Desván Para Pensar
Estaba en la fila de policía internacional y delante mío un grupo de centroamericanas, baja estatura, piel tostada y acento llamativo. La última de ellas se presenta ante el oficial mientras yo escucho toda la conversación. Le preguntó de todo, con quién venía, cuánto tiempo se quedaría, motivos del viaje, cuánto dinero traía, documentos que acreditaran su viaje de vuelta y así y todo el policía no la deja pasar y la envía con otros oficiales a otro sector del aeropuerto. Me tocaba a mí, algo nervioso porque se mezclaban mis primeras horas en Europa con este antecedente migratorio. El policía mira mi pasaporte, me mira a mí, timbra el pasaporte y me deja pasar sin cruzar palabra. Luego seguí las direcciones a la cinta del equipaje y a medio camino me encuentro con que para ir a ese sector hay que tomar un tren subterráneo. ¡Un tren! ¡para ir de un lado a otro del aeropuerto! y descubrí que se trata solo de una cuarta parte del aeropuerto. No me había bajado totalmente del avión y ya estaba impresionado, Madrid es la puerta de entrada perfecta para impresionarse con Europa y con razón si ya en una hora había experimentado de primera mano su grandeza y su selectiva discriminación.
Fascinante desde el aeropuerto en adelante. Pensar que desde Chile somos tan engreídos como para decir que "son lo más malo de Europa" es como ser piedra y criticar un diamante ¿qué tanto si es el peor de los diamantes?" arrogancia que se termina apenas te das cuenta que para observarlo todo tienes que mirar hacia arriba porque te sientes pequeño en todos lados. Mi primera experiencia de ese tipo fue en el Museo Reina Sofía en el que tuve que hacer fila para entrar ¿en cuál museo de Santiago he hecho fila para entrar? no lo pude recordar. Había una biblioteca enorme, un café moderno y el museo en cuya entrada se encontraban disponibles las audioguías. La recepcionista de aquél puesto explicaba a una pareja en inglés cómo hacer funcionar el aparato y luego se lo explicó en francés a otra persona y después en alemán o algo así al anterior a mí. Otro golpe directo del primer mundo a mi latina forma de pensar porque ¿ella? ¿una simple encargada de audífonos? ¿para qué hablar inglés? y aunque después me referiré a este tema con más detalle si hay algo que me dejó esta visita es que a los 26 años yo me sorprendía y maravillaba con las mismas obras de arte que los niños pequeños que visitaban el museo ese día, escuchaban las mismas explicaciones que yo por audioguía y a diferencia mía ellos van a discutirlo en el colegio, el profesor les dará más detalles y van a volver con seguridad. Triste pensaba en Chile y en los niños que crecen viendo grafitis en las paredes de sus barrios.
Cae la noche y me dirijo a la Puerta del Sol y a recorrer sus alrededores, fue mi primera salida nocturna en el viejo continente y coincidió justo con Halloween así que me encontré con la plaza repleta, llena de vida, todo el mundo celebrando, personas de todos los colores, locales y turistas, algunos disfrazados, pero todo el mundo en la calle, esa noche los autos debían tener paciencia para circular por las calles aledañas y todo parecía tan normal que me dio la impresión de estar una noche de fin de semana cualquiera. Estoy seguro que así fue. hombres con hombres y mujeres con mujeres caminando juntos de la mano, gente tomando alcohol en la calle sin ponerse violentos, muchos comiendo en las calles, hasta prostitutas en plena calle "¿vamos a follar?", era Madrid diciendo Bienvenido a Europa. Y yo, con el cuello adolorido tanto mirar hacia arriba, asombrado de estar tan sorprendido.
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