OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

jueves, 18 de diciembre de 2008

Asesinato Del Ratón De Los Dientes

Rincón de los Relatos

Ayer a mi hermana se le cayó otro diente de leche y estaba feliz porque significaba que el Ratón De Los Dientes pasaría de visita en la noche y le cambiaría el diente desechado por un regalo. Debe ser ya como su décimo diente y siempre es divertido ver cómo se ilusiona con la visita de un ser nada más hecho de ilusiones. Sin recordar más el tema, el día pasó sin otros eventos notables hasta que me dormí.

Daban las 6.30 de la mañana y estaba alerta desde mi cama escuchando una especie de arañazos desde dentro del baño (el cual conectado directamente con mi pieza). A tiempos callaba pero de a poco se volvió insoportable. Ya no eran sólo arañazos, se escuchaban cosas caer y moverse y pensé "si estuviera en una película sería un alma en pena pero como es la realidad, debe ser un ratón". Fui entonces a buscar un escobillón (utilizando la lógica Tom y Jerry) para darle apenas viera al intruso. No sé porqué pero la única solución ante este tipo de molestos mamiferos es aniquilarlos y en a las 6.30 de la mañana tampoco es que uno tenga la sapiencia para encontrar una solución más creativa.

El ratón se me escapó. Esperaba arrinconarlo en el baño y hacer de éste el campo de batalla pero el muy veloz huyó hasta mi pieza. No hubo caso, lo busqué pero no se revelaba. Demasiados rincones, demasiados espacios. Fui entonces en busca de ayuda y a esas horas la única persona que no se enojaría por levantarse ni tendría temor a enfrentarse al ratón es la nana. Ella escoba en mano y yo con un bat de baseball (así de sanguinarios) revisamos cada rincón de la habitación hasta que finalmente saltó desde los confines del espacio entre un mueble y el piso y comenzó su huida desesperada. Hábil esquivando y astuto trepando fue un verdadero desafío intentar si quiera atinarle un golpe. De pronto se confundió con un monton de bolsas salidas de varias compras navideñas. El ratón cometió el serio error de refugiarse dentro de una de ellas. Finalmente mi nana tomó la bolsa y la anudó, el intruso estaba atrapado.

De ahí su consiguiente muerte porque un "bicho lleno de suciedad" no debe salir con vida. No relataré detalles de su ejecución pero si lo que ocurrió después, cuando recordé a mi hermana. Mientras volvía a dormir pensaba "¿no habrá sido ese el ratón de los dientes?" y temí ante la idea de haber ayudado en su asesinato. Ya en la tarde mi hermana me presentaba el juguete que el famoso ratón le había dejado. Y empecé a conjeturar "el ratón de los dientes sí vino y hoy, a las 6.30 de la mañana, es primera vez que veo un ratón dentro de mi casa". ¿Qué tan casual puede ser?

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