OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

lunes, 11 de octubre de 2010

Sofía Virgo y El Vinilo

Rincón de los Relatos

Sofía Virgo, adolecente colegial que hace las veces de detective cuando sus amigos están en problemas. Puedes revisar todas sus historias siguiendo Este Link.

Vinilo

- Mi colección está arruinada – lamentaba Martín Andrade.
- ¿Estás seguro que no le hiciste esto tú? – preguntó Sofía por rutina.
- ¡Ni de broma! ¡Sólo míralo cómo está! – y le volvía a mostrar el vinilo con un rayado enorme que cruzaba el disco de lado a lado.
- Bien, me llamaste entonces…
- Porque quiero saber quién le hizo esto – reclamó Martín convencido del carácter criminal de su disco dañado.

Cuando Martín le contó de su problema por teléfono ella creyó que era tan sólo un accidente, algún descuido. Pero cuando vio el disco sabía que era imposible. Un raro vinilo de Los Beatles titulado “Meet The Beatles” de color marrón tenía un profundo socavón que cruzaba el disco casi de lado a lado en una curva un tanto menos pronunciada que la curvatura propia del disco.

- Bien, entonces partamos con algunas preguntas: ¿cuándo te diste cuenta de esto?-
- Minutos antes de llamarte. Como siempre admiré la portada de la funda y entonces, apenas saqué el disco, veía aparecer el rayado– y seguía mirando el daño como si no lo creyera.
- ¿Y cuándo fue la última vez que lo viste en buen estado? – Sofía estaba ansiosa por tener el disco en sus manos pero la contenía el luto de su compañero de curso.
- El sábado pasado, siempre reviso mi colección de Los Beatles los sábados – Sofía lo miró y le tendió la mano. Reticente Martín le entregó el objeto del crimen. Suavemente le pasó el dedo a la fractura, miró el disco por ambos lados, volvió a observar detenidamente la línea que dañaba para siempre el vinilo.
- Dime algo – dijo Sofía señalando la parte dañada – este es el reverso del disco ¿no es así?- Martín reaccionó sorprendido por una pregunta que ni el mismo se había formulado.
- Si técnicamente sí aunque ambos lados tienen música pero tienes razón. Es como el lado B de un casette-
- Veo que te disponías a tocarlo – se dio cuenta la detective al mirar la mesa tocadiscos. Sobre ella estaba la funda del disco mostrando una foto de los cuatro del grupo en blanco y negro.
- ¿Qué crees que pasó? – preguntó Sofía Virgo mientras tomaba la funda.
- Es evidente, una raya así no es casualidad-
- Tienes algún sospechoso entonces-
- No lo sé, quizás uno de mis hermanos lo hizo por casualidad- divagó dudando un poco de su propia teoría.
- Bien, llámalos y veamos-

Josefa y Miguel, ambos menores que Martín, aparecieron en pijama y algo asustado porque su hermano no fue nada amable al pedirles acompañarlo a su pieza.

- ¿Supieron lo que pasó con el disco de Martín? – preguntó Sofía de inmediato.
- Si pero yo no fui, lo juro – se defendió Josefa.
- Yo tampoco – dijo Miguel.
- Entonces estamos mal porque su hermano dice que fue uno de ustedes – y miró de reojo a Martín para que no interrumpiera- créanme, no tengo más sospechosos. Los pequeños se miraron temerosos pero seguros de su inocencia.
- El Gabriel, ese fue- soltó Miguel encontrando alguien a quién culpar.
- ¿Gabriel? –
- Si, el de al frente. Se la pasa acá en la casa mirando los discos con Martín- se aprovechó Josefa.
- No sean tontos, Gabriel jamás le haría eso a un disco de Los Beatles – reaccionó Martín enojado.
- ¿Gabriel del colegio? – Sofía armaba hipótesis en su mente.
- Si, él también tiene una colección de vinilos. Ayer mismo vino después del colegio a mostrarme un disco de The Doors que se consiguió – recordaba sin problemas.
- Yo creo que deberíamos hacerle una visita-

Gabriel se mostró tan desamparado como el mismo Martín al escuchar la noticia del disco rayado, compartiendo el mismo dolor del profesional coleccionista al perder algo difícil de recuperar. Su plática entre incredulidades y condolencias le permitió a Sofía recorrer con la mirada la habitación de Gabriel. Un estante enorme repleto de vinilos y sobre una mesa varias herramientas llamaron su atención.

- Te puedo prestar el mío cuando quieras escucharlo, no es lo mismo pero… - Sofía interrumpió la conversación.
- ¿Prestar el mío? Te refieres a que tienes el mismo disco que se le rayó a Martín ¿verdad?- dedujo rápidamente.
- Si, si lo tengo aquí mira- amablemente buscó en lo alto de su repisa y extrajo exactamente la misma cubierta. Sofía se lo pidió a tiempo para sacar ella misma el disco.
- Está en excelentes condiciones. Me gustaría escucharlo- pidió Sofía.
- No puedo verás, mi tocadiscos se dañó y lo estoy arreglando-
- ¿Muy grave?- Sofía ya lo sabía.
- No, es cosa de cambiar la aguja y recalibrar el brazo-

Lo tenía, estaba demasiado claro para ella: Gabriel estaba escuchando el nombrado vinilo cuando se le estropeó la máquina. La aguja debió salirse de eje y herir profusa y prolijamente el lado B del disco marrón de Los Beatles. Simple, pero sin pruebas no podría convencer a Martín de la verdad. Es decir le será imposible creer que su mejor amigo fuera capaz de cometer tan criminal engaño. Por supuesto la forma del rayado le sugería una aguja desviada repentinamente, no había que olvidarlo.

¿Puedes intentar adelantar cómo probará Sofía la culpabilidad de Gabriel? Ella misma se imagina en varias situaciones donde sabe que llegará a la verdad. Piensa en buscar la pista clave en la casa de Gabriel o invitar a los dos a la casa de Martín y allá demostrarles su teoría. Sea cual sea su elección estaba segura, atraparía a Gabriel.

[Sofía la deductiva] –Martín, si vamos a tu casa y Gabriel nos acompaña podré explicarte cómo es que llegó tu disco a semejante estado- dijo categórica para sorpresa de ambos.

- ¿Estás segura? porque la verdad yo no tengo idea qué pasó y he estado contigo todo el tiempo- señaló Martín ansioso y algo incrédulo.
- Vamos a tu casa y verás. Gabriel, ¿nos acompañas?- los tres cruzaron la calle que separaba a los vecinos y se reunieron una vez más en la casa de Martín. Sin esperar nada Sofía lanzó la primera piedra.
- Gabriel, apenas vi la mesa llena de herramientas supe que había una relación con el disco de Martín. Objetos peligrosos, punzantes en una habitación llena de vinilos y justo aparece uno rayado de lado a lado. Demasiado- sentenció.
- ¿Qué tiene que ver eso?- Gabriel se dirigió entonces a Martín –No creerás que yo te iba a robar un disco, ni en broma- el aludido miraba a Sofía en busca de explicaciones.
- Y no lo hiciste. Tu disco se rayó porque lo estabas escuchando justo en el momento en que se te rompió el tocadiscos- Sofía contaba con la dedicación del coleccionista, sólo eso probaría su punto.
- Es sólo una coincidencia, jamás me atrevería a hacer una tontería como esa- se defendió Gabriel convencido.
- Una tontería como cuál ¿perder tu disco más valioso, recordar que tu amigo tiene el mismo, cambiárselo sin que lo note y recuperar un ítem valioso para tu colección?- Sofía se abría de brazos en señal de obviedad –tienes razón, es una tontería pero sabes, cometiste un error tan tonto que te vas a sorprender.

Sofía entonces se dirigió al estante de discos de Martín y sin avisar comenzó a sacarlos uno a uno. Tomaba las fundas, colocaba la portada de frente a sus ojos y sacaba el disco.
- Lado A, lado A, lado uno, lado A, lado uno, podría seguir así toda la tarde miren- y seguía haciendo lo mismo disco por disco- lado A, lado uno, lado A, creo que Martín entendió mi punto- y lo miró esperando que el concluyera el final de la historia.
- Pero cuando yo saqué mi disco lo hice con la portada de frente y vi salir de a poco la raya que cruzaba…-
- El lado B del disco, inusualmente mal guardado- Sofía miró a ambos amigos, Gabriel no reaccionaba y apenas logró balbucear “perdona Martín, perdona” y sin tener nada más que hacer la detective prefirió dejarlos solos arreglando su amistad ahora puesta a prueba frente a la obsesión del coleccionista por tenerlo todo a cualquier costo.

 
[Sofía la científica] –Me tiene intrigada tu tocadiscos ¿puedo verlo?- Sofía ya caminaba directo a la mesa.
- No hay mucho que ver ahora, esta desarmado y no he limpiado nada. No hasta que termine claro.
- ¿Y cuando le pasó esto?- como los clásicos detectives Sofía sacó una lupa y comenzó a indagar la mesa centímetro a centímetro.
- El jueves mientras escuchaba… - la detective lo interrumpió con la palma de la mano mientras seguía mirando con la lupa.
- ¿Sabes lo que yo creo que estabas escuchando? El disco marrón de Los Beatles- los amigos se miraron sorprendidos. Sofía era inteligente ya lo sabían pero de ahí a sentenciar con tanta seguridad una deducción como esa era increíble incluso para ella.
- ¿Qué quieres decir?- Gabriel dejaba mostrar algo de enojo.
- ¿Te imaginas lo difícil que debe ser tener un disco valioso rayado de esa manera sin saber cómo pasó? ¡oh, claro que lo sabes! Debe parecerte imposible que algo así haya pasado sin que Martín se enterara- Sofía lo sentía atrapado y no lo soltaría tan fácil- No, no te parece increíble en lo absoluto porque sabes qué pasó: justo ese disco estaba sonando cuando el tocadiscos de rompió, claro que sucedió en esta casa, con tu vinilo y en este tocadiscos-
- ¡Martín te juro que es mentira!- se defendía Gabriel.
- ¿Seguro?- entonces Sofía tomó una aguja adherida a una pieza de plástico en forma de “E”- ¿Esta es la aguja estropeada?- No podía negar eso, la aguja nueva ya estaba en el tocadiscos.
- Si, y qué- el criminal desafiante, caso cerrado.
- Toma- le dijo a Martín y le pasó la lupa- la punta, mírala. Martín acercó la punta al lente y entonces vio la verdad: la aguja tenía rastros de tinte marrón hasta un milímetro desde la punta.
- Te hago una apuesta Martín: apuesto a que si coloco la aguja dentro del socavón del disco marrón calza justo el borde con la marca de tinta- entonces Martín volvió a sacar de su funda el disco dañado el cual andaba trayendo y se disponía a hacer la prueba que le sugería Sofía.
- ¡Espera, está bien, es verdad! el disco dañado es el mío Martín- declaró atrapado entre la evidencia y la conciencia. Martín de todas maneras hizo la prueba científica, dándole una oportunidad simbólica a su amigo. Sofía no perdió la seriedad pero en su interior sonreía triunfante. No había más que decir y despidiéndose con la mirada dejó la casa de Gabriel sabiendo que por más ruin la naturaleza del crimen, ambos llegarían el lunes al colegio como los buenos amigos de siempre.

1 comentario:

Emilio dijo...

Me cagaste, dije ah el wn lo ralló con el tocadisco y al tiro dijiste que eso era y que habia que imaginar como lo confrontaba... no me gustan los cambios de formato jajaja. Asi es mas como columbo en que te decian quien era el asesino y uno veía como él lo resolvía yo prefiero el formato antiguo.

Oye fuiste a ver a Regina Spektor?