Rincón de los Relatos


Llegaron dos Tejedoras corriendo
- Tranquilo – me señaló una, - lo llevaremos al hospital –
- Déjenme ir con ustedes – imploré. Ambas asintieron y rápidamente subieron al bolso a una camilla y nos llevaron al Hospital.
- Tranquilo – me señaló una, - lo llevaremos al hospital –
- Déjenme ir con ustedes – imploré. Ambas asintieron y rápidamente subieron al bolso a una camilla y nos llevaron al Hospital.

- ¡Caída al suelo, traumas en los cierres, múltiples puntos corridos en la parte inferior, desprendimiento de riel de cierre y forraje interno! – dijo apresuradamente una de las Tejedoras poniendo al tanto a la Diseñadora de la emergencia.
- ¡Rápido a la sala de Confección de inmediato! – mandó la Diseñadora mientras conectaban a mi bolso una serie de agujas prehiladas.
- ¿Se va a poner bien? – pregunté desesperado
- Haremos lo posible – respondió una Costurera

- ¡Hilo Azul 7! –
- ¡Necesito tijeras gancho! –
- ¡Rápido, un riel de cierre! –
- ¿Cómo que no hay azul 7? ¡azul 5 entonces! –
- ¡Aguja Bodkin!
- ¡Ayúdame aquí con el forraje interno! –
- ¡Aah! ¡Este riel se despegó de la costura! –
- ¡Tejedora, 2 unidades de neoprén enseguida! –
- ¡Señora diseñadora, el forraje interno esta muy dañado no sé si podamos repararlo! –
- ¡La tira no engancha, llama a Transplantes y consigue una! –
- ¡Señora diseñadora, el tejido inferior esta a punto de ceder, esta demasiado frágil! ¡No resistirá una reparación! –
- ¡No podemos reparar el riel! –
- ¡No nos quedan ganchos de tira en Transplantes! –
- ¿No quedan?, ¡Aaaah! –
No necesitaba entender de elaboración de ropa para entender lo que estaba pasando. Todo estaba perdido. En ese momento la Diseñadora me mira mientras el resto del personal trabaja arduamente para mantener con vida a mi bolso.

- Hora de deceso, 18:51 – anunció la Diseñadora. Todas se retiraron a otra emergencia dejándome solo en esa sala con el cadáver de mi bolso. Una Costurera me trajo un formulario para firmar.
- Sé que no es un buen momento pero debe decidir si su bolso será o no donante, sus partes: telas, cierres, rieles, ganchos pueden ser utilizados para reparar a otros desafortunados – explicó. Firmé el formulario para aprobar el status de donante de mi bolso.
- ¿Puedo despedirme? – pregunté. La Costurera me tocó el hombro y me dejo a solas en la sala de Confección.
En todo el ajetreo siempre llevé en mis brazos lo que yo cargaba ese día en mi bolso, decidí dejarle un recuerdo para que en el más allá del mundo de las Telas me recuerde por siempre. Le dejé un viejo cuaderno llenó de ejercicios de finanzas para que no olvidara que juntos siempre cargamos con el sufrimiento. Le dejé un libro de Vargas Llosa para que nunca olvidase que me ayudaba a cargar mi pasión, fuera a donde fuera.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario