Rincón de los Relatos
Cuántas veces habré hablado de Céline, frente a mis amigos, conocidos, incluso desconocidos, la soñaba durmiendo y la imaginaba despierto no había tonada sin su voz, colores sin sus ojos, brisa sin la suavidad de su piel. ¿Qué pálido te ves, estás enamorado? No, estaba enfermo, desquiciado me arrancaba los pelos tan sólo al verla y rasgaba las murallas al oírla hablar, todas las botellas con su perfume, todos los tacones con sus pasos. Ella, encantadora y coqueta, llevaba mi rostro con sus dedos y de ahí todo era ella, para ella, flores, poemas, risas y cantos, deshacía mi vida tratando de conseguir un segundo de su mirada que para mí era un siglo, una palabra que para mí era una novela romántica. Y sólo de Céline hablaba y entre amistades y colegas se convirtió en leyenda.
-¿Cuándo la vas a invitar a salir con nosotros?- pedía Tomás ansioso por ver el rostro de la tan contada historia.
-Espero algún día acepte venir- le dije inseguro.
-Al menos deberías traer una foto- se conformaba Pilar.
-Espero algún día tener su foto- respondí anhelante.
-Bueno y ella, ¿siente algo por ti?- preguntó Tomás.
-Ella es un ser del todo caótico, del todo confuso- le dije mirando al cielo.
-Vaya sí estás perdido- concluyó Pilar.
Así era ella un día el drama y al otro la comedia y era un vaivén terrible, me desanimaba y me daba esperanzas, me tiraba al suelo y me levantaba, desaparecía su reflejo del espejo y aparecía en el de una ventana y vivía embriagado, incapaz de guardar secretos y todo el mundo atestiguaba mi torpe lucha mi inútil pelea por llegar a las nubes en un solo salto. Porque Céline, eras así, te gustaba dejarte querer y nunca querías ¿o sí? yo creía a veces y a veces no, tal vez si tenía paciencia, si te hacía caso en todo y te estabas divirtiendo conmigo lo sabías todo me leías como los gitanos al tarot revelado ante ti con las cartas descubiertas. Para ti Céline fui el juguete de moda al que luego dejaste tirado en el patio junto a la casa del perro.
Y el mundo me vio derrotado, después de haber gritado Céline a todas direcciones, todos miraban mis ojos sin vida y lo sabían y entre risas y alientos comenzaba a ver la vida de nuevo.
-Tranquilo hombre, ya tendrás mejor suerte- decía Tomás sin encontrar mejores palabras.
-A lo mejor no era para ti, así de simple- opinó Pilar.
La escuché y la miré. Si Céline era alta, ella era baja, si Céline era rubia ella morena, si Céline usaba falda ella pantalones, eres una mujer tan diferente en todas las dimensiones posibles y nunca te había visto porque todo era Céline y para peor tú conoces toda su historia y traté, te lo juro, de acercarme a ti pero sabías todo sobre Céline y su leyenda y todos los capítulos. Pilar es la mujer más hermosa del mundo dónde estaban mis ojos que no dejaron pasar su luz blanca con motas rosas y a su rostro más allá de mi pobre semántica, pero tú me sonríes y me dejas en claro con esa indiferencia terrible, no seré otro clavo e insistes testaruda que te usaré como escape.
Yo creería lo mismo.
Perdí a Céline por Céline, a Pilar por Céline.
Arranco el motor del auto a medianoche.
Haciendo estallar las bujías deseando volar.
Di una última mirada por el espejo.
Pilar me mira y no seré tu clavo.
La carretera está vacía a estas ¿qué hora?
Está repleto de árboles, un camino de tierra.
Aparecen fantasmas en el polvo.
De Céline que apuñala a Pilar.
La quiero ayudar pero no se deja.
Pilar me mira y no seré tu clavo.
De Céline que apuñala a Pilar.
Ni el camino ni la gasolina se agotan.
Atrapado por no verte a tiempo.
De Céline que apuñala a Pilar.
Eres la mujer más linda del mundo.
Pilar me mira y no seré tu clavo.
De Céline que apuñala a Pilar.
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