Rincón de los Relatos
Teatro lleno, espasmos alérgicos solitarios, los violines nerviosos hablan despacio dándose ánimos, recordando las notas complicadas y se sorprenden ante un director furioso que pone orden a la pesquisa ratera de la urraca negra de alas blancas que comienza su aleteo y recorre el teatro robando corazones y el mío y se lo lleva lejos a pasear conmigo colgando de sus garras y mis ojos cerrados imaginan placeres nuevos, lugares imaginarios fantásticos. Abajo, se llena de invitados y un largo corredor tapizado en flores da la bienvenida a la pareja tomada de la mano camino al altar de un sacerdote que la urraca y yo creíamos muerto. ¡oh glorioso sea este día! reza el cura a los cielos y los invitados también fantasmas elevan las manos y el humo blanco de la muerte a medias cubre el techo y nos rodea y la urraca me dice, ¡mira a la pareja qué hermosos! y apenas pasan ellos tomados de la mano las mejillas vuelven a tomar los colores rosados que siempre tuvieron y la neblina es densa pero la imagen nítida, la pareja saca chispas tomada de la mano, los fantasmas se hacen sólidos y la urraca susurra, ¿ya has tenido este sueño antes? y me duermo y sueño con el mundo real mientras me marea el paseo en círculos de la urraca, mientras escucho el relato suyo de la ceremonia y la hermosa pareja y los invitados perdiendo la batalla contra la vida. Y yo, ni fantasma ni real, presencia ausente, un objeto volador fuera de lugar y la urraca presintiendo el final atraviesa el tragaluz de vidrio conmigo colgado de sus garras y nos vamos directo al sol donde se escuchan cada vez más fuerte el batir de los brazos del director y sus violines bailarines celebrando la obertura de los cristales cayendo sobre el teatro como puntas de hielo después de una helada mañana.
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