les haya ocurrido explorar el espacio- argumentaba Norma, -la galaxia nos pertenece a nosotros ahora.

Las esclusas se abrieron y el impulsor lanzó la nave de ‘Catch’ al espacio. Frente a él un hermoso planeta, verdeazulado, atmósfera limpia, brillaba ante la luz de su estrella reinante asomada por uno de sus bordes. Tenían orden de no atacar pero no podía evitar mirar a su enemigo. Una gran nave nodriza rodeada de un enjambre de otras más pequeñas esperaban silenciosas y estáticas en una formación que recordaba a ‘Catch’ las olas del mar frente al cual vive. Allá estaban sus hijos jugando a construir castillos de arena y su esposa tendida sobre su espalda tomando el sol desde muy temprano, ella se levanta de pronto y saluda a ‘Catch’ y lo llama “ven” se lee en sus labios y él mueve los brazos y le dedica una sonrisa.

-Ochenta votos a favor, ocho en contra- resumía el presidente, -Se dará entonces la orden para iniciar la ofensiva- se escucharon aplausos y gritos de victoria que opacaron el tímido reclamo de los opositores.

La marea comenzó a subir y no quedaba opción, su mujer horrorizada corría escapando de las olas con sus dos pequeños en brazo “ayúdanos” se leía en sus labios mientras corría a tropiezos. Y en vez de bajar a la playa a socorrerlas ‘Catch’ hizo su trabajo y navegó directo a las olas y descargó toda su furia contra ellas.

-Debes admitir que no tenías posibilidades de ganar esta moción- Carina tocaba el hombro de Lyra en señal de amistad.
-Pensé que podíamos llegar a un acuerdo pacífico la idea de Piscis no era tan descabellada- respondía mientras salían del edificio del parlamento.
-Bueno todo está resuelto ahora te propongo vayamos a beber algo con clase-
-Vamos, un buen trago nunca está de más- admitió Lyra.
-Estamos en mi constelación amiga mía- recordó Carina- debes probar el “Canopus” es un licor excepcional.

¿Viste eso ‘Catch’? qué inútiles serán más pero muy torpes, escuchaba por el radio mientras él mismo comprobaba cuán fácil era derribar a los enemigos rendidos ante su poderío. Cuántos iban ya, qué importaba. Verlos estallar le resultaba embriagador y su ego crecía y ejecutaba quiebres, saltos y deslizamientos y esa burla enfadaba a los enemigos ahora más descuidados y estallaban aun más fuerte, aun más coloridos, ¡qué maravilla, qué sed!

-¡Hey muchachos!- llamaba Carina ya algo ebria, -¡vengan a beber con nosotras!- y notó que Lyra estaba de pie a duras penas en el escenario tratando de atinarle al karaoke -¡miren eso!- y los recién llegados se sentaban a la mesa del bar y aplaudían a la representante de Lyra que cantaba y bebía, cantaba y bebía.

El espacio estaba libre de moscas y ‘Catch’ y sus aliados concentraban metralla y en la indefensa nave nodriza, el último escollo de la inminente victoria. ‘Catch’ se plantó al lado de la gran nave y de frente se deslizó ante ella recorriendo con la vista el ventanal de cientos de metros donde veía los rostros espantados de una sociedad rendida y desolada. Ancianos, mujeres, niños, había de todo y cuando ‘Catch’ completó el recorrido esta vez volvió a dar la vuelta pero descargando todo el metal balístico restante y miles de cuerpos inertes eran succionados por el vacío y el mar se recogía llorando y dejando la playa repleta de peces moribundos y algas descoloridas.

-Alguno… alguno se acuerda qué mierda votamos esta mañana- preguntaba el parlamentario de Grus echado en su silla.
-¿Tal mala memoria Grus?- reía Lyra de vuelta en la mesa- ustedes mandaron a la guerra a unos pobres soldados.
-Unos cuantos disparos no les harán mal- opinó Lacerta botando su vaso sobre sus piernas.
-¡Mira lo que hiciste ebrio imbécil!- reía Carina reventando al grupo en risas mientras Lacerta desesperado pedía al mozo otro trago.
-¿Mañana hay alguna votación?- preguntó Carina de pronto preocupada.
-Una tontera de regulación cambiaria- contestó Lacerta.
-¡Qué aburrimiento! Bueno si faltamos los cuatro a nadie le importará- opinó Lyra alzando la copa y obteniendo inmediato apoyo de sus compañeros representantes.
-¡Salud!- dijo Carina –por el delicioso “Canopus” y porque a esta altura ya ganamos la guerra.
-¡Salud!-

Las naves de ataque regresaban a la nave base luego de dejar un cementerio de metales y carne listo para el trabajo de los eficientes escuadrones de ‘steriles’ que ahora salían expulsados de los impulsores de escape. Rápidamente cubrieron todos los lugares de batalla y con los pulsos láser desintegraban toda materia sobrante de la pelea con eficiencia tal que en sólo unas horas dejaron al espacio reluciente como si nunca hubiese ahí sucedido perturbación alguna.

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