OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

martes, 7 de junio de 2011

Ver Los Deseos Pasar

Rincón de los Relatos

Llevaba media hora tendido sobre el pasto de un parque cerca de mi casa a las 2 de la mañana observando el cielo despejado, soplaba un viento gélido de pronto una mera anécdota porque estaba concentrado en mi misión, buscaba una estrella fugaz porque tenía que pedirle un importante deseo. Al ver una la seguí con la vista mientras pensaba una y otra vez en mi petición y para mi sorpresa recibí una extraña respuesta.
-¡Ah, no! por hoy ha sido suficiente- me dijo con voz firme aunque algo cansada.
-¿Suficiente qué?- le pregunté, le hablé o sólo lo pensé, no lo sé.
-Deseos ¿sabes cuántos me han pedido hoy? Ya serán unos quinientos así no se puede viajar tranquila- pero en el fondo de su voz había resignación.
-Pero... pero el mío es uno importante- le rogué
-Ya, ya, todos dicen lo mismo, no te escucharé, no me interesa- su cola se iluminó levemente.
-Mi deseo es en realidad muy simple, no es un deseo para mí- le expliqué. La estrella cambió sus colores en un gesto que me pareció una mirada de ternura.
-Eres un tonto ¿sabías?- reía y tomó la actitud de quien necesita desahogarse –estoy muy cansada- comenzó diciendo, me dio la impresión que se sentaba en el pasto junto a mi –éste no es el único lugar donde me piden deseos, hay miles de otros que me ven y descargan sus deseos esperando mi milagro- tomó un leve tono oscuro, miraba al cielo- todos quieren las mismas cosas, tantos y tantos planetas y millones y millones de seres pensantes y escucho una y otra vez “quiero ser millonario”, “quiero conocer al amor de mi vida”, “quiero mejorar mi salud”, ¿será así de simple la vida?- y volvió a su blanco natural.
-¿Me preguntas a mí?- le pregunté aunque ya lo sabía.
-A quién más, es simple la vida ¿no crees?- de pronto estábamos juntos mirando las estrellas.
-Me lo dice alguien que está agobiada por tanto trabajo- fue lo único que se me ocurrió decirle.
-¡Ja!- respiró profundo y luego exhalaba jugando con el vapor de su respiración en la noche helada.

-¿Vas a cumplir mi deseo?- dije después de largos minutos de silencio.
-¿Por qué pides por otra persona?- me dijo sin quitar la vista del cielo que tanto ha recorrido.
-En parte porque deseo que se le cumpla- respondí sincero.
-¿En parte? ¿por otra parte qué, deseas que no se le cumpla?- brillaba un poco más ahora, el color de la verdadera curiosidad.
-No, claro que no, deseo que se le cumpla más que nada en este momento es sólo que…-
-No lo sabes claro está- me interrumpió bajando su intensidad, orgullosa –y si deseas mejor entenderte a ti mismo, pídeme comprender esa otra parte- su cola comenzó a temblar levemente.
-Una estrella fugaz pidiéndome un deseo, eso es nuevo- reconocí divertido con la situación y estaba dispuesto a aprovecharla –Cumple mi deseo y yo cumplo el tuyo- le propuse.
-¡Pf!- hizo el ademán de largarse pero la venció la intriga –bien, lo haré. Ahora pídeme que puedas encontrar la respuesta y me haré cargo de esa persona- asentí con la cabeza, cerré los ojos y podía ver su luz a través de mis ojos y le pedí varias veces lo que le prometí a la estrella fugaz y la oscuridad repentina invadió mis párpados cerrados y escuché un tronar suave y alejándose. Abrí los ojos y alcancé a ver su estela en el borde del cielo que justo comenzaba a amanecer.

A la noche siguiente entendí que nunca dejaría de echarle un vistazo al cielo nocturno esperando reconocer a mi amiga al pasar y me gusta creer que cuando pase ella por acá también bajará a inspeccionar si estoy por ahí tendido en el pasto esperándola para conversar un rato más. Ella cumplió con conceder mi deseo original y me pregunto cuánto tardaré en entender esa parte de mí que viaja surcando el espacio en busca de respuestas sobre el lomo de una estrella fugaz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simplemente...un relato demasiado tierno...incluso te imaginé en dibujos animados...^^