OCACIONALMENTE ALGO INTERESANTE

martes, 28 de febrero de 2012

Cúpula

Rincón de los Relatos

Bellas construcciones cristalinas bajo una estrella enorme, nueva, conquistada, el hombre de pie con su traje de astronauta en la cima de la cúpula puliendo astillas microscópicas, observando la ciudad desde arriba con el reflejo del sol en el rostro, pensando en todas las vidas palpitando allá abajo conscientes de la incredulidad de estar allí. Una mujer mira hacia arriba y con una sonrisa se da cuenta que el astronauta justo tapa el sol y curiosamente la cúpula se hace más notoria, volviendo a su rutina entra al supermercado y se lleva las cosas que justo necesita, sin ambición, sin acaparar, sin entregar dinero a cambio porque cuando ella diseña ciclovías subterráneas paga el derecho a comer y el deber de dejar comer a otros. Un niño juega con su monopatín por las anchas avenidas peatonales y nunca deja de admirar el silencio, la paz, su abuelo le cuenta historias de las ciudades terrestres llenas de ruido, polvo, aglomeración, y se ríe cuando recuerda a su madre ordenándole que no lo escuche, es producto de tantas novelas de ciencia ficción. Un hombre toma café mientras conversa con una mujer que toma té, y él pregunta si cree que el té es más valioso que el café, ella dice ahora sí mañana quién sabe, pero en términos absolutos sin tomar en cuenta la percepción personal, tu pregunta no tiene sentido pues todo tiene valor según nosotros mismos, es abrumadoramente obvio por eso la Tierra está como está, claro cómo no si allá tienen etiquetas con número para todo. Una profesora explica a sus 10 alumnos el concepto de la recompensa total, o sea profesora que yo puedo hacer lo que quiera con mi vida, así es y a cambio podrás obtener lo que quieras, eso no es verdad, ¿por qué?, bueno mi mamá siempre saca de la tienda dos tomates al día uno para ella uno para mí, ¿y bien?, que tal si quisiera dos, ¿quedas satisfecho con el tomate que comes?, totalmente, ¿y para qué quieres dos?, interrumpe otro niño: es así como comenzó todo cuando alguien tomó un tomate de más. Una mujer de bata blanca descansa en una banca junto a un hombre que lleva una guitarra, ambos sacan de su bolsillo la misma marca de cigarrillos, sabes (dice la mujer) en la Tierra tu y yo fumaríamos cigarrillos diferentes, en qué (dice el hombre) sentido lo serían, el tuyo sería de menor calidad que el mío pues verás yo soy doctora y tu un músico, ¡vaya lugar!, los doctores allá piensan que si fuman una marca mejor que los músicos los hace más felices, debe ser estresante estar buscando siempre fumar del mejor tabaco, y frustrante si siendo doctor fumas cigarrillos de músico. Una nave orbita desde lejos con turistas y enormes prismáticos para ver la ciudad cupular, es maravillosa piensan mientras observan la arquitectura fantástica de vidrios y cristales, es increíble comentan mientras dan cuenta de la tranquilidad y la pulcritud, disculpe señor guía ¿no hay atmósfera en este lugar?, si la hay y casi calcada a la de la Tierra, ¿y la cúpula por qué?, porque de otra manera la ciudad se llenaría de vendedores ambulantes.

jueves, 9 de febrero de 2012

Las Alas De Aquiles

Rincón de los Relatos

-¡Aquiles, a tu derecha, quiebra, quiebra!-
Le dicen Aquiles porque cuando el instructor Basualdo le preguntó sus razones para ser piloto, éste le dijo “quiero morir en el aire capitán y así pasar a ser inmortal”.
 -¡¡Yahoo!! ¡mira cómo voló el infeliz!- propulsores al máximo y pasó por entremedio de los escombros metálicos de su enemigo derribado. Le encanta hacer eso.
Ser su hombre ala es un honor, un desafío, seguir los movimientos de su avión, sus instrucciones y sus desquiciadas acrobacias a veces se me hace imposible. Así y todo, nunca me deja atrás.
-¡Mateo, voy a colocar a ese a mis seis. Ya sabes qué hacer!- Todos saben sobre el caza con un casco griego pintado en la deriva y cuando un enemigo ve la oportunidad de derribarlo no duda. Como poner filete en frente de un perro hambriento de honor, gloria y un pasaje de regreso a casa.
-¡¡Eso Mateo, Booom!!- él me puso mi apodo porque siempre me ve leyendo los esquemas de pelea que me entrega. “No seas tan estudioso” me dice medio en broma medio en serio “vas a ver, en un tiempo más y vas a sentir esos diagramas en el aire”.
-¡Ya veo el premio mayor!- gritó excitado al ver el avión diplomático a lo lejos. Aunque sin duda los dos dieciséis que custodiaban eran realmente el motivo de su entusiasmo.
A veces pienso en una vida más tranquila, en realidad en la vida después de esto y me ayuda a seguir adelante a superar el temor a la muerte. Volver a mis estudios de derecho, casarme con Marisol, tener una casa en los suburbios y olvidar de a poco estos mareos y explosiones esta vida presente donde nada parece tener futuro.
-¡Aquiles, no me lo puedo quitar!- pegado a mi cola y  descargando el cañón por completo.
Toda tu existencia se reduce a lo que pasa en el momento, se alejan tus planes, sientes que se te va la vida porque crees que es demasiado tarde, la muerte dando alcance.
-¡Pugachev Mateo, vamos yo sé que puedes!- y en un acto académico hizo lo propio con su perseguidor. La ejecución fue perfecta, rápidamente quedó vertical, el aire frenó bruscamente su vuelo y se puso horizontal sin girar. Ya cambiados los roles el enemigo estalló en humillación. Verlo derriba todos mis conceptos sobre volar, el pensar, planificar, nada de eso es válido para Aquiles. Tomé el timón de mi avión y como poseído por su espíritu ejecuté la maniobra como si la hubiera hecho millones de veces.
-¡Eso fue increíble!- me felicitaba mientras escoltábamos a los rendidos diplomáticos a un aterrizaje forzoso en nuestra base.
Me resisto a creerlo sin embargo es lo que hace de Aquiles un as del aire. No le interesa terminar sus días de vuelo y volver a casa a ver televisión, tampoco se preocupa de formar una familia y tener un trabajo tranquilo, no le interesa el futuro. No tiene miedo a morir y eso lo aleja de la muerte, quiere ser derribado en el aire y por eso nadie es capaz de detenerlo. Por esto Aquiles ya es inmortal, por esto yo solamente viviré muchos años.